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Guías de Viajes de La Rioja

La Rioja

Tierra de Fronteras de los siete valles

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La Rioja, mosaico de cultura, arte, naturaleza y gastronomía

La Rioja, mosaico de cultura, arte, naturaleza y gastronomía
Elegir como destino de vacaciones La Rioja supone viajar a una de las provincias vinícolas más rica de España, cuya naturaleza ofrece de las mejores actividades rurales que se puedan disfrutar. La comunidad autónoma española de La Rioja es una provincia situada al norte de la Península Ibérica que se halla rodeada de las comunidades Castilla-La Mancha, Castilla León, Aragón y Navarra. 

Se trata de una localidad interior fértil bañada por siete afluentes del Río Ebro, que discurre por su pequeño territorio de 5.045 km.2 En esta extensión, La Rioja ofrece un pequeño paraíso por descubrir lleno de recursos naturales y culturales. Se caracteriza por su horticultura, vitivinicultura, así como por su extenso patrimonio histórico y artístico preservado a través de sus ciudades y pueblos. Su capital es Logroño, la llamada provincia de los 7 valles que, junto a pueblos como Calahorra, Arnedo, Alfaro, Haro, Santo Domingo de la Calzada y Nájera, ofrece a través de sus monumentos la historia, el arte y la cultura de la Rioja, tierra de paso por la que se transita para ir del Cantábrico al Mediterráneo o de los Pirineos a la Meseta, a través de las legendarias rutas del Camino de Santiago. 

Y es que La Rioja se puede descubrir paseando por el Camino Francés, su tramo más antiguo, que converge en Logroño hasta encontrarse con la Ruta Jacobea del Ebro, la calzada romana que va desde Tarragona y Astorga, pasando por las ciudades riojanas romanas: Alfaro, Calahorra y Varea. 

A través de estos caminos, senderos y rutas, La Rioja muestra al visitante sus grandes tesoros artísticos, como son: el Monasterio de Suso en San Millán de la Cogolla, la cuna de las primeras palabras escritas en español que se conservan; El Barranco Perdido, el lugar donde se conserva los mayores restos arqueológicos de dinosaurios; numerosos castillos que cuentan la historia de la tierra de las fronteras; vestigios antiguos procedentes de todas las civilizaciones que pasaron por la Península Ibérica: desde la celtíbera, cristiana, visigoda, romana, hasta la árabe; iglesias y molinos, numerosos museos que guardan el pasado y presente de la comunidad; una artesanía propia y añeja y, por supuesto, las mejores bodegas y viñedos del país. 

Todo ello, rodeado de una naturaleza que no sólo te ofrece los mejores alojamientos rurales de la Península, sino también paisajes compuestos por montes, parques naturales, valles, sierras, tierras de pastores, y por la Reserva de la Biosfera de La Rioja, que ocupa casi un 24% del territorio regional, englobando cuatro valles: Leza, Jubera, Cidacos y Alhama-Linares. 

Así, La Rioja te brinda sumergirte en la más antigua cultura del vino, mientras conoces las leyendas del Camino de Santiago y disfrutas de todas las actividades deportivas de aventuras y rurales posibles: esquí y esquí de fondo; alpinismo, senderismo, montañismo, peint-ball, espeleología, puenting, rapel, vuelos en parapente, ala delta, paseo en globo, ultraligero caza mayor y menor; pesca, piragüismo; golf, rutas a caballo... 

Todo en ello en un clima predominantemente mediterráneo y de estaciones marcadas, con temperaturas medias de 11 a 31° C según la estación, y con la compañía del viento Cierzo durante el invierno. 

El origen de La Rioja data de la Edad de Hierro, cuando habitaban en este territorio las tribus de los berones, los autrigones y los vascones. Tras ellos, La Rioja comienza un periplo en manos de diferentes civilizaciones: romana, visigoda, musulmana y cristiana. Con esta última, durante los siglos XI y XII, la mayor parte de La Rioja formó parte del reino cuya capital era la Nájera, hasta que el de Castilla lo anexiona a su territorio. Finalmente, en 1822 surge la auténtica e independiente Rioja con la creación de la provincia de Logroño, consiguiendo, 160 años después, constituirse como uni-provincial de la comunidad autónoma. 

Hoy en día, La Rioja es la segunda comunidad autónoma más pequeña en España, que vive de su conocida producción de vino Rioja DOCA, de la producción textil, calzado, muebles, la agricultura, la cría de animales, los embutidos y los alimentos de conserva. Así que ya puedes imaginar las esplendidas rutas gastronómicas, salpicadas de uno de los mejores vinos del país, que te ofrece estar tierra románica y medieval.

