Nuestro viaje nos llevará en primer lugar hasta la vibrante ciudad de Montreal, que nos enamorará con su ambiente francés, sus históricos museos y lugares tan emblemáticos como el Parque Mont Royal, la mayor área verde de la ciudad. Allí podemos descubrir también el barrio olímpico, el corazón de la ciudad histórica o realizar un crucero por el río San Lorenzo, durante el que podremos conocer la región de las 1.000 islas.
Desde allí volaremos a la cosmopolita y animada ciudad de Toronto, el motor económico del país, que además de su amplia oferta de actividades y museos, alberga numerosos restaurantes excelentes. Cerca de la ciudad podemos visitar, además, el encantador pueblecito de Niágara-on-the-Lake, salpicado de elegantes casas de madera y alegres calles arboladas, desde donde descubriremos las famosísimas Cataratas del Niágara.
Y finalmente, viajaremos a Vancouver, la más moderna de las ciudades de Columbia Británica, que nos sorprenderá por sus bellos paisajes –como los de Stanley Park–, enclaves tan espectaculares como el Puente Colgante de Capilano o barrios tan animados como Granville Island, que cuenta con numerosas actividades y lugares en los que disfrutar de la cocina local.
¿Listo para un viaje lleno de emociones?
Salida con destino a Montreal, llegada y traslado desde el aeropuerto al hotel seleccionado en la ciudad. Resto del día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
A la hora acordada, traslado al aeropuerto para tomar un vuelo a Toronto. Llegada, traslado desde el aeropuerto al hotel seleccionado y resto del día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
A la hora acordada, traslado al aeropuerto para tomar un vuelo hacia Vancouver. Llegada, traslado desde el aeropuerto al hotel seleccionado en la ciudad y resto del día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
A la hora acordada, traslado al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a la ciudad de origen. Noche a bordo.
Llegada. Fin del viaje y de nuestros servicios.
La colina de Mont Royal se encuentra situada en medio de la ciudad de Montreal y, como uno podrá imaginarse, no es casualidad que sus nombres sean tan parecidos entre sí. Cuenta la historiografía que fue precisamente en este pequeño monte donde Jacques Cartier, el primer europeo en llegar allí, plantó una cruz en honor al monarca francés que patrocinó su expedición.
Aunque el territorio donde se asienta la ciudad actual ya había sido habitada desde muchos siglos antes de la llegada de los colonos, no fue hasta 1642 que se fundaría el primer asentamiento, que daría lugar a la urbe que hoy conocemos. Además, ello se hizo a partir de la colina de Mont Royal, por lo a su alrededor encontramos actualmente los principales barrios de la ciudad.
La zona de Mont Royal, además, se caracteriza por estar rodeada de magníficos parques, espacios ajardinados y senderos para pasear, por lo que no es de extrañar que se haya convertido en uno de los enclaves más queridos y emblemáticos de Montreal. Las semejanzas del Parque de Mont Royal con el conocido Central Park de Nueva York no debe sorprendernos, pues ambos parques fueron ideados por Frederick Law Olmsted.
Entre los puntos más destacados del parque, no debemos perdernos el Oratorio de Saint-Joseph du Mont Royal, uno de los templos católicos más grandes del país, coronado por una impresionante cúpula. Podemos destacar también el Chalet du Mont Royal y su cercano mirador, que nos ofrecen unas vistas maravillosas de toda la ciudad y del río San Lorenzo. Por último, hay que mencionar también el hermoso lago de los Castores –que en invierno se convierte en una pista de patinaje– y la Croix du Mont Royal, una enorme cruz que recuerda el momento de la fundación de la ciudad.…uno de los barrios más encantadores de Montreal se encuentra precisamente junto al Parque de Mont Royal? Se trata de Plateau Mont Royal, un lugar magnífico de reminiscencias europeas en el que encontraremos pequeños restaurantes y cafeterías, así como algunas tiendas de moda y parques en los que disfrutar de su ambiente relajado.
