Comenzaremos nuestro viaje en Frankfurt, famosa por ser la sede del Banco Central Europeo. Situada a orillas del río Meno y dotada de una interesante agenda cultural, artística, musical y de ocio, te recomendamos visitar la Plaza Römerberg, donde se encuentran el edificio del ayuntamiento y el Museo de Arte Schirn Kunsthalle; la Catedral de San Bartolomé, de 100 metros y estilo gótico; la Casa Museo de Goethe, donde vivió el célebre escritor Johann Wolfgang von Goethe que actualmente alberga un museo en honor a su vida y obra; y la espectacular Torre del Meno o Main Tower, desde donde podrás apreciar una de las mejores vistas de la ciudad.
Posteriormente, tras embarcar en tren, viajaremos a Berlín, la enigmática capital alemana. Déjate seducir por sus monumentos y su pasado histórico, por su animada vida nocturna repleta de bares y locales de diseño y por sus animados mercadillos callejeros. Aprovecha tu viaje para descubrir algunos de sus lugares más emblemáticos como su icónica Puerta de Brandemburgo, su imponente Bundestag, su histórico Muro de Berlín, su siempre impactante Catedral y su elegante Palacio Charlottenburg. ¿Preparado para la aventura? ¡No te lo pierdas!
Salida en vuelo con destino a Frankfurt. Llegada y traslado al hotel. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
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Traslado a la estación por cuenta propia. Llegada y traslado al hotel de Berlín también por cuenta propia. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
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A la hora convenida, traslado al aeropuerto para coger el vuelo de regreso a España.
Desde la Torre del Meno, podrás apreciar
una de las mejores vistas de la ciudadFamosa por ser la sede del Banco Central Europeo, esta moderna y cosmopolita ciudad alemana cuajada de rascacielos, museos, palacios, castillos, espacios verdes y cuidados parques ofrece al viajero una animada vida nocturna, multitud de comercios, zonas de shopping y un sinfín de propuestas gastronómicas. Pon rumbo a esta ciudad de ambiente urbano situada a orillas del río Meno y dotada de una interesante agenda cultural, artística, musical y de ocio.
En tu hoja de ruta no deben faltar la Plaza Römerberg, donde se encuentran el edificio del ayuntamiento y el Museo de Arte Schirn Kunsthalle; la Catedral de San Bartolomé, de 100 metros y estilo gótico; el Museo Städel, que exhibe importantes obras de arte europeo; el Museo de Arte Moderno de Frankfurt y Goethe-Haus, la casa natal del célebre escritor Johann Wolfgang von Goethe que actualmente alberga un museo en honor a su vida y obra.
Otras visitas imprescindibles son la Ópera Antigua, el Zoológico, el Jardín de Palmeras y la _Frankfurter Skyline_, la parte más moderna de la ciudad repleta de hoteles y modernos rascacielos entre los que destacan los 200 metros de altura de la Torre del Meno o Main Tower, desde donde podrás apreciar una de las mejores vistas de la ciudad.
Si te acercas a Frankfurt no debes dejar de visitar la zona más representativa del casco antiguo, el Römerberg disfrutar de un paseo al lado de sus pintorescos edificios. Aunque quedó totalmente derribada por los bombardeos de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de las edificaciones que la rodean fueron reconstruidas fielmente a su arquitectura original.
Aquí localizarás hermosas casas tradicionales y algunos de los edificios históricos más importantes de Frankfurt como el Ayuntamiento o el Römer que fue levantado en el siglo XV y ampliado sucesivamente hasta el siglo XX. Además, esta plaza también alberga la famosa iglesia de San Nicolás. De estilo gótico, probablemente fue erigida en el siglo XI. En la época imperial fue declarada "Capilla real" y en el siglo XV pasó a ser la capilla oficial del Concejo de la ciudad. Su campanario cuenta con un carillón de 35 campanas que suenan cada día a las 9:05h, 12:05h y 17:05h.
