Recorre los lugares más emblemáticos de Pekín, Shanghái y Hong Kong

Comenzaremos nuestro viaje en la fascinante urbe de Pekín, la capital política del país. Durante tu estancia te recomendamos visitar la magnífica Ciudad Prohibida, la Plaza de Tiananmen, el Mausoleo de Mao – que alberga el cuerpo embalsamado del dictador comunista–, el Templo del Cielo y los hutongs, unos estrechos callejones tradicionales por los que es una auténtica delicia pasear sin rumbo fijo, ya que se encuentran aglomerados de fascinantes farmacias tradicionales y herbolarios.

Posteriormente, volaremos a Shanghai, uno de los principales centros financieros del mundo, que integra como nadie la modernidad de impresionantes rascacielos con los edificios coloniales y las casas tradicionales. Dividida por el río Huangpu, Shanghái es el destino perfecto para degustar la rica variedad gastronómica de las diversas regiones del país y para dar rienda suelta a quienes disfrutan de las compras como parte esencial de sus vacaciones.

La última etapa del viaje la dedicaremos a conocer Hong Kong, una cosmopolita urbe asiática plagada de rascacielos, lujosas galerías comerciales, mercados y mercadillos callejeros y una amplia oferta de ocio y entretenimiento las 24horas del día. Mezcla de tradición y modernidad, de pasado y futuro, esta fascinante urbe ofrece su mejor estampa desde lo alto de la colina de Victoria Pick y/o en un paseo en barco al anochecer por la bahía Victoria con sus vanguardistas e infinitas torres reflejadas en sus aguas.

Reserva ya tu plaza y empieza a conocer este increíble país de contrastes.

Descubre el programa del viaje

Día 1: España - Pekín

Vuelo con destino a Pekín. Noche a bordo.

Día 2: Pekín

Llegada y traslado al hotel. Día libre. Alojamiento.

Día 3: Pekín

Día libre. Alojamiento.

Día 4: Pekín

Día libre. Alojamiento.

Día 5: Pekín- Shanghai

Traslado al aeropuerto para coger un vuelo con destino a Shanghai. Llegada y traslado al hotel elegido. Alojamiento.

Día 6: Shanghai

Día libre. Alojamiento.

Día 7: Shanghai

Día libre. Alojamiento.

Día 8: Shanghai - Hong Kong

Traslado al aeropuerto para coger un vuelo con destino a Hong Kong. Llegada y traslado al hotel elegido. Alojamiento.

Día 9: Hong Kong

Día libre. Alojamiento.

Día 10: Hong Kong

Día libre. Alojamiento.

Día 11: Hong Kong - España

A la hora acordada traslado al aeropuerto para coger un vuelo de regreso a España. Llegada y fin de nuestros servicios.

VISITAR UN HUTONG DE PEKÍN EN RICKSHAW

¡Admira la arquitectura tradicional china!

No todo son rascacielos y grandes bloques de hormigón en Pekín. De hecho, en algunas calles del centro histórico, aún es posible encontrar maravillas como la Ciudad Prohibida y otras interesantísimas muestras de la arquitectura y el urbanismo más tradicionales de China. ¿Te apetecería conocerlas mientras paseas tranquilamente en rickshaw?

Esta actividad te permitirá descubrir de primera mano los llamados siheyuan, uno de los elementos más característicos de la capital del país. Estas construcciones consisten en un recinto cuadrado con habitaciones que encierran un patio central, normalmente dotado de vegetación. Los siheyuan se alzan sobre los no menos típicos hutong, calles y callejones que conectan el interior del casco antiguo. Muchos de ellos son tan angostos que ni tan siquiera permiten que los coches puedan circular, por lo que el uso del rickshaw es la mejor opción para recorrer estos pintorescos rincones de la antigua Pekin, cada vez más escasos.

El motivo de que los pekineses poco a poco fueran abandonando los siheyuan para instalarse en pisos es evidente, ya que estas viviendas carecían de agua corriente y de sanitarios.

¿Sabías que...?

...los primeros hutong datan del siglo XIII, momento en el que China estaba gobernada por la dinastía Yuan (1279-1368), originaria de Mongolia?

De hecho, esta palabra deriva del término mongol huttog, que significa 'bien'. Y eso es precisamente lo que brindaban estas recoletas callejuelas: una cierta calidad de vida para la población local. No obstante, pese a esta preocupación de los mandatarios de la época por sus súbditos y sus innegables esfuerzos por adaptarse a la cultura china -hasta el punto de bautizar su dinastía con un nombre en mandarín-, la clara predilección del emperador Kubilai Khan por los extranjeros en la Administración en detrimento de la población local acabaría erosionando su imagen. Poco después, en 1368, una dinastía autóctona, la Ming, acabaría expulsando a los mongoles del trono de China.