En Montreal se entremezclan el pasado y el presente. Y para empaparse de ese pasado lo mejor es perderse por las calles adoquinadas del Viejo Montreal (Metro Place-d’Armes) donde aún se levantan edificios del siglo XVII a los que acceden elegantes carrozas que recuerdan al viajero épocas gloriosas. Estar en el Viejo Montreal es como viajar a París, con sus fachadas de piedra gris y sus elegantes boutiques, galerías de arte, cafés y elegantes bistros repletos de gente hablando “quelque chose”. Y es que Montreal ha sabido conservar su patrimonio histórico.
No te olvides visitar la Basílica de Notre - Dame (réplica de la famosa catedral parisina), considerada uno de los patrimonios religiosos más preciados de Quebec.
Otra forma entretenida de conocer la ciudad es yendo de compras, uno de los placeres favoritos de los locales. Y es que Montreal es conocida en todo el mundo como una de las capitales de la moda. Aquí encontrarás una extensa oferta que abarca todos los gustos y bolsillos. La Rue Sainte-Catherine es la avenida comercial por excelencia, donde localizarás las tiendas más emblemáticas como La Baie, Ogilvy’s y La Maison Simons. Cada julio, se realiza la venta de liquidación al aire libre más grande de Canadá. Para los que prefieren las tendencias más alternativas, el Boulevard Saint-Laurent (conocido como “The Main”) tiene una variada oferta de moda que ofrece diseños extravagantes, inusuales y originales. Si buscas las boutiques de lujo, debes dirigirte a Sherbrook, Laurier y Crescent
Uno de los paisajes naturales más hermosos que encontrarás durante tu viaje es el de la región de las Mil Islas. Te invitamos a que las conozcas en un divertido crucero que podrás emprender desde Gananoque. Una vez comenzado el trayecto, las divisarás en el río San Lorenzo, en la frontera de Canadá y EE.UU. Aunque a este archipiélago fluvial se le denomina Mil Islas, se han contabilizado un número mayor de islotes cuyos tamaños van desde los 100 kilómetros cuadrados hasta pequeñísimos afloramientos sobre el mar. Pero, ¿sabías que estas islas para ser contabilizadas tuvieron que cumplir ciertos requisitos? Entre ellos, se exigía a estos islotes permanecer sobre el nivel del río los 365 días del año; tener, al menos, un arbusto o un árbol; y más de un pie cuadrado (0,93 metros cuadrados) de superficie seca. Siguiendo estos criterios se contabilizaron 1.864 islas.
Disfruta de este interesante y único recorrido y descubre por qué esta constelación de islas es famosa por su enigmática belleza.
A bordo de un crucero único
Durante el crucero verás islas para todos los gustos. Desde pequeños islotes, la mayoría privados, y coronados con casas y mansiones espectaculares, hasta islas más grandes, como la conocida isla Wellesly. En otras, por el contrario, solo apreciarás un pequeño arbusto. Según relatan los propios lugareños, los encantos naturales de la zona no han pasado desapercibidos para famosos como Madonna o Tom Hanks, que decidieron, en algún momento de su vida, levantar una mansión en una de las islas.
Justo en la mitad del trayecto te toparás con el Castillo de Boldt, que podrás apreciar en detalle desde el barco. Este espectacular castillo, inacabado en medio del río, fue levantado por un multimillonario que ya poseía el famoso Hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Se lo estaba construyendo a su esposa Louise pero, cuando ella falleció en 1904, pararon la construcción y él jamás volvió a la isla.
Otro de los detalles curiosos que verás durante la travesía son los garajes acuáticos de las viviendas. Al margen de las “isla-casa”, mansiones, castillos y otras curiosidades del viaje, el espectacular paisaje que te espera bien merece la excursión fluvial.
Con más de 553 metros y visitada por dos millones de personas al año, la Torre Nacional es una impresionante estructura de hormigón creada por el gobierno para prestar servicios de telecomunicaciones. Actualmente, con su gran antena, sirve como torre para los canales de TV y radio, además cuenta con varias atracciones para sus visitantes. Los ascensores suben a una velocidad de 22 km/h; tardando entre 58 y 61 segundos para llegar al Lookout (Plataforma de observación interior), que te permite observar la ciudad y el lago Ontario, y al Restaurante 360º, cuyas vistas son espectaculares.
