Comenzaremos nuestro viaje en Tahaa, un hermoso rincón que forma parte de las islas de Tahití. Aprovecha tu viaje para bañarte en hermosas playas de arena dorada y aguas turquesas, practicar deportes acuáticos, explorar pequeños pueblos, descubrir las granjas de perlas y descansar en lujosos y remotos resorts.
Posteriormente, volaremos a Bora Bora, la isla que pondrá el broche final a nuestro viaje de la Polinesia Francesa. Ubicada a 230 kilómetros al noroeste de Tahití, esta hermosa isla se encuentra rodeada enteramente por un lagoon (laguna interior) y cercada por un arrecife de coral que la protege de las irrupciones del océano. Aprovecha tu viaje para disfrutar de sus espectaculares playas, sus animadas tiendas y su moderno centro comercial La Pahia. Reserva ya tu plaza y por rumbo al paraíso.
Salida en vuelo con destino a Papeete. Noche a bordo.
Llegada y conexión con el vuelo a Tahaa, la isla de la vainilla, recortada por tres valles que le dan forma de trébol. Su laguna de tonalidades zafiro y esmeralda es un paraíso para el buceo. Alojamiento.
Día libre para disfrutar de la isla o realizar excursiones opcionales. Alojamiento.
Día libre para disfrutar de la isla o realizar excursiones opcionales. Alojamiento.
Salida en vuelo a Bora Bora, la Perla de la Polinesia, situada en una de las más bellas lagunas del mundo. La silueta del bloque montañoso está formada por tres montes de los cuales el más elevado es el Otemanu (727m).
Día libre en el que podrá realizar excursiones opcionales. Alojamiento.
Día libre en el que podrá realizar excursiones opcionales. Alojamiento.
Salida en vuelo a Papeete, capital de la Polinesia Francesa en la isla montañosa de Tahiti. Alojamiento.
Salida en vuelo de regreso a España, vía una ciudad europea. Noche a bordo.
En vuelo.
Llegada a España y fin de nuestros servicios.
Tanto si solo quieres zambullirte entre inofensivos peces de colores como si eres un intrépido explorador de las profundidades marinas, Tahaa ofrece accesibles excursiones a su “lago”. No es propiamente un lago, sino mar abierto, pero los locales describen el mar que baña Tahaa y su hermana mayor Raiatea como el lago.
Para descubrir la belleza de sus corales no es necesario ir muy lejos, ya que las aguas poco profundas de la Polinesia han permitido que los corales y sus ecosistemas se desarrollen muy cerca de sus costas. Aguas turquesas, formaciones coralinas multicolores y una diversidad marina que funde sus colores con los propios corales te ofrecerán una experiencia indescriptible.
Si eres un buceador experto o estas abierto a experiencias más extremas, Tahaa también es hogar de animales marinos más intimidantes, como la manta raya y diversas variedades de tiburón. Puedes disfrutar de su compañía a bordo de un barco o incluso sumergirte entre estas increíbles criaturas.
Es posible que, entre la apasionante diversidad marina que Tahaa tiene que ofrecer, te sorprendan con alguna tortuga marina. La Polinesia cuenta con una población de tortugas bastante extensa. De forma accidental, estas tortugas pueden quedarse enganchadas entre las redes de los pescadores. Algunas de estas tortugas son vendidas en el lucrativo negocio del mercado negro. Sin embargo, otras son rescatas, atendidas y reintegradas en su entorno natural. Con el objetivo de rescatar a las tortugas heridas, Tahaa cuenta con un santuario de tortugas marinas que podrás visitar sin problemas. Si tu visita genera un interés especial por estos animales y su causa, puedes incluso “adoptar” una tortuga, ponerle un nombre, pagar su manutención y asistencia sanitaria hasta su posterior liberación en el mar.
Tahaa está rodeado de docenas de pequeños “motu”, islotes en medio de un mar infinito y turquesa, donde solo existe un banco de arena, algunas palmeras para protegerse del sol y tú. Estos islotes se pueden alquilar por medio día o un día completo para parejas, familias o grupos.