RECORRER EL TEMPLO DEL CIELO EN PEKÍN

¡Disfruta del edificio religioso más importante de la capital china!

Uno de los grandes atractivos de la capital del país asiático es el templo del Cielo (Tien Tian), el principal edificio religioso de Pekín y un rincón de visita obligada para todos aquellos que aterrizan por vez primera en la antigua capital imperial. Por lo tanto, te animamos que aproveches la tarde del segundo día del viaje para conocer este santuario único, que desde 1998 forma parte de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La peculiar distribución arquitectónica del templo, erigido en 1420 y con una superficie de 273 hectáreas, remite a una antigua creencia china, que aboga por la representación de un cielo de forma semiesférica y de una tierra plana. Este enclave se convirtió en el oratorio por excelencia de los emperadores de la dinastía Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), enclave al que acudían para pedir cosechas abundantes a los antepasados.

Uno de los edificios que merece una especial atención es su espectacular altar circular. Levantado en 1530, fue construido con losas de mármol repartidas en nueve círculos concéntricos y sirvió para albergar sacrificios. Otros reclamos no menos interesantes son el Salón de la Abstinencia, en el que el emperador pasaba la noche previa a los rituales; el templo de las Rogativas por las Buenas Cosechas (Qinian Dian), un atractivo edificio circular azul que simboliza el cielo, y la Bóveda Imperial del Cielo, un pabellón en el que se guardaban los elementos ceremoniales. Esta construcción estás circundada por el llamado Muro del Eco, un panel en el que se reproducen sorprendentes efectos sonoros.

¿Sabías que...?

…tradicionalmente, los chinos escogían el templo al que acudían a rezar en función de su apellido?

Lejos de tratarse de un hecho anecdótico, esta circunstancia ilustra a la perfección la enorme influencia de los ancestros en las creencias populares del País del Dragón. De hecho, aún se siguen celebrando festividades en las que se recuerda a los miembros de la familia ya fallecidos. Un buen ejemplo es el festival de los Fantasmas Hambrientos, que coincide con el séptimo mes lunar del calendario chino. Durante este período, se cree que las puertas del cielo se abren, circunstancia que es aprovechada por los espíritus para regresar al mundo de los vivos. Asimismo, durante el festival de Qinming o Día de los Difuntos, que suele coincidir con el mes de abril, se honra la memoria de los ancestros.

La importancia de dirigir plegarias a los antepasados llega hasta el punto de que, en las áreas rurales, las familias con una sola hija llegaban a pagar grandes cantidades de dinero al marido de la joven para que renunciara a su apellido y adoptara el de su esposa, lo que garantizaba la continuidad del mismo y, por tanto, que las generaciones venideras continuaran rezando a los muertos de esa estirpe.

VISITAR EL TEMPLO DE LOS LAMAS DE PEKÍN

¡Sumérgete en el principal santuario del budismo tibetano fuera del Tíbet!

¿Te atrae la espiritualidad? ¿Te gustaría familiarizarte con una de las manifestaciones religiosas más auténticas del gigante asiático? Si es así, no dejes de aprovechar tu paso por la capital del País del Centro para adentrarte en la meca del budismo tibetano fuera de la Región Autónoma del Tíbet: el templo de las Lamas (o Yonghegong). De hecho, este complejo religioso se ha convertido en uno de los mayores exponentes de la iconografía y la liturgia del budismo tibetano, siglos después de que esta corriente alcanzara un gran predicamento en la corte de la dinastía Yuan (1279-1368). Asimismo, está considerado como el templo y monasterio más importante en China de la orden budista de Geluk.

Situado en el noreste de Pekín—en concreto, en el número 12 de la calle de Yonghegong—, su construcción dio comienzo en 1694, coincidiendo con el reinado de la dinastía Qing (1644-1911). Aunque en sus orígenes fue la residencia oficial de los eunucos de la corte, no tardaría en servir de palacio para el príncipe Yong (el futuro emperador Yongzheng, hijo del también emperador Kangxi). No obstante, después de que Yongzheng tomara las riendas del país en 1722, una parte de los edificios se convirtió en la residencia de una comunidad de lamas de la orden de Geluk a partir de 1744. En la actualidad, alberga una comunidad de monjes mongoles dedicados al estudio de la astronomía y la medicina.