Y en el lado sur de la plaza Römerberg, localizarás el Museo Histórico de Frankfurt, dedicado a la historia de la ciudad desde la Edad Media hasta el siglo XX, incluyendo la destrucción causada por la Segunda Guerra Mundial. Encontrarás numerosas maquetas de la ciudad, una de las cuales la representa tal y como era en la Edad Media. ¡No te lo pierdas!
La sala central del Römer recibe el nombre de Kaisersaal porque era el lugar de coronación de reyes y emperadores del Sacro Imperio. En las paredes de la sala penden los retratos de los 55 monarcas que fueron coronados allí desde 1152 a 1806. Por otro lado, en el siglo XIX se construyó una nueva ala del Römer al otro lado de la calle, unida al edificio principal por un puente de ladrillo conocido como Puente de los Suspiros o Seufzerbrücke, ya que recuerda al de Venecia.
A tan sólo uno minutos de la Plaza Römerberg, localizarás la Catedral de San Bartolomé, uno de los edificios más sobresalientes de Frankfurt. Y es que esta inmensa iglesia de casi 100 metros de altura y de color rojizo -provocado por la piedra arenisca que la compone- fue el lugar escogido para coronar a varios emperadores alemanes entre 1356 y 1792. El hecho de que se coronaran varios reyes alemanes en este templo hizo que se la nombrase iglesia imperial y posteriormente Kaiserdorm o Catedral del Imperio.
Desgraciadamente, entre los años 1943 y 1944, las Fuerzas Aliadas bombardearon Frankfurt creando una profunda devastación de la ciudad. Los deterioros que sufrió esta iglesia fueron enormes, de hecho, su interior fue completamente quemado. Actualmente, la catedral ha sido totalmente restaurada. A su lado se encuentra el Dommuseum, donde se puede contemplar gran parte del patrimonio arqueológico que ha formado parte de la catedral y de la historia de Frankfurt desde sus inicios.
VISITA DE LA CATEDRAL
En el interior de la Catedral se esconden algunas joyas. ¿Te animas a descubrirlas?
El altar principal, decorado con un retablo gótico del siglo XV, representa la vida de Jesús.
El Altar de la Dormición de Santa María, en la Capilla de Santa María, es el único que se conserva de la catedral original. Fue creado en 1434 y representa la muerte de la Virgen María, rodeada por los Apóstoles.
La Wahlkapelle o Capilla del Electorado, el lugar donde los siete electores elegían al emperador. Se utilizó por primera vez para ese fin en la elección de Alberto II, ya que antes oficiaba de biblioteca. Dieciséis de los 23 emperadores que tuvo Alemania fueron elegidos en esta capilla.
La torre gótica fue completada en el siglo XV. El diseño actual, con una espira, es del siglo XIX, cuando la iglesia fue reconstruida después del incendio. Podrás acceder a la torre por una escalera de 328 escalones. ¡No dudes en subirlos! Disfrutarás de una asombrosa vista de la ciudad y de algunos de sus extraordinarios rascacielos.
Si planeas visitar la ciudad de Frankfurt no puedes perderte la Casa Museo Goethe, lugar en el que nació y vivió el escritor Johann Wolfgang von Goethe hasta su partida a Leipzig. A un costado de la casa se ubica el Museo Goethe, donde aún se exponen numerosos libros pertenecientes a la biblioteca personal del autor, así como documentos y pinturas relacionadas con su vida y obra.
UN POCO DE HISTORIA
La Casa de Goethe fue inicialmente comprada por su abuela en 1733. Se trataba de dos propiedades contiguas, del año 1600, que la familia Goethe conservó la casa hasta 1795. Posteriormente, el edificio fue demolido en la Segunda Guerra Mundial y reconstruido a su estado original, incluyendo el mobiliario, entre 1947 y 1951.
Muchos de los objetos -que podrás ver en la sala- son originales. Entre ellos destacan porcelanas, almohadones bordados, un retrato del joven Goethe y otros retratos familiares, y el escritorio del estudio de Goethe, en el tercer piso, donde nacieron sus dos obras más famosas: "Werther" y "Fausto".