Estos islotes tienen diversos tamaños, algunos solo toman algunos minutos en recorrerse y otros, algo más. Pero todos tienen algo en común: son la propia descripción del paraíso. La mayor parte de las excursiones ofrecen picnic incluido, y durante tu día en tu propio “motu” podrás hacer snorkel, pescar, descansar bajo un cocotero o simplemente disfrutar de los colores de la Polinesia y sus mares.
MARAVILLOSOS ATARDECERES
Esta bellísima región ofrece maravillosos atardeceres en velero o yate. Estas actividades suelen venir acompañados de música tradicional polinesia y de sus manjares. Un atardecer junto a la vecina Bora-Bora será una experiencia inolvidable que permanecerá siempre en tu retina. ¡No te lo pierdas!
Los mares que bañan la costa de Tahaa están llenos de oportunidad de ocio. Es un “dejarse sorprender” constante, en el que la belleza y la aventura siempre están presentes.
Por ejemplo, la oferta de deportes acuáticos es inabarcable. Si nunca has montado en moto acuática o nunca pierdes la ocasión para repetir, Tahaa ofrece el entorno óptimo para disfrutar de este fascinante deporte.
Si lo tuyo es la pesca deportiva, los mares polinesios lo ponen fácil para disfrutar de un excepcional día de pesca, en el que el marlín azul, el atún de aleta amarilla, el mahi-mahi, el wahoo o el skipjack serán los protagonistas.
La isla de Tahaa está llena de belleza, magia, leyenda, explosión de color y tradición. El medio perfecto para descubrirla es sobre un 4x4. El guía os llevará por los lugares más populares, como las plantaciones de orquídeas y las granjas de perlas, así como por los rincones más escondidos.
La cultura local está estrechamente ligada al entorno natural. Los polinesios son diestros en el uso de las plantas con fines medicinales; han disfrutado durante siglos de deportes, técnicas de caza y pesca propios; así como de formas de expresión artísticas únicas en el mundo.
Si se combina la excursión de Tahaa con la de la isla vecina, Raiatea, no debemos dejar de visitar la Bahia Faaroa y descubrir el Sitio Arqueológico de Taputapuatea. Así como visitar el Uturoa y su precioso mercadillo de flores, frutas y artesanías tradicionales.
Si tienes interés por acercarte un poco más a la cultura y tradición polinesia, no puedes perder la oportunidad de aprender alguno de los bailes tradicionales Vahine. Allí te instruirán sobre cómo llevar el pareo de mil formas posibles y un instructor local te ofrecerá una clase con algunos pasos tahitianos básicos, transmitidos con orgullo de generación en generación.
Si el baile no entra entre tus áreas de interés, también puedes aprender algunos acordes del instrumento local más popular: el Ukulele. La cultura tradicional de las islas polinesias está estrechamente unida a la música, de forma que tocar el Ukulele y cantar algunas de sus canciones populares te acercará a su cultura ancestral.
La isla de Tahaa, Tahaha o Taha’a es popularmente conocida como la Isla de la Vainilla, debido a la inmensa cantidad de plantaciones repartidas en todo su territorio. De hecho, la diminuta isla polinesia produce el 80% de la vainilla mundial.
Una de las excursiones más impresionantes que Tahaha ofrece es precisamente una excursión en 4x4 a través de sus plantaciones de orquideas, sus infinitos jardines de florales, sus vergeles inmensos y sus campos frutales. Los guías compartirán orgullosos sus conocimientos botánicos, mostrarán algunos mercadillos de artesanías y de Street-food.
Dado que Tahaha no dispone de aeropuerto (el más cercano esta en la Isla de Raiatea), sus pueblecitos ofrecen al visitante un sabor polinesio auténtico, alejado de los destinos más comerciales de la región.
Junto a las idílicas plantaciones de vainilla, Tahaha es un productor de perlas de primera línea a nivel internacional. Sobre todo, si hablamos de las impactantes perlas negras. El origen de la producción de perlas negras en la isla está sumergido en las tradiciones y leyendas polinesias de la isla. Esta pigmentación es absolutamente natural, propio de las ostras de la zona.