La Rioja, las riquezas del Ebro

La Rioja, las riquezas del Ebro
Elegir como destino de vacaciones la comunidad de La Rioja supone viajar a una tierra llena de riquezas que disfrutar. Se trata de la cuna del turismo rural que ofrece un vasto patrimonio cultural en un paisaje auténtico, protegido y rural, marcado por el Río Ebro, sus afluentes y por sus bellos valles.Es la comunidad más pequeña de España que tiene mucho que mostrar a su visitante a través de sus cuatro comarcas, comenzando por: 
 
La Comarca de Logroño, enmarcada por el Valle de Iregua y los Montes de Camero Nuevo, en donde se encuentran los principales monumentos históricos de La Rioja, y en cuyo territorio se localiza su capital, Logroño. Ciudad monumental cuyo casco antiguo y sus cuatros iglesias monumentales forman parte de El Camino de Santiago, recorrido que se encuentra en el curioso Juego de la Oca, representación de los hitos principales del Camino. En la ciudad más grande de La Rioja hay muchos sitios por conocer, como son: la Plaza del Mercado y la Concatedral de la Redonda, la Plaza de Abastos, las famosas Calle Laurel y San Juan, llena de cafés y bares con sus especialidades en pinchos y vinos, y por supuesto las populares bodegas de la capital: Juan Alcorta, Bodegas Olarra, o la Bodegas Ontañón. 
 
A sólo 15 kilómetros de la capital se halla uno de los monumentos más emblemáticos de la región, el Castillo rocoso de Clavijo, cuya leyenda cuenta como aquí el Apóstol Santiago hizo su aparición montado en un caballo blanco. 
 
En esta comarca se encuentran los municipios por los que pasa la ruta de peregrinación medieval (Navarrete, Alcanadre, Agoncillo y Jubera), mostrando un considerable patrimonio cultural formado por: el Hospital de San Juan de Acre; la Iglesia de la Asunción de la Virgen; la ermita de San Aradón, donde, dicen, hubo un templo de los templarios; las ruinas del acueducto romano del siglo I; la iglesia de Santa María de la Asunción; el Castillo de Aguas Mansas, cuyo escudo representa la Cruz de Calatrava, o el Castillo fortaleza de Jubera. 
 
Para conocer su naturaleza fértil, agrícola y vinícola, nada mejor que descubrir La Comarca de La Rioja Alta, la zona más occidental de la región, embellecida por los Valles de Oja, Tirón, del Ebro y de Najerilla. En ella se encuentran los cauces de los ríos Tirón, Oja y Najerilla, en los que descansan los municipios medievales, árabes y de la cultura del vino de Haro, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Ezcaray y Anguiano. 
 
Haro es una ciudad amurallada y la capital de la comarca vinícola, y Nájera es importante por su Monasterio de Santa María la Real, donde se halla enterrada la Reina Blanca de Navarra, los Duques de Nájera y López de Haro y en donde se descubre la cueva donde se encontró la imagen de la virgen. Además, aquí también está el Museo Arqueológico Najerillense, que alberga restos arqueológicos de todas las épocas. Y uno de los más importantes municipios de La Rioja es Santo Domingo de la Calzada, el pueblo medieval fundado por Santo Domingo, que forma parte de la Ruta Jacobea, y en donde está la famosa Catedral de Santo Domingo de la Calzada y su popular gallinero, que siempre guarda un gallo y una gallina vivos. 
 
En esta comarca también está el pueblo de San Millán de la Cogolla establecido por los eremitas entorno al año 500. Este pueblo tiene el honor de guardar, en el Valle del río Cárdenas, el Monasterio de Suso y sus cuevas rupestres, Patrimonio de la Humanidad en 1997, y el Monasterio románico de Yuso, hogar de Domingo de Silos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Lugares que representan la Cuna del Castellano y que forman parte de la Ruta de la Lengua. 
 
Y otro punto imprescindible que visitar de esta comarca es San Vicente de la Sonsierra, donde se encuentran asentamientos desde la prehistoria, como es el dolmen neolítico de la Cascaja o el poblado de la Nava de la edad de Hierro. 
 