OBRAS LITERARIAS
Entre sus obras más conocidas se encuentran también Ifigenia en Táuride (1787), Egmont (1788) y Fausto (publicada en dos partes, la primera en 1808 y la segunda en forma póstuma en 1833).
Compuesto por un total de catorce habitaciones, si decides visitar el Museo, podrás ver obras artísticas del siglo XIX realizadas como homenaje a Goethe, la colección de arte del escritor, así como obras de expertos contemporáneos que formaron parte del Sturm und Drang, un movimiento literario precursor del romanticismo. Además, este enorme espacio alberga cuadros, grabados y bustos de los siglos XVIII y XIX del barroco tardío al período Biedermeir.
Frecuentada de día y de noche por millones de turistas de todo el mundo, la histórica Puerta de Brandeburgo es uno de los puntos obligados para el visitante que busca conocer las señas de identidad de la sorprendente capital alemana. Su elegante estampa es considerada el epicentro de la unificación berlinesa.
Situada en el centro de la ciudad, junto al parlamento alemán, céntricas calles, elegantes edificios y lujosos hoteles, esta emblemática puerta constituyó en el pasado la separación entre el Berlín del Este y el del Oeste. Seria precisamente tras la caída del Muro cuando esta emblemática puerta -construida por el arquitecto Carl Gotthard Langhan entre 1788 y 1791 y que cuenta con 26 metros de altura y un estilo neoclásico que recuerda a las construcciones de la Acrópolis de Atenas- se convirtió en uno de los principales símbolos de la unidad de todo el pueblo alemán.
Próxima a la Puerta de Brandeburgo, encontrarás la East Side Gallery, la mayor galería de arte al aire libre del mundo que se encuentra localizada sobre una sección de 1,3 kilómetros en la cara este del muro. La encontrarás muy cerca del centro de Berlín, concretamente en la calle Mühlenstraße del distrito Friedrichshain-Kreuzberg, a lo largo de la rivera del río Spree. En ella, podrás observar cientos de graffitis de artistas de todo el mundo que expresan, a través de sus obras, optimismo y esperanza por un futuro libre y mejor.
Postdam es un barrio más de Berlín, situado a 20 kilómetros de la capital alemana. Surcado por el río Havel, Postdam, capital del estado de Brandemburgo, fue declarado en 1990 como “Patrimonio Cultural de la Humanidad” por la UNESCO. Rico en historia y arquitectónicamente bello, su visita es casi obligada para los turistas que se acercan a Berlín, ya que se encuentra tan sólo a media hora de tren.
No puedes abandonar Postdam sin visitar el Puente de los Espías, el Jardín Nuevo, Alexandrowka (unos de los barrios históricos y más curiosos de Berlín con casas que, en cierto modo, recuerdan a la ciudad de Moscú) y el conjunto de palacios que fueron construidos por Federico el Grande y que fueron residencia de los Káiser de Alemania hasta 1918 cuando dicho país, junto con otros países, perdieron la Primera Guerra Mundial y se proclamó la República de Weimar. Además, dichos palacios también sirvieron para la firma del Tratado de Potsdam de 1945 entre las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial.
TIERRA DE PALACIOS
En lo referente a los palacios, hay dos que destacan principalmente: el Palacio Pequeño o Sanssouci (en referencia a la influencia francesa de la época, Palacio de las sin preocupaciones). Los "káisers" lo utilizaban como una residencia de descanso, de desconexión de los quehaceres diarios.
Y por otro lado, el Gran Palacio, ya más parecido a Versalles. Este palacio se utilizaba más para el trabajo. Entre ambos palacios, discurre un bonito bosque lleno de senderos, estanques y fuentes, que hace del caminar una delicia.