Sin embargo, la demanda mundial de este tipo de perlas, también llamadas “perlas de la reina” o “reinas de las perlas”, ha generado la producción en granjas. El proceso completo de producción de una perla negra toma en torno a 4 años y es, junto a la producción de vainilla, la principal fuente de empleo e ingresos de la isla. Merece la pena acercarse a una de estas granjas de perlas negras para entender mejor la forma de vida de Tahaha, sus tradiciones, estrechamente unidas a los recursos naturales y el impacto que los mercados internacionales tienen en ella.
En Bora Bora, podrás degustar lo mejor de la gastronomía de los mares del Sur: desde excelente pescado al grill y la comida típica tahitiana hasta platos chinos o pizzas a precios muy asequibles.
El plato estrella de este rincón del Pacífico se prepara a base de atún crudo marinado en limón, verduras cortadas en dados y regado con leche de coco recién extraída. Además, podrás saborear otros platos locales como el pescado crudo al estilo chino, el chao mein, el ma’a tinito y, sobre todo, las especialidades cocidas en el horno tradicional tahitiano (ma’a tahiti).
¡No te lo pierdas!
Las frutas exóticas como los pomelos, las limas pequeñas, los plátanos, las piñas, los mangos de portainjertos, los aguacates y otros melones siempre están presentes en la cocina tahitiana.
Existen diversas variedades de plátanos, entre las cuales destacan los rio y hamoa, especies muy sabrosas que se comen crudas cuando están suficientemente maduras. Es típico servir las frutas endulzadas con vainilla, lo que les da un sabor muy peculiar.
Si quieres disfrutar de los asombrosos paisajes naturales que te brinda Bora Bora —al margen de sus espectaculares playas—, tenemos para ti una propuesta perfecta: un vibrante recorrido en 4 x 4, con el que podrás disfrutar de todas las maravillas que han hecho de este destino una de las islas más románticas del planeta.
Con esta actividad, tendrás en tus manos la posibilidad de descubrir la cultura, la historia, la fauna y la flora local con total comodidad. Gracias a las explicaciones que te proporcionarán los organizadores, te familiarizarás con los antiguos templos que acogían las plegarias de las antiguas sociedades marineras de Bora Bora, y cuya antigüedad se remonta hacia el año 1000 de nuestra era. Asimismo, también compartirán contigo algunas de las apasionantes leyendas de la isla. Incluso, podrás conocer algunas de las instalaciones que los estadounidenses construyeron durante su estancia en la zona en 1942, coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial.
En concreto, el itinerario en vehículo todoterreno incluye el valle de Faanui, donde verás pequeñas plantaciones de árboles frutales, y el taller de Pareu. En este último caso, se trata de una propiedad familiar en la que podrás ver cómo se elabora el aceite de coco. Y si lo deseas, también tendrás la opción de degustar algunas de las deliciosas frutas que crecen en Bora Bora.
¡Anímate a disfrutar de esta ruta inolvidable!
…Bora Bora albergó parte de la avanzadilla de la flota de Estados Unidos en el Pacífico Sur durante la Segunda Guerra Mundial?
Aunque cueste de creer, esta hermosa isla sirvió como depósito de petróleo, pista de aterrizaje y base para los hidroaviones del ejército norteamericano. De ahí las fortificaciones defensivas que se erigieron en este territorio insular, y cuyos vestigios aún pueden contemplarse. Si realizas esta actividad, conocerás un poco más acerca del episodio bélico más importante del siglo XX.
¿Te apuntas?Después de un día lleno de emociones en Bora Bora, ¿qué mejor monera de poner el broche de oro a la jornada que contemplando las estrellas y descubriendo apasionantes relatos sobre el cielo nocturno? Además, mientras se desarrollan las explicaciones por parte de un guía, podrás saborear las más deliciosas bebidas, al tiempo que contemplas el firmamento sin prisas.
Esta excursión comienza a la hora del ocaso, cuando los tonos rojo, naranja y amarillo tiñen las puestas de sol de la isla, siempre bajo la atenta mirada de sus imponentes montañas. Será entonces cuando la embarcación de los organizadores te llevará hasta el islote de Motu, al sudeste de Bora Bora, justo cuando las estrellas empiecen a tachonar la noche de Bora Bora.
