Cada zona de España tiene unos productos que se consumen más durante el verano. Son platos o bebidas que se alían muy bien con los días de comida o cena a aire libre que tanto se disfrutan estos meses. Uno de los más típicos y conocidos es el espeto de sardinas, un clásico de la gastronomía veraniega de la Costa del Sol que se puede disfrutar en la mayoría de los chiringuitos de sus playas.
Y es que la combinación chiringuitos – espetos de sardinas es una de las más reclamadas por la mayoría de quienes visitan la Costa del Sol. No hay nada como comerse unas buenas sardinas a orillas del mar.
Pero, atención, un espeto de sardinas no es una sardinada común. No. Un espeto de sardinas es todo un arte que se remonta al siglo XIX y que hoy todavía se mantiene y forma parte de la cultura y tradición malagueña. El espeto de sardinas consiste, de forma resumida, en ensartar en un trozo de caña natural 6 sardinas por el lomo, dejando la cara de la espina mirando al fuego durante unos 4 minutos, para darle la vuelta únicamente cuando estén doradas.
Un clásico para la preparación de los espetos son pequeñas barcas de madera, que retiradas ya de su uso original son rellenadas con arena y sobre ellas se preparan las brasas (con madera de olivo) para clavar los espetos. Es algo muy tradicional encontrar una o varias barcas en la parte de arena más próxima al chiringuito dispuestas o con los espetos en marcha.
Preparar un buen espetado de sardinas es de matrícula de honor. No es nada sencillo aunque el resultado lo parezca. Por eso lo mejor es recorrer las playas de la Costa del Sol de chiringuito en chiringuito para degustar las mejores sardinas, pues es allí donde están los mejores espetadores de sardinas.
Viajar a Málaga y degustar un espeto de sardinas es uno de sus numerosos chiringuitos, es algo que debéis apuntar para no dejar de hacer en lo que resta de verano.
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