Existen otros palacios más pequeños en Potsdam, como son el Palacio Chinesco y además, por el gran amor que tenía Federico el Grande al arte, existen otros pequeños monumentos que al verlos, da la sensación de estar en Florencia por su semejanza arquitectónica.
Postdam es también un enclave histórico. Sería precisamente en este barrio donde se organizaron las conferencias de agosto de 1945, entre Roosevelt, Churchill y Stallin, para decidir, entre otras cosas, lanzar la bomba atómica sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Un kilómetro artístico en el barrio de Friedrichshain. Así es el East Side Gallery. Tras la caída del muro, éste fue decorado con pinturas de más de 100 artistas en las que plasman los acontecimientos más importantes de la historia de Berlín.
Estos artistas, mediante esta obras querían abrir camino hacia una esperanza por un futuro libre y mejor en la ciudad.
A lo largo de los años, algunos de estos grafitis estaban muy dañados por lo que se restauraron
Hay muchos lugares por los que acceder al muro y observar diversos puntos de interés.
Si accedemos por Potsdamer Platz recorreremos algunos lugares conmemorativos, restos del Muro, antiguas torres de control o paneles informativos con información histórica.
Si sigues por Mühlenstraße podrás ver los restos del muro interior, declarado Patrimonio histórico. En cambio, si vas por Schillingbrücke podrás observar de cerca el Monumento a Peter Fechter
Uno de los lugares de visita obligada durante tu viaje a Berlín es el enigmático edificio del Parlamento Alemán, conocido también como el Bundestag o Reichtag, que cada año es visitado por millones de turistas que buscan conocer su cúpula y su imponente arquitectura.
Podrás fotografiarte frente a la gran fachada de este hermoso edificio histórico y subir a la azotea del Reichstag en ascensor. Posteriormente, podrás acceder a la gran cúpula de cristal y transitar por ella. Durante el recorrido, observarás numerosas fotografías antiguas que te ayudarán a conocer la historia del Parlamento a través de sus instantes más interesantes.
La cúpula, que fue rediseñada por el arquitecto Norman Foster para la recuperación del edificio, aspira a ser un elemento simbólico, con el objetivo de manifestar públicamente que este lugar representa el centro de la democracia parlamentaria y, que el pueblo, desde la parte superior, puede cerciorarse de que todos los asuntos son desarrollados con auténtica claridad. Además, desde su interior, también podrás contemplar una amplia vista sobre la ciudad.
Por otro lado, si tienes interés en profundizar en la historia del Reichstag y ampliar conocimientos sobre la arquitectura y el arte del edificio, también tienes la posibilidad de apuntarte previamente a visitas guiadas en diferentes idiomas, entre los que se incluye el español, el inglés, el italiano, el alemán y otros muchos más. ¡No te lo pierdas!
A lo largo de la historia, el Parlamento Alemán, no sólo ha sufrido numerosas modificaciones, sino que también ha sido escenario de algunos de los sucesos históricos más importantes del siglo XX y del siglo XXI. De hecho, fue precisamente aquí donde se declaró la República de Weimar y donde, más tarde, el edificio fue víctima de un sospechoso incendio tras nombrarse canciller Adolf Hitler. Tras la Segunda Guerra Mundial, este edificio quedó prácticamente derribado y hubo un intenso debate acerca de su demolición o recuperación. Definitivamente, en 1956 optaron por reconstruirlo aunque sin rehacer su cúpula original.
La cocina de Alemania es conocida sobre todo por sus salchichas, muy variadas en cuanto a colores y sabores. Cada región alemana ofrece una especialidad diferente; las salchichas de Frankfurt, con un sabor suave, las salchichas de Núremberg, que se sirven asadas, o bien las de Baviera, con un color más claro.
Otros platos típicos muy recomendables son el eisbein, codillo de cerdo en salmuera acompañado con puré de guisantes y sauerkraut (col agria); döner kebab, pan relleno de carne, ensalada y salsa, kartoffelsalat, ensalada de patatas; y kasseler: costilla de cerdo ahumada.