El principal reclamo de este templo se halla en su quinta sala (o pabellón Wanfu), donde se alza una magnífica estatua de 28 m de altura de un buda Maitreya en su forma tibetana, vestido con tejidos amarillos de raso y, según se dice, esculpido en un único bloque de madera de sándalo. De acuerdo con el libro Guinness de los récords, se trata del buda más grande del mundo en su género.

Asimismo, te aconsejamos que no dejes de admirar una soberbia colección de estatuas de bronce inspiradas en el imaginario del budismo tibetano. La verás en una pequeña sala lateral.

Junto a la entrada del templo, también encontrarás numerosas tiendas repletas de budas en miniatura, amuletos, incienso y recuerdos, muy frecuentadas por peregrinos y turistas.

¿Sabías que...?

…tradicionalmente, los chinos escogían el templo al que acudían a rezar en función de su apellido?

Lejos de tratarse de un hecho anecdótico, esta circunstancia ilustra a la perfección la enorme influencia de los ancestros en las creencias populares del País del Dragón. De hecho, aún se siguen celebrando festividades en las que se recuerda a los miembros de la familia ya fallecidos. Un buen ejemplo es el festival de los Fantasmas Hambrientos, que coincide con el séptimo mes lunar del calendario chino. Durante este período, se cree que las puertas del cielo se abren, circunstancia que es aprovechada por los espíritus para regresar al mundo de los vivos. Asimismo, durante el festival de Qinming o Día de los Difuntos, que suele coincidir con el mes de abril, se honra la memoria de los ancestros.

La importancia de dirigir plegarias a los antepasados llega hasta el punto de que, en las áreas rurales, las familias con una sola hija llegaban a pagar grandes cantidades de dinero al marido de la joven para que renunciara a su apellido y adoptara el de su esposa, lo que garantizaba la continuidad del mismo y, por tanto, que las generaciones venideras continuaran rezando a los muertos de esa estirpe.

HACER UN CRUCERO POR EL RÍO HUANGPU EN SHANGHAI

Sorpréndete desde el agua con la mayor ciudad asiática

Te invitamos a descubrir uno de los elementos más representativos del paisaje urbano de Shanghai: el Huangpu. De 113 km de longitud, es el río más largo de cuantos atraviesan esta enorme metrópolis del este de China. Su curso la divide en dos sectores claramente diferenciados: Pudong, a mano derecha, y Puxi, a su izquierda. Con una anchura media de 0,5 km y una profundidad de 11 m, no sólo sirve para abastecer de agua a la población local, sino que también alberga numerosos cruceros fluviales muy apreciados por los turistas.

Estos paseos dan comienzo en el muelle de Shiliupu, en el sur del emblemático barrio colonial del Bund, un rincón repleto de edificios que rememoran la ocupación británica de esta zona de la ciudad. Asimismo, todos aquellos que quieran adentrarse en uno de los ríos más importantes de China, el Yangzi, pueden acercarse hasta el punto en el que éste confluye con el Huangpu, y desde el que parten algunos cruceros.

Además de brindarte una vista privilegiada de los puentes que cruzan el río, desde la embarcación también podrás admirar los edificios que configuran el Bund. Entre ellos, descuellan construcciones como el Hotel Peace, con su inconfundible techo piramidal de color verde, o la Casa de la Aduana, presidida por su famosa torre del reloj. Justo detrás del Bund, arranca una zona repleta de rascacielos, que contrastan en altura y en diseño con las joyas del período colonial.

De regreso a Shiliupu, cuando pases junto a la terminal internacional de cruceros de Shanghai, podrás constatar que la nacionalidad de las compañías que operan estas rutas se corresponde con algunos de los enemigos históricos de China, como Japón. Sin embargo, sin la contribución de éstos a la economía local, es posible que Shanghai jamás hubiera llegado a ser la ciudad futurista y floreciente que hoy conocemos.

¿Sabías que...?

...la ciudad de Shanghai está estrechamente ligada al nacimiento y la historia del Partido Comunista de China? A priori, esta afirmación cuesta de creer, si contemplamos los espectaculares rascacielos que hoy se elevan sobre Pudong, o si tenemos en cuenta que Shanghai es el principal centro financiero del país y la sede de algunas de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo.