La Comarca de la Sierra forma parte de La Sierra de la Demanda o de Arandio, espacio natural protegido que se halla en los límites de las provincias de Burgos, La Rioja y Soria. Comprendida por el Valle de Alhama y Linares, es la extensión más amplia de La Rioja en donde también te tropiezas con innumerables monumentos medievales y musulmanes, cuyos vestigios se muestran a través de la exposición etnográfica de San Andrés de Lumbreras o en el Ecomuseo El Molino del Corregidor, de San Román de Cameros. Que se combinan con otros lugares de interés histórico y paisajístico como son: el Parque Natural de Sierra Cebollera, las Cuevas de Ortigosa del Monte de Encinero, que encierran las grutas de estalactitas de La Paz y de la Viña; el Yacimiento prerromano de Contrebia Leukade de Inestrilla, y Sierra de Cameros de Trevijano, donde descansa el conjunto de Dolmen del Collado del Mallo, el más grande de La Rioja
 
Y por último, La Comarca de La Rioja Baja evidencia los últimos secretos de esta bella provincia. Se encuentra delimitada con la frontera de Navarra, en el lado derecho del Río Ebro, enmarcada entre el Valle de Cidacos y la Sierra y bañada por el río Cidacos. Esta zona agrícola de olivos y cereales descubre la historia de los íberos, los celtas, los romanos, los musulmanes y, finalmente, de los castellanos, a través de la ciudad de Alfaro. Sus calles y casas expresan el estilo mudéjar aragonés, así como descubren sus monumentos nacionales, como son sus iglesias y ermitas. En la capital de la comarca también está situada la Reserva Natural de los Sotos del Ebro, en donde habita una importante colonia de cigüeñas. 
 
Otros sitios que merecen una visita de esta zona de La Rioja son: Rincón de Soto; Arnedo, de orígenes prehistóricos y con importantes vestigios románicos, en donde se halla el Centro Temático de Ciencias Naturales y el Castillo roquero del siglo IX y X; Arnedillo, que descubre la fauna de La Rioja a través de su Centro de Interpretación y Observación del Buitre Leonado, así como las riquezas de su balneario de aguas termales; Igea y Ecinso, con sus respectivos centros de interpretación paleontológicos y, por último, Calahorra, la última ciudad española que se rindió a Roma, en cuya Catedral, del Salvador, se guardan obras de arte de gran valor. También custodia el yacimiento arqueológico románico de La Clínica y el Crucifijo o Humilladero, en el que debían rezar los peregrinos cuando entraban en la ciudad. 
 
Y mucho más ofrece La Rioja, testigo de la larga historia de la Península Ibérica que, a través de sus paisajes, comarcas, monumentos y costumbres, enseña la armonía de las diferentes civilizaciones que hicieron de esta región un rincón único en el mundo.

La huerta y la caza de La Rioja bañadas de un crianza

La huerta y la caza de La Rioja bañadas de un crianza
De tapas o de menú, la gastronomía riojana te ofrece de la más rica y variada dieta de la Península Ibérica. Y es que la cocina de La Rioja está compuesta por los más diversos productos de la huerta y por sus buenos pastos. De ahí que su larga lista de platos tradicionales se elabore con ricas verduras, legumbres, frutas, embutidos, todos los derivados lácteos y platos de caza. 
 
Así, la gastronomía de La Rioja se enriquece con alcachofas, espárragos, borrajas, champiñones, pimientos del piquillo, cogollos, cardo, patatas, legumbres, olivos y frutales, que acompañan a los mejores embutidos y platos de caza. 
 
Con estos ingredientes, La Rioja ofrece su especial gastronomía de tapas. Una costumbre muy popular de esta región que se disfruta en prácticamente todas las tascas de la comunidad. Pero de todos, los lugares más populares para comer pinchos son las calles Laurel y San Juan de Logroño, donde cada bar te ofrece su especialidad: tapas de champiñones o de piquillos, pinchos morunos, bocatas de pimiento y anchoas, patatas bravas, alcachofas,... que siempre se acompañan de los crianzas. 
 
Y si en tu visita a La Rioja prefieres conocer la carta gastronómica completa, hay que preparar el estomago para los platos más típicos de la región comenzando con las verduras o entrantes, como son: la menestra de verduras a la riojana, los caracoles, los cardos con almendras o las pochas estofadas, tras lo que siguen los primeros platos, siendo los más tradicionales: las patatas a la riojana con chorizo, pimientos rellenos de carne, chuletillas al sarmiento, caldereta de cordero, cordero asado, bacalao a la Riojana, callos, manitas o lechecitas a la riojana... 
 
El menú riojano termina con postres elaborados con las frutas de la región: melocotón con vino, manzanas asadas, peras al vino, dulce de higo; así como con los dulces y bollerías típicas de La Rioja: los mazapanes y los fardelejos.
 
Todo, por supuesto, acompañado por los populares vinos de Denominación de Origen La Rioja que provienen de las más de 500 bodegas de la provincia. Así que elegir La Rioja como destino de vacaciones supone visitar una de las gastronomías más autentica, tradicionales, naturales y ricas del país. Se trata de una cocina caracterizada por su propia elaboración, a base de productos naturales, que ha fusionado las distintas formas de elaboración procedentes de La Ribera y de La Sierra.