A partir de este momento, el guía comenzará a desgranar historias y leyendas de los pueblos de los mares del Sur. Asimismo, te explicará cómo los antiguos polinesios utilizaban el cielo nocturno para para guiarse en sus travesías por aguas del Pacífico (Moana Nui). Gracias a estos conocimientos, aquellos intrépidos marineros pudieron explorar todo el océano, mucho antes de que lo hicieran los navegantes occidentales.
Por último, y para poner fin a este recorrido inolvidable, la agencia organizadora te llevará a través de la preciosa laguna de Bora Bora y te dejará en tu hotel justo a tiempo para la cena.
¿Vas a decir que no a esta magnífica experiencia?
…Bora Bora es una de las islas más remotas del mundo?
Y para muestra, un botón: otra isla en mitad del Pacífico, Hawái, perteneciente a Estados Unidos, recibe más visitantes en 10 días que el conjunto de la Polinesia Francesa en un año entero. Una de cifra que aún se reduce más en el caso de Bora Bora.
De hecho, es este aislamiento geográfico lo que explica la escasa afluencia de visitantes pese a los incontables reclamos naturales de Bora Bora. Entre ellos, cabe referirse al volcán extinto que preside su interior, y que tiene como techos dos majestuosos picos: el monte Pahia y el monte Otemanu.
Te proponemos emular a los antiguos polinesios realizando una relajante travesía por las aguas de la espectacular laguna de Bora Bora, o bien bordeando sus hipnóticas playas.
Una de las posibilidades es comenzar la jornada con un original desayuno servido en una canoa. Este tipo de embarcación, que suele adornarse con flores, lleva a bordo personal polinesio que te servirá jugosa fruta fresca, zumos naturales e irresistibles pasteles típicos, mientras las aguas dan la bienvenida al nuevo día en el Pacífico Sur. Afortunadamente, los desayunos en canoa están disponibles en muchos de los resorts que salpican Bora Bora, y se pueden reservar antes de viajar a la zona, o bien a través del hotel en el que te hospedarás. ¿Se te ocurre una manera mejor de empezar la jornada con buen pie?
Otra opción consiste en alquilar una embarcación para navegar a tu aire por la laguna. De este modo, podrás relajarte en un entorno natural de belleza incomparable. Y lo más importante: poco frecuentado por el turista.
Asimismo, también puedes optar crucero de media jornada para contemplar la puesta de sol en la laguna. E incluso, tienes en tus manos la posibilidad de salir a navegar en un catamarán de grandes dimensiones. Ponte en contacto con los empleados del hotel, quienes te orientarán sobre la actividad más adecuada para ti.
¿Te lo vas a perder?
...la flor de tiaré es el símbolo nacional de estas islas del Pacífico?
Una vez en Bora Bora, verás cómo los lugareños lo utilizan de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, los hombres y las mujeres usan este tipo de flor como accesorio: como collar, como corona o colocando esta preciosa planta ornamental detrás de la oreja.
Además, como veremos con mayor detalle en la descripción del programa de este viaje, este último hábito tiene también una doble lectura. Si la flor se sitúa a la izquierda, se indica que la persona que luce la flor tiene pareja. En cambio, si se coloca sobre la oreja derecha, se está anunciando que su portador está abierto a iniciar una relación amorosa.
La Polinesia Francesa es un conjunto de islas situado en el Pacífico Sur a 4.000 km de Nueva Zelanda. Compuesto por 118 islas que se extienden a lo largo de 3,5 millones de km2, están agrupadas en cinco archipiélagos, cuatro de origen volcánico y uno coralino.
Es el rincón ideal para relajarse, disfrutar de la belleza de sus playas y lagos de color esmeralda, practicar deportes acuáticos como snorkel
y submarinismo en sus aguas cristalinas, descubrir la exótica naturaleza y dejarse llevar por el romanticismo en este entorno paradisiaco.
Desde su descubrimiento por exploradores europeos en el siglo XVIII las bondades de este edén han sido descritas y representadas en las obras de numerosos escritores y artistas internacionales como Paul Gauguin.