De todos modos, nada más lejos de la realidad. De hecho, el Primer Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, que tuvo lugar el 23 de julio de 1921, se celebró en esta localidad. El lugar exacto en el que se produjo la reunión, y que fue remodelado en 1998, da cabida a un museo en el que se explican los pormenores de este episodio decisivo para China y la geopolítica mundial.

Ahora bien, este capítulo no sería el único que tendría como escenario las calles de Shanghai. Tras la muerte del líder nacionalista Sun Yat-sen en 1925, su sucesor, Chiang Kai-chek, fue víctima ese mismo año de un atentado atribuido al Partido Comunista. Este incidente motivó la entrada del partido nacionalista, el Guomindang, en las principales chinas en 1926 y, sobre todo, una contundente represión anticomunista que en 1927 tiñó de sangre Shanghai. En 1928, la práctica totalidad del territorio chino quedó controlado por el Guomindang, circunstancia que inauguró un período en el que se redujeron los privilegios de las potencias extranjeras con presencia en la zona.

ADMIRAR LOS JARDINES DE SHUZHOU, CERCA DE SHANGHÁI

Sumérgete en un paisaje lleno de belleza y leyendas

Durante tu segundo día libre en Shanghái, no puedes dejar de descubrir una idílica ciudad situada a tan sólo 107 km de la gran metrópolis china: la increíble Suzhou, cuyos preciosos jardines fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997 y el 2000. Así se refiere a ella un antiquísimo proverbio chino: “En el cielo está el paraíso; en la Tierra, Hangzhou y Suzhou”.

La ciudad se halla en el centro de una tupida red de ríos y canales, algo harto habitual en las poblaciones de la cuenca del delta del Yangzi. Con una antigüedad de más de dos milenios y una enorme importancia estratégica debido a la presencia del Canal Imperial, Suzhou se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos de China.

Entre sus mayores alicientes, destaca el jardín del Maestro de las Redes del Pescador. Se trata del más pequeño de los jardines de Suzhou y se localiza al sudeste de la ciudad. Erigido a finales del siglo XII por orden de un viceministro de la dinastía Song ((960-1279), sería reformado en tiempos de la dinastía Qing. Los edificios se alzan en la zona este y corresponden al siglo XIX. El más importante es la biblioteca, que está precedida de un pequeño patio con un rotundo arco de piedra. A su vez, el complejo también acoge un salón de té.

Asimismo, tampoco puedes dejar de descubrir la colina del Tigre (Huqiu Shan), lugar en el que se cree que está enterrado el rey He Lu, fundador de Suzhou. Según una leyanda, poco después de que se enterrara al monarca, los lugareños vieron un tigre blanco merodeando por la montaña. Esta circunstancia movió a los vecinos a pensar que el animal era el guardián de la tumba de He Lu. En el siglo X, se construyó una pagoda de siete pisos en lo alto de la colina, de 47 m de altura y con una leve inclinación.

Un poco de historia

Suzhou destaca por atesorar una densa historia: de hecho, hace unos 2.500 años, algunas personas que se referían a sí mismas como gou wu ya vivían en el área que más tarde acogería la ciudad.

En el año 209 a.C., la localidad —conocida entonces como Wu— sería escenario de una

rebelión histórica que aceleró el fin de la dinastía Qin (221 a.C.-206 a.C.), fundada por el primer emperador de China. Su denominación actual le fue otorgada en el año 589, en tiempos de la dinastía Sui (581-617). Poco después, tras la construcción del Gran Canal (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2014) en el siglo VI, Suzhou se benefició de su privilegiado emplazamiento, al formar parte de una importante ruta comercial. Esta circunstancia la convertiría en una de las mayores ciudades industriales y comerciales de la historia del gigante asiático.

En febrero de 1130, el ejército de la dinastía Jin saqueó y destruyó la ciudad. No serían los únicos: en el 1275, sería arrasada de nuevo por los mongoles, y en 1367, por los ejércitos de la dinastía Ming, que se haría con el trono de China un año después.

Durante las épocas Ming (1368-1644) y Qing (1641-1911), se construyeron gran parte de sus famosos jardines, y en 1860 la localidad se convirtió en uno de los escenarios del levantamiento de los rebeldes del Reino Celestial de Taiping. Las tropas imperiales liberarían Suzhou en noviembre de 1863.

A resultas de la invasión japonesa de 1937, muchos de los jardines de la ciudad fueron devastados, aunque serían restaurados a lo largo de la década de los años cincuenta, lo que les devolvería su pasado esplendor.