El restaurante, que da una vuelta giratoria cada 72 minutos, ofrece un menú (uno en verano y otro en invierno) con especialidades canadienses, vegetarianas y marisco, así como una selección de los mejores vinos canadienses e internacionales. Si deseas almorzar o cenar en este premiado restaurante, podrás reservar a través de su página web http://www.cntower.ca/en-ca/360-restaurant/reservations.html o llamando al teléfono (416) 362-5411. Además, recuerda que tendrás que acudir 20 minutos antes de la hora prevista para poder acceder al restaurante.
La atracción EdgeWalk at the CN Tower ofrece un paseo con arneses por el borde de la azotea circular, a 356 metros de altura. Por otro lado, la escalera interior de la Torre cuenta con 1776 escalones. Subir sus peldaños forma parte de un popular acto para recaudar fondos para las personas más desfavorecidas
¿Estás preparado para contemplar uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza? Las Cataratas del Niágara ofrecen unas de las imágenes más sorprendentes del país. Situadas en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá, su espectacular caída supera los cincuenta metros y por ellas pasa el agua que nutre los Grandes Lagos.
Comprenden tres cataratas: la “catarata canadiense”(Ontario), la “catarata estadounidense” (Nueva York) y la “catarata Velo de Novia”. Entre las cataratas canadienses y las estadounidenses se encuentra la famosa Isla de la Cabra, Goat Island. ¡No te lo pierdas!
Durante tu visita tendrás la oportunidad de montar en un pintoresco barco que te llevará hasta los mismísimos pies del Niágara. ¡La embarcación llega tan cerca de la catarata que es imposible no acabar empapado! Razón por la que antes de embarcar, los miembros de la tripulación te facilitarán un útil chubasquero.
Una de las sensaciones que recordarás de este viaje será la del atronador sonido del agua al caer. Y es que es precisamente al borde de las cataratas donde mejor se puede apreciar la extraordinaria fuerza del agua. La imagen es sobrecogedora. Apúntate a disfrutar de uno de los espectáculos naturales más impresionantes del planeta.
El nombre “Niágara” es originario de una palabra iroquesa que significa “trueno de agua”, un nombre que sin duda da testimonio de la espectacularidad de este fenómeno natural. Las raíces históricas de las cataratas del Niágara se encuentran en la glaciación que culminó hace unos 10.000 años. Tanto la región de los Grandes Lagos de Norteamérica como el río Niágara son efectos de esta glaciación continental.
Fue un enorme glaciar que avanzó sobre el área oriental de Canadá como una gran excavadora moliendo rocas y suelo, removiéndolos y profundizando algunos canales de ríos hasta convertirlos en lagos. De esta manera, aquel pequeño río se convirtió en las cataratas más conocidas del mundo.
Aunque el encanto de Toronto nos permite disfrutar de la ciudad simplemente paseando por sus calles y dejándonos llevar por su animado ambiente multicultural, existen una serie de lugares imprescindibles que no te puedes perder durante tu visita. Como muchos de ellos se encuentran, además, en la zona del centro, es fácil desplazarse de un lugar a otro y no dejar nada por ver.
Entre los edificios antiguos más icónicos de la ciudad encontramos el Lawrence Market, mercado de alimentación erigido en rojizos ladrillos en el que verás toda clase de productos. Además de la belleza de sus estantes –por lo que en alguna ocasión ha sido calificado como el mejor mercado de comida–, podemos aprovechar la visita para degustar la deliciosa gastronomía local e internacional, que se concentra en la zona de food court.
La otra construcción más icónica de Toronto es el palacio de Casa Loma, construido a principios del siglo XX siguiendo los cánones del estilo neogótico y un aspecto exterior que nos recuerda a una fortaleza medieval. Hoy la casa sirve de museo, decorada en su interior con hermosos museos de época. Durante la visita se puede conocer la biblioteca, ver los torreones, explorar algunas de las más de noventa habitaciones o descubrir los pasajes que conducen a la cochera.
Si prefieres conocer algunos de los mejores barrios de Toronto, puedes empezar por Distillery District, que en los últimos años se ha erigido como la zona de moda de la ciudad. Antiguamente, esta era una zona industrial –formada en buena parte por fábricas de licores, de donde recibe el nombre– y, después de un proceso de reforma, acoge hoy modernos restaurantes, cafeterías con encanto y tiendas de diseño.