...el monte Temehani en la isla de Raiatea es el único lugar en el mundo donde crece la flor de Tiaré Apetahi, emblema del país?
Hombres y mujeres adornan con esta fragante flor sus cabellos y hacen los collares con los que reciben a los visitantes a su llegada.
Con esta flor se prepara el aceite de Monoi, un aceite perfumado utilizado por las mujeres tahitianas durante siglos como hidratante de la piel y el cabello.
La forma en la que las mujeres llevan colocada la flor de Tiaré es un tipo de lenguaje amoroso. Si la llevan en la oreja izquierda significa que están comprometidas, mientras que si se la colocan en la derecha indica que están libres.
Los ciudadanos españoles no necesitan tramitar un visado para viajar como turistas. Se obtiene una autorización a la llegada al país para una estancia máxima de 90 días. Es necesario presentar el pasaporte en vigor con una validez mínima de seis meses y un billete de vuelta.
No se necesita ningún certificado de vacunación, a excepción de viajeros que provienen de una zona con riesgo de fiebre amarilla o cólera, a quienes se exige certificado de vacunación contra estas enfermedades.
Se recomienda contratar un seguro médico internacional que cubra los gastos ocasionados por un accidente o enfermedad inesperada y que, en caso necesario, cubra los gastos de repatriación.
Soleado y con temperaturas muy agradables durante todo el año. Existen dos estaciones, de noviembre a mayo el clima es caluroso y húmedo y de junio a octubre es fresco y seco, siendo esta última la mejor época para viajar a la Polinesia.
La diferencia horaria respecto a España es de 12 horas menos en verano y 11 horas menos en invierno.
Las perlas negras son un tesoro que se cultiva en las transparentes aguas de la Polinesia y que podrás adquirir en las boutiques de cualquiera de las islas. Las Islas Marquesas son conocidas por sus preciosas tallas en madera y artesanías realizadas con conchas. Igual de reconocidas son las litografías y pinturas de artistas internacionales residentes en Tahití.
Las delicadas flores de Tiaré son la base del aceite de Monoi, un óleo perfumado muy apreciado por las mujeres locales.
Si te sientes atraído por la explosión de color de los exóticos jardines tahitianos, qué mejor que llevarte un recuerdo a casa reflejado en un camisa, un vestido o un pareo con vibrantes diseños tropicales.
La moneda oficial es el franco del Pacífico, "Cour de Franc Pacifique" (CFP). Las monedas son de 1, 2, 5, 10, 20, 50 y 100 francos y los billetes de 500, 1.000 y 5.000 CFP. El euro se acepta en la mayoría de transacciones. Se puede cambiar moneda en los bancos, casas de cambio y hoteles.
En general se aceptan las tarjetas de crédito más habituales, pero no en todos los comercios o restaurantes. Los bancos abren de lunes a viernes únicamente por la mañana y, en algunos casos, también los sábados. Te recomendamos solicitar información en la recepción de tu alojamiento acerca del banco más cercano.
El voltaje común es de 220 voltios y la frecuencia de 50 - 60 hz. Las clavijas son de tipo europeo.
Los idiomas oficiales son el francés y el tahitiano. El inglés lo habla casi toda la población y es fácil encontrar en los hoteles a alguien que hable español.
La tasa de criminalidad es baja en la Polinesia Francesa y la mayoría de los viajeros no tienen problemas. Pueden darse casos de delincuencia menor, especialmente en Papeete (capital de Tahití), como carteristas u otro tipo de robo. Te recomendamos mantener los objetos de valor fuera de la vista y proteger la documentación importante, como el pasaporte.
Determinados artículos como el tabaco, alcohol, perfume, café o té tienen limitada la cantidad permitida que se puede introducir en el país: 200 cigarrillos, o 100 cigarros, o 50 puros; 2 litros de alcohol; 250 ml de perfume, 500g de café y 100 de té. Se pueden sacar del país un máximo de 200 cigarrillos o 250 gramos de tabaco, una botella de alcohol y 250 ml de perfume por persona.
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