PASEAR POR EL IDÍLICO PUEBLO DE ZHUJIAJIAO

Disfruta de esta hermosa localidad erigida sobre las aguas del Yangzi

Zhujiajiao, una de las llamadas Aldeas del Agua del delta del Yangzi junto con otras cinco localides —Tongli, Luzhou, Zhuozhuang, Xitang y Wuzhen—, es un antiquísimo pueblo de apenas 60.000 habitantes que te cautivará. Su núcleo urbano se halla en una encrucijada entre las provincias de Jiangsu y Zhejiang y la ciudad de Shanghai, lo que le confiere una situación geográfica privilegiada.

Nueve largas calles se extienden en torno al río, salpicado por miles de pintorescos edificios tradicionales que se yerguen majestuosos sobre las aguas. Dentro de este rico legado arquitectónico, 36 ancestrales construcciones otorgan encanto y sabor histórico a este pueblo singular. Entre sus principales alicientes, cabe destacar el puente de Fangsheng, el jardín de Kezhi y el templo de Yuanjin, dedicado al culto budista.

Asimismo, también habría que poner el acento en los fotogénicos paisajes que circundan Zhujiajiao, cuyos 47 km² están rodeados de hermosas montañas y ríos. De ahí que se haya rebautizado esta población como la Venecia de Shanghai. Por sus características, el gobierno municipal de Shanghai la elevó a la categoría de Ciudad Cultural en 1991.

Por otro lado, belleza natural y su original arquitectura, legado de las dinastías Ming y Qing, atrae a numerosos directores de cine y televisión, que eligen el lugar como decorado para sus producciones. Es por ello que algunos se refieren a Zhujiajiao como el Hollywood de Shanghai.

¿Te lo vas a perder?

¿Sabías que...?

…junto con el Huanghe o río Amarillo, el Yangzi es el cauce fluvial más importante de la historia, la cultura y la economía de China? Sin ir más lejos, en el delta de este río se genera el 20% del PIB del país, que el segundo mayor del mundo después del de EE.UU.

No obstante, su relevancia va mucho más allá de este terreno: de hecho, el Yangzi fluye a través de una amplia variedad de ecosistemas y es el hogar de diversas especies animales en peligro de extinción, como el cocodrilo chino o el esturión del Yangzi.

Desgraciadamente, sus aguas han sufrido en los últimos años los efectos de la contaminación industrial, lo que ha perjudicado seriamente la agricultura y la sedimentación, propiciando a su vez la pérdida de parte de sus humedales. Además, esto también ha contribuido a agravar las inundaciones estacionales.

En un intento de conservar este tesoro natural, algunos tramos están protegidos como reservas naturales.

CRUCERO NOCTURNO POR LA BAHÍA VICTORIA

Descubre desde el agua los rascacielos más bellos de la isla

Un paseo en barco por la bahía Victoria es algo que no te puedes perder durante tu viaje a Hong Kong. La experiencia es única y las vistas del skyline de Hong Kong inmejorables. Durante todo el año tienes a tu disposición estas excursiones fluviales que te permitirán apreciar la ciudad desde diferentes perspectivas. Sin embargo, el tour más recomendable es el que se realiza por la noche y a bordo del Aqua Luna, el junco chino más famoso de Hong Kong.

Durante 45 minutos, navegarás por la bahía, podrás sumergirte en el ambiente de la isla y sacar instantáneas únicas de edificios tan emblemáticos como el International Commerce Centre, el edificio más alto de la isla con 484 metros de altura; la Torre del Banco de China, que llamará tu atención por su asombroso diseño y su iluminación espectacular; y el Two International Finance Centre con una altura de 415 metros y 90 plantas. Además, podrás contemplar algunos edificios de Tsim Sha Tsui, una de las zonas más populares y prósperas de la ciudad localizada en la península de Kowloon.

SUBE A BORDO DEL JUNCO CHINO MÁS FAMOSO DE LA ISLA

El Aqua Luna, que es un junco chino construido a mano con los métodos tradicionales. Destaca por sus velas rojas y su espectacular iluminación. Con capacidad para acoger a 80 turistas, su construcción duró 18 meses e intervino uno de los ingenieros navales chinos más veteranos y reputados de la ciudad.

Existen otros tours que pueden interesarte. Los más famosos son:

Crucero Symphony of Lights. Se recorre la bahía Victoria mientras se disfruta del espectáculo más famoso de Hong Kong. Incluye barra libre.

Paseo en barco y cena en Jumbo Kingdom. Tras realizar un crucero por la bahía Victoria, se cena en el Jumbo Kingdom, el restaurante flotante más famoso del mundo.