También merece la pena deambular por Chinatown, el más popular de los barrios vinculados con una comunidad, y por el área anexa de Kensington Market, considerado como el barrio alternativo de Toronto. Con un característico aire hippie, esta pequeña zona presenta un ambiente tranquilo y bohemio, por lo que resulta ideal para probar sus cafeterías, restaurantes y tiendas de estilo vintage.
Sin duda uno de los epicentros culturales y museísticos de la ciudad lo encontramos en el Royal Ontario Museum. Se trata de uno de los museos más grandes de Norteamérica, ofreciendo una amplia e interesante colección de historia natural, con esqueletos de grandes dinosaurios, y de la cultura de los primeros pobladores del país.
Cerca de éste encontramos la Art Gallery of Ontario, centrada en el arte contemporáneo. Aquí encontramos obras desde Rubens, Picasso, Goya o Toulouse-Lautrec, así como obras de los mejore artistas canadienses. Igual que el museo anterior, además, el propio edificio en sí es una obra de arte.
Unos de los pulmones verdes de la canadiense ciudad de Vancouver es el Stanley Park. Situado a sólo unas manzanas del centro se encuentra este sorprendente oasis natural salpicado de frondosos bosques de abetos y cedros, hermosas playas y lagos, vistosos jardines y fantásticas vistas del puerto, de la bahía English y de la cadena costera. Recorrer las principales zonas en bicicleta te permitirá conocer una de las estampas más idílicas y verdes de Vancouver y unas de sus principales zonas de esparcimientos
Aquí verás a un gran número de canadienses caminando o disfrutando al aire libre de su deporte preferido. Además, el Stanley Park hospeda también el Acuario de Vancouver, el mayor de Canadá que cuenta con 300 especies de peces, más de mil invertebrados, 56 especies de anfibios, 60 de mamíferos y algunas aves. Si lo visitas, podrás contemplar delfines, belugas, leones marinos de Steller, focas y nutrias. El horario es desde las 9:30h hasta las 18:00h durante los meses de julio y agosto y desde las 10:00h hasta las 17:00h de septiembre a mayo. ¡No te lo pierdas!
El Stanley Park cuenta con campos de tenis, un minigolf de 18 hoyos, dos piscinas, un teatro, una granja escuela para los niños, numerosas cafeterías, tiendas y un tren en miniatura que recorre la costa oriental de la península y el lago Beaver. Además, con el transcurso de los años han sido erigidas numerosos monumentos como las estatuas de Lord Stanley, la del poeta escocés Robert Burns y la del atleta Harry Jeromey.
El puente colgante de Capilano es una de las atracciones turísticas más populares de la ciudad con más de 800.000 visitas anuales. Fue construido en 1889 por George Grant
Mackay, el propietario de los terrenos del otro lado del río Capilano. Originalmente fue un primitivo puente de madera que posteriormente fue reconstruido en 1956 mucho más seguro y con barandillas.
El puente actual, quecruza el río Capilano, tiene una extensión de 140 metros y se encuentra suspendido a 70 metros de altura sobre el río, lo que le convierte en el puente colgante más largo del mundo. Cuando lo cruces, podrás disfrutar de las vistas y de los bosques centenarios cuyos árboles nunca han sido talados, además de los estanques de truchas y de una cascada de 61 metros de caída. ¡No te lo pierdas!
El Parque Capilano cuenta con otros siete puentes colgantes más que van por encima de sus árboles y entre sus copas, además de diversos senderos desde los cuales podrás observar aves de presa como el halcón de Harris y el búho real, y aprender sobre la flora y fauna que caracteriza a este ecosistema. Una de sus atracciones más interesantes, el CliffWalk, consiste en caminar por senderos suspendidos entre acantilados con vistas deslumbrantes al cañón.
Uno de los barrios en Vancouver más populares de los últimos años es el de Granville Island. Históricamente, esta zona estuvo destinada a albergar el sector industrial de la ciudad, pero después de un intenso proceso de desarrollo urbano, que comenzó en la década de los ’70, se ha convertido en un atractivo lugar en el que pasear y disfrutar de la diversidad de actividades que nos ofrece.