Festejos tradicionales cargados de mitos y leyendas en La Rioja

Festejos tradicionales cargados de mitos y leyendas en La Rioja
Las fiestas de La Rioja se caracterizan por su auténtico aire tradicional, por sus costumbres añejas y por supuesto, por su cultura del vino. Sus principales fiestas se diferencian por sus tradiciones, sus procesiones, romerías y su folclore, que se vive con intensidad en todos los pueblos de la provincia. 
 
Comenzando por Logroño, cuyas fiestas más importantes son la de la Vendimia del 21 de septiembre. Se trata de la llamada fiesta de los sanmateos, una celebración trascendental para todos los riojanos, que se disfruta con desfiles de carrozas, degustaciones gastronómicas y con bulliciosas charangas y bailes folclóricos. 
 
En la misma capital también se celebra la fiesta de San Bernabé el 11 de Junio. Con esta fiesta patronal se conmemora la victoria contra las huestes francesas del general Asparrot que tuvo lugar el 11 de Junio de 1521. En esta fiesta se reparte peces, pan y vino a la gente que acude ante la Puerta del Revellín, los restos la antigua muralla que rodeaba la ciudad. 
 
Una fiesta declarada de interés turístico internacional es la de la Batalla del Vino de Haro de La Rioja que se lleva a cabo el 29 de junio, el día de San Pedro. Otra celebración que se enmarca dentro de las fiestas jarreras de San Juan, San Felices y San Pedro, con la que se recuerda las batallas entre la localidad burgalesa de Miranda de Ebro y la riojana de Haro por poseer la zona de Bilibio, el castillo medieval desde donde se inició la reconquista y en donde ahora se encuentra una ermita. En la Batalla del Vino, que recrea el momento de la reconquista, se arrojan entre los romeros miles y miles de litros de vino, dejando el ambiente bañado de risas, color y aroma. 
 
De batallas también va la fiesta más importante de San Asensio. Se trata de la fiesta de La Batalla del Clarete, en la que el homenajeado es el vino clarete, que se celebra en Julio, llegando la festividad de Santiago En Santo Domingo de La Calzada se representan las más autenticas tradiciones de La Rioja con Las Fiestas del Santo, que comienzan el día 25 de Abril y terminan el 10 de mayo. En esta fiesta, la Cofradía de Santo Domingo recorre el pueblo pintada de azul y con una pluma en el rostro de cada miembro. Le siguen otras procesiones como la del tamborilero que guía a los peregrinos mientras se reparten los molletes –panes sagrados-, o el desfile de los carneros que recuerda los tiempos del fuero de Alfonso I de Aragón. Tras ellas, más procesiones, todas organizadas en honor a las tradiciones del pueblo: la Bendición de los Ramos de Encinas, el desfile de las Prioras, la Procesión del Pan del Santo, la procesión de La Rueda hasta la catedral y, por último, el almuerzo del aniversario de la muerte del Santo. 
 
Les siguen otras fiestas propias  de diferentes localidades de La Rioja dedicadas a la gastronomía, a las conquistas medievales y a costumbres añejas, como son: las fiestas patronales de septiembre del Festival del Chorizo de Baños de Río Tobía, que se celebran en honor de San Mateo degustando el producto típico de la tierra; las fiestas del Pan y el Queso de Quel, que se llevan a cabo el 6 de agosto a través de la Procesión a la Ermita del Santo Cristo de la Transfiguración, el santo que salvó al pueblo de la peste de 1479; la fiesta medieval de Los Picaos de San Vicente de la Sonsierra; la Romería a la Cueva del Santo de San Millán que tiene lugar el 15 de junio, y la Romería de Lomos de Orio, que se organiza el primero domingo de julio para donar carne de cordero y barras de pan a la Virgen de Lomos.
 
Y aún hay más, porque cada pueblo de La Rioja tiene su añeja tradición que rememorar, como son: Calahorra, con la fiesta que recuerda el martirio de sus patronos San Emeterio y San Celedonio el 3 de marzo; Sorzano, con la Procesión de las Doncellas de mayo, que recuerda los tiempos de la reconquista en los que se otorgaba cien doncellas al moro en el poder, y Cervera del Río Alhama, con la fiesta de Santa Ana, que rememora otros tiempos de cristianos y moros. 
 
Se tratan de fiestas populares y tradicionales que cuentan la larga historia de La Rioja desde la época de los romanos.

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