EL MIRADOR MÁS ESPECTACULAR DE LA ISLA

Alcanzar la cima es accesible gracias al legendario funicular Peak Tram

Las vistas del skyline de la ciudad que se contemplan desde la Cumbre Victoria (Victoria Peak), la montaña más alta de la isla de Hong Kong con 552 metros de altura, son las mejores que pueden imaginarse. Una visión que se vuelve aún más espectacular al caer la noche, con el vibrante destello de la siempre despierta metrópoli asiática.

Conocido como como Monte Austin o simplemente El Pico (The Peak), es el principal lugar turístico de la región y cada año es visitado por más de siete millones de viajeros.

Podrás acceder a la Cumbre Victoria utilizando el legendario funicular Peak Tram que lleva funcionando desde 1888. Una vez en la cima, además de contemplar los impresionantes rascacielos de Hong Kong y Kowloon, encontrarás varios restaurantes y dos centros comerciales y de ocio: el Peak Tower, ubicado en la última parada del funicular y desde cuya terraza obtendrás espectaculares vistas de la ciudad, y el Peak Galleria repleto de tiendas.

Sin embargo, las mejores vistas de Hong Kong las conseguirás desde Sky Terrace 428, una espectacular terraza panorámica. ¡No te lo pierdas!

¿Sabías que...?

Las escenas iniciales y finales de la película Cita en Hong Kong de 1955, con Clark Gable como protagonista, se rodaron en el Peak Tram.

Si te interesa, podrás conocer la fascinante historia del Peak Tram en la Peak Tram Historical Gallery, situada en la estación Peak Tram Lower Terminus. Y es que desde su funcionamiento en 1888, el Peak Tram ha sido testigo silencioso de 120 años de evolución de la ciudad.

UN PEDACITO DE PORTUGAL EN ASIA

Déjate sorprender por el sabor portugués, el aura de Las Vegas y el ambiente

tradicional chino

Ubicada en la costa sur del país y a 65 kilómetros de Hong Kong, Macao, fue una colonia portuguesa hasta 1999 y último asentamiento europeo en oriente. Macao es un destino al que llega mucho turismo realizando una Excursión de un día desde Hong Kong.

Durante tu visita, te recomendamos callejear por su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tanto por la buena conservación y restauración de la zona como porque, también según UNESCO, Macao es un testimonio de uno "de los encuentros mas antiguos y perdurables entre China y Occidente" que aún conserva restos de fortalezas, mansiones coloniales, iglesias barrocas como las de San Lorenzo, Santo Domingo y San Agustín, coquetos jardines y carteles de azulejos de más de 400 años de antigüedad creados por los portugueses que llegaron a Macao en el siglo XVI.

Sin embargo, este atractivo destino es mucho más. Conocida como Las Vegas de China, hoy es una ciudad de casinos, shopping y lujo. Así que, no puedes abandonarla sin adentrarte en uno de sus espectaculares casinos. Te recomedamos los casinos de Sands y Venetian.

Plaza del Senado
La Plaza del Senado fue durante siglos, el centro de la vida de la ciudad. Algunos de los edificios más emblemáticos de arquitectura portuguesa están situados en esta plaza, por ejemplo la Casa de la Misericordia y el edificio de la Municipalidad.

Iglesia de Santo Domingo
En el recorrido que lleva desde la Plaza del Senado a las Ruinas de San Pablo destaca la Iglesia de Santo Domingo, de color amarillo claro y blanco ejemplo perfecto de la típica iglesia portuguesa colonial.

Ruinas de la Catedral de San Pablo
Las Ruinas de la catedral de San Pablo están en el corazón del centro histórico, la catedral fue construida a inicios del siglo XVII, pero en 1835 un incendio dejo solo la fachada del edificio, que se decidió conservar como símbolo del encuentro de culturas y "evangelización" de oriente. Detrás de la fachada hay un museo de arte sacro que expone objetos sacros de la época colonial.

Fortaleza del Monte
Esta fortaleza data del siglo XVII, estaba destinada a la defensa y dicen que fue efectiva durante el ataque de los holandeses en 1622.

Hoy alberga el Museo de Macao y desde ella se tienen muy buenas vistas de la ciudad (en especial de la zona moderna).