Granville Island se encuentra en la orilla sur de False Creek, formando parte del centro de la ciudad y enclavado en un terreno aislado que se conecta con el resto de la ciudad a través de un paso elevado. Hoy es una de las mayores atracciones de Vancouver, con interesantes centros de arte, talleres y puestos de comida, por lo que no puedes irte de aquí sin haberlo visitado. Es también un lugar estupendo donde pasear tranquilamente y disfrutar de su ambiente relajado.
Este barrio es ideal para visitar en familia, acompañado de algunos amigos o para pasear en soledad y dejarse llevar. Además de las numerosas tiendas y boutiques, en las que podrás ver prendas originales y artesanías, Granville Island cuenta con numerosos restaurantes y cervecerías para complementar la visita, algunos de los cuales nos ofrecen excelentes vistas frente a las aguas de False Creek.
Durante todo el año, este barrio celebra multitud de espectáculos y de festivales artísticos, así como actividades o eventos pensados para los más pequeños de la casa, por lo que es muy probable que tu visita coincida con alguno de ellos. Lo mejor es informarse a través de internet antes de realizar nuestro viaje, pues si coinciden con nuestro viaje bien merece la pena conocer el más carácter festivo del barrio.
Aunque parte del encanto del barrio es pasear sin rumbo por allí y saborear el ambiente local, existen algunos lugares concretos que también merecen una visita. El primero de ellos es el mercado público, ideal para sumergirse en la vida cotidiana de los lugareños. Otro imprescindible es la Granville Island Brewery, una de las fábricas de cerveza más longevas del país.
Pensado para los más pequeños encontramos el Kids Market, que concentra numerosas tiendas de juguetes, dulces y ropa, o el Museo de maquetas de trenes y barcos, que alberga una de las mayores colecciones del sector en el mundo. Por último, también podemos montar a bordo de un antiguo tranvía restaurado, que efectúa un bello de recorrido de unos 15 minutos.
La ciudad de Vancouver alberga muchos otros barrios de gran interés, comenzando por la zona del centro, que concentra numerosos lugares de interés, como galerías de arte, tiendas y monumentos. Destaca también la zona de Gastown, el más antiguo de los barrios de la ciudad, que además de los alicientes mencionados antes, también incluye un curioso reloj que funciona con vapor. También vale la pena acercarse a conocer el barrio residencial de West End –enclavado entre el parque Stanley y el centro de la ciudad– y Chinatown, considerado el segundo más grande de Norteamérica.
Canadá es un popular destino de vacaciones que ofrece al visitante una atractiva mezcla de sofisticación urbana y el placer al aire libre. El tamaño del país, el segundo más grande del planeta, obliga a que la mayoría de los viajes se centren en algunas de las grandes ciudades (Vancouver, Toronto, Ottawa o Montreal), aunque también se puede viajar a zonas remotas como los asentamientos inuit de los alrededores de la bahía de Hudson.
Ubicada en el extremo septentrional del continente americano, con una extensión de 9.970.610 km2, Canadá se encuentra deshabitada en un 70% del territorio debido a las vastas y yermas extensiones heladas del norte. La mayor parte de sus 30 millones de habitantes reside cerca de la frontera con Estados Unidos, en una franja que se estrecha desde la costa oriental hasta Columbia Británica, al oeste. Más del 60% de la población vive en el extremo suroriental del país, en las provincias de Ontario y Quebec. Aquí se concentra la industria canadiense, que incluye los sectores eléctrico, hidroeléctrico, maderero y papelero. Las provincias costeras de Nueva Escocia, New Brunswick e isla Príncipe Eduardo son las más pequeñas, pero la belleza de sus costas atrae a miles de turistas cada año, así como la provincia de Terranova y Labrador que también es famosa por su encanto abrupto.
La impresionante variedad del grandioso e indómito paisaje canadiense es lo que atrae a gran parte de los visitantes. La mayoría de los deportes de aventura suelen tener lugar en los espaciosos parques de atracciones naturales que constituyen los 44 parques nacionales del país, algunos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La variedad de actividades es muy amplia, desde excursiones en trineo o moto de nieve con guías inuit, hasta cruceros primaverales por las floridas islas Thousand de Ontario. Otras opciones incluyen viajes en tren por las Montañas Rocosas, pesca de trucha en lagos apartados y cristalinos y senderismo de primera clase.