El plato más típico y saboreado de Berlín es el currywurst, una salchicha en rodajas con una salsa de kétchup, curry y patatas fritas. La encontrarás en cualquier restaurante o puesto callejero.
Situada en el centro de Europa, entre el mar del Norte, el mar Báltico y los Alpes, Alemania ocupa un área de casi 360.000 km2. Limita con Polonia y la República Checa al este; con Austria y Suiza al sur; con Francia, Bélgica, Luxemburgo y Holanda al oeste, y con Dinamarca al norte.
En total, está compuesta por 16 Estados. Bremen es el más pequeño con alrededor de 700.000 habitantes; Renania Septentrional – Westfalia es el más poblado con 18 millones. El Estado más grande, Baviera, ocupa un área de 70.531 km2. Berlín -la capital del país-, Bremen y Hamburgo son Estados - ciudades autónomas.
Este país, que cuenta con 81 millones de habitantes, ofrece
arte, moda, festivales, ciudades Patrimonio de la Humanidad, increíbles balnearios y espectaculares espacios naturales. Entre sus principales atractivos destacan la Selva Negra, el Lago Constanza, Los Alpes, sus pintorescos pueblos centenarios llenos de historia, la cosmopolita Berlín con sus edificios gubernamentales y su histórico muro y Colonia con su Catedral y su famosos Carnavales.
La mayoría de las ciudades y de los pueblos alemanes tienen una fábrica de cerveza. La más antigua del país, fundada en el año 1040, es la del monasterio benedictino de Weihenstephan en Freising, considerada la fábrica de cerveza en funcionamiento más antigua del mundo. Muchas grandes cervecerías y consorcios públicos producen marcas célebres en el mundo entero, pero las que salen de las fábricas pequeñas, disponibles sólo en algunos bares regionales, no son peores. Es recomendable probar cerveza tanto de los pequeños como de los grandes productores, como Paulaner y Löwenbrau.
Para los ciudadanos nacionales españoles sólo necesitan llevar consigo el pasaporte o el DNI para viajar a Alemania. No hace falta ningún tipo visado.
No es necesario vacunarse para viajar a Alemania. Puedes contratar un seguro privado u obtener la tarjeta Sanitaria Europea TSE, que cubrirá la mayoría de casos en los que se precise asistencia sanitaria.
Este país sigue el Horario Central Europeo (GMT más una hora), como España, (una hora menos en las islas Canarias). Al igual que en España, la hora se adelanta el último domingo de marzo y se atrasa el último domingo de octubre.
Alemania es famosa por la calidad de su artesanía regional, manufacturas, vinos y cervezas, así como por su pan, dulces y productos frescos. Además, en todas las ciudades hay tiendas y almacenes donde se venden las marcas internacionales de ropa y complementos.
En Alemania no existen propinas mínimas establecidas, aunque a los taxistas se les suele dar 1 - 2€. En los restaurantes, el servicio y los impuestos suelen incluirse en la cuenta, pero es habitual dejar una propina de aproximadamente un 10% del importe de la factura.
La moneda oficial es el euro.
Las tarjetas de crédito de uso más común (Visa, American Express, etc.) son
plenamente aceptadas.
La corriente eléctrica es de 220 voltios a 50 Hz. Los enchufes son de tipo europeo (de clavijas redondas).
El idioma oficial es el alemán. En las grandes ciudades y lugares turísticos, el viajero puede hacerse entender en inglés.
No existen restricciones a la importación de moneda, sea local o extranjera.
Los bienes comprados en la Unión Europea para uso personal y traídos a Alemania no incurren en impuestos si los impuestos fueron pagados en otro países. No obstante, se han establecido los siguientes límites para el tabaco y el alcohol: 800 cigarrillos, 400 puros, 1 kilo de tabaco, 10 litros de licor, 20 litros de vino encabezado y 110 litros de cerveza. Está prohibida la importación de drogas, animales o plantas en peligro de extinción.
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