No te lo pierdas

Con 338 metros de altura, la Macau Tower es la décima torre más alta del mundo y la octava de Asia, con lo que las vistas que brinda su plataforma de observación de la ciudad, la parte de la China continental y el río de las Perlas, son impresionantes. En lo alto se puede reservar en un restaurante giratorio. Al lado de la torre se ubica el centro de convenciones de Macao, con un área comercial, restaurantes de gastronomía internacional y una plaza donde se celebran espectáculos y festivales.

Guía de
China

No es tarea fácil condensar en tan pocas líneas las incontables virtudes del país más poblado del mundoda cabida a más de 1.350 millones de habitantesy al tercero más extenso del planeta. De hecho, China cuenta con la mayor frontera existente, de 22.117 km, que limita con la cifra récord de 14 naciones: Vietnam, Laos, Myanmar, India, Bután, Nepal, Pakistán, Afganistán, Tayikistán, Kirguistán, Kazajstán, Rusia, Mongolia y Corea del Norte. Casi nada…

De ahí la gran variedad de paisajes que vertebran su generosa geografía. El abanico es prácticamente inagotable: las llanuras aluviales que se extienden junto a las costas del mar Amarillo y el mar de China Oriental, las planicies esteparias de Mongolia Interior, las idílicas colinas de siluetas imposibles que salpican el sur del país, los caudalosos cursos fluviales y los deltas de los dos ríos principales (el Huanghe y el Yangzi), que discurren por el centro-este del territorio chino; las mesetas y las escarpadas cumbres del Himayala en el oeste, los desiertos del Taklamakan y el Gobi… Y es que no es de extrañar que pintores y poetas de todas las épocas hayan quedado fascinados por esta explosión de belleza.

Sin embargo, este magnetismo no sólo es inherente a las maravillas naturales del llamado País del Centro. Prueba de ello son las magníficas y antiquísimas ciudades que, miles de años después de su fundación, siguen hipnotizando al viajero con su vasto patrimonio arquitectónico: Beijing, donde la imponente Ciudad Prohibida y la Gran Muralla continúan desafiando al tiempo; la ciclópea y pujante Shanghái, donde los ecos de la época colonial se funden con impactantes rascacielos futuristas, Xi’an y su soberbio Ejército de Terracota, Pingyao y sus construcciones tradicionales de las dinastías Ming y Qing, Hangzhou y su bucólico lago del Oeste, Shuzhou y sus fotogénicos canales, Luoyang y las rotundas grutas de Longmen, la vibrante y occidentalizada Hong Kong, la espiritual Lhasa

La razón de este torrente de monumentos y atracciones no admite discusión: posiblemente, China es la civilización viva más antigua del mundo —su primera dinastía imperial conocida, la de los Xia, se remonta al siglo XXI a.C.—, así como un centro de difusión cultural de primer orden, capaz de extender su influencia a algunos de sus vecinos mediante conquistas o bien a través de la recordada Ruta de la Seda. Japón, Corea o Vietnam son sólo dos de los territorios que han bebido con fruición de las artes, la arquitectura, la caligrafía y la filosofía chinas.

En relación con este último punto, no hay que perder de vista que China es la cuna de dos importantísimas corrientes filosóficas: el confucianismo y el taoísmo, así como uno de los países que más contribuyó a la difusión del budismo, que irrumpió en el país en el siglo I de nuestra era.

Artífice de avances que acabarían siendo adoptados en todo el mundo, como el papel, la pasta, la pólvora o la imprenta —su precursor no fue Gutenberg, sino Bi Sheng, quien alumbró su creación en el siglo XI—, la enigmática China sigue cautivando como el primer día. Fieles a sus usos y costumbres, los autodenominados hijos del cielo siguen moviendo el timón de un país que enamorará al visitante, desde el precioso momento en que le den la bienvenida con un cálido y sincero huan ying! (‘bienvenido/a’).

¿Quién podría resistirse?

Marco Polo
¿Sabías que...?

…los primeros europeos en llegar a China no fueron el célebre Marco Polo y sus hombres, sino dos religiosos?

Este viaje pionero fue promovido por el papa Inocencio IV, miembro de la aristocracia mercante genovesa, quien organizó en 1245 la primera misión diplomática europea a la corte del Gran Khan. El objetivo de esta expedición era doble: por un lado, pacificar a los mongoles, y por otro, conseguir que éstos suscribieran una alianza con Roma contra los musulmanes. Los encargados de desplazarse hasta el Karakorum, donde se hallaba la corte mongola, fueron los franciscanos Giovanni da Pian del Carpine, natural de Umbría, y Esteban de Bohemia. Más adelante, otros enviados del sumo pontífice también viajarían a China, así como al Tíbet (a la sazón independiente) y Asia Central.

Por lo tanto, Marco Polo debe conformarse con el honor de ser hijo de uno de los dos primeros mercaderes europeos que pisaron la corte del Gran Khan: Niccolò Polo. Precisamente, este acompañaría a su hijo en un segundo viaje, que les llevó al centro del poder imperial en 1275. A resultas de esta experiencia, Marco Polo acabaría escribiendo una de las más célebres obras de la literatura de viajes de todos los tiempos: Il milione. Pese a todo, hay autores que cuestionan la veracidad de cuanto se narra en el libro, sosteniendo que su autor no fue más allá de Constantinopla (la actual Estambul).

Entre sus páginas, Marco Palo incluía una descripción del suntuoso palacio de Kublai Khan en Beijing, un edificio de mármol con “habitaciones y pasillos dorados extraordinariamente decorados”, según reflejó el mercader en su controvertido relato.

Información útil

Preparando el viaje
Documentación necesaria

Para viajar a China, necesitarás estar en posesión de un pasaporte con una validez mínima de seis meses. Además, excepto para aquellos que viajen directamente a Hong Kong y Macao —en esas dos ciudades no se necesita ningún documento adicional en el caso de que la estancia no sea superior a 90 días en cada localidad—, necesitarás tramitar un visado de turismo.

Este tipo de visado, que te permite disfrutar de una estancia máxima de 60 días, tiene 90 días de validez. Es recomendable que verifiques, antes del viaje, la validez del visado ya que, en caso de permanecer en territorio chino con el visado ya expirado, recibirás una sanción mínima de 500 yuanes (alrededor de 50 euros) por estancia ilegal en China, hasta un límite de 5000 yuanes (unos 500 euros), o serás detenido entre tres y 10 días.

Puedes solicitar el visado turístico tanto en la Embajada de China en España (C/ Arturo Soria, 113, Madrid) como en el Consulado General (Av. Tibidabo, 34, Barcelona), así como en Hong Kong, Macao o Shenzhen (puedes consultar los detalles en la página del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España). Por la vía ordinaria, se tramita en unos cinco días hábiles. Además, deberás solicitarlo presencialmente (aunque no es necesario que la gestión la realice la persona interesada), presentando el pasaporte, cumplimentando el formulario correspondiente y adjuntando una foto de carnet. En cualquier caso, hay algunas agencias de viajes que se hacen cargo de todas las gestiones.

De todos modos, ten presente que el visado turístico no permite acceso a la Región Autónoma del Tíbet. Para ello, será necesario solicitar un permiso especial para viajar a la zona. El único modo de obtenerlo es a través de una agencia de viajes, que lo tramitará e incluirá su precio en el coste de tu viaje. Aunque las tasas son económicas, el monto se dispara por la burocracia que lleva asociada, por lo que el precio final puede llegar a superar incluso al del propio visado. Si accedes al Tïbet en avión, estar en posesión del billete ya implica que el permiso ha sido concedido. En cambio, si lo haces en tren, deberás tener la autorización a mano, para mostrarla a las autoridades cuando te la soliciten. Los viajeros que accedan sin permiso pueden ser duramente castigados, incluso con penas incluso de prisión.

Asimismo, algunas zonas de China tienen prohibido el acceso a los ciudadanos y ciudadanas extranjeros, como ciertas áreas de las provincias de Xinjiang, Qinghai, Heilongjiang y Mongolia Interior.

En caso de viajar a Hong Kong y Macao y luego regresar de nuevo a China, deberás estar provisto de un visado de dos entradas, o bien, en caso de poseer un visado de una sola entrada, tendrás que solicitar un nuevo visado para volver a entrar en China continental. En este sentido, no olvides que es bastante difícil obtener un visado de turismo multientradas.

Vacunas y salud

No hay ninguna vacuna obligatoria, aunque son muy recomendables las vacunas contra el tétanos y la poliomielitis. Además, dependiendo de la zona que vayas a visitar, son aconsejables las de la difteria, la fiebre tifoidea y la hepatitis A y B.

Por otro lado, se exige el certificado de vacunación de fiebre amarilla para los extranjeros provenientes de países con riesgo de tener esa enfermedad, si bien no se aconseja la vacunación para viajar al país.

También debes considerar que existe el riesgo de contraer la malaria en la isla de Hainan y la provincia de Yunnan, así como en algunas provincias meridionales hay riesgo. En cualquier caso, no existe riesgo de malaria en las zonas urbanas y