Por otro lado, las grandes ciudades cuentan con eminentes museos, galerías de arte y orquestas muy respetables. Y es que el país es cuna de músicos de la talla del gran pianista Glen Gould. De Canadá han surgido numerosas estrellas internacionales del pop y el rock como los cantautores Joni Mitchell y Neil Young o artistas más comerciales como Céline Dion, Bryan Adams y Shania Twain. Además, la cultura cosmopolita del país ofrece una amplia variedad musical en sus bares, cafés, salas de conciertos y numerosos festivales.
Canadá ofrece mucho más que los típicos muñecos de la Policía Montada y las camisetas con la hoja de arce. El visitante puede elegir entre una amplia gama de productos, desde equipos electrónicos hasta ropa y joyas. También hay productos únicos del país como jarabe de arce de Quebec, salmón ahumado de Columbia Británica y botas camperas de Alberta, sin contar los artículos de arte nativo inspirados por siglos de tradición, que incluyen tallas de los pueblos de la costa occidental y pinturas y tapices inuit. Todas las poblaciones importantes cuentan con centros comerciales, grandes almacenes, comercios especializados, galerías y mercados callejeros.
Para viajar a Canadá únicamente para los pasajeros de nacionalidad española, se requiere tener el pasaporte en regla con al menos seis meses de vigencia, no siendo necesaria la obtención de visado. El plazo máximo de estancia turística son 180 días.
Además, deberán obtener por vía electrónica una autorización de viaje
ETA, previa al inicio de su viaje. Requisito obligatorio a partir del 29 de septiembre de 2016. Nosotros te podremos realizar las gestiones para su obtención.
No se exige ningún certificado de vacunas para entrar en Canadá. Sin embargo, las Autoridades Sanitarias canadienses recomiendan la vacuna contra la gripe durante el período de otoño - invierno.
Por otro lado, se recomienda contratar un seguro médico privado (enfermedad, accidentes y repatriación) ya que la asistencia sanitaria a extranjeros no es gratuita, ni siquiera en casos de gran urgencia, sino que por el contrario puede llegar a ser muy cara. No existe convenio bilateral España-Canadá en materia de asistencia sanitaria.
Canadá cuenta con seis zonas horarias y con una diferencia de cuatro horas y media entre costa y costa. El horario canadiense tiene seis horas menos con respecto al español. Entre Vancouver y Halifax hay cinco husos horarios: Pacifico, Montaña, Central, Oriental y Atlántico, con una media hora de diferencia entre Terranova y el huso horario del Atlántico. Cada provincia, excepto Saskatchewan, cambia la hora para ahorrar energía desde mediados de marzo hasta octubre o noviembre.
La moneda oficial de Canadá es el dólar canadiense (1 CAD = 0,65 € aproximadamente).Conviene llegar al país con algo de moneda local, unos 50 o 100 dólares canadienses y algunos billetes pequeños para dar propina y para el taxi.
Las tarjetas de crédito que se aceptan son VISA, MasterCard, American Express y Diners Club (DC). Las puedes utilizar en hoteles, restaurantes y tiendas.
La corriente eléctrica es de 120 V, 60 Hz. Necesitarás un adaptador de clavija americana para utilizar tus aparatos europeos.
Los dos idiomas oficiales de Canadá son el inglés y el francés.
A no ser que el servicio este incluido en la cuenta, se suele dejar una propina del 15% sobre el total. Los taxistas también esperan una propina similar. Por otro lado, los mozos de aeropuertos y estaciones de tren esperan una propina de un dólar canadiense por bulto, y es habitual dejar algo a las camareras del hotel.
Aunque en Canadá, las estaciones varían según la región, se puede decir que los inviernos -de noviembre a marzo- son largos y fríos, mientras que la primavera y el otoño son más suaves.
Está totalmente prohibido entrar a Canadá comida, animales, plantas y drogas, además de existir limitaciones en las bebidas alcohólicas y de cigarrillos para consumo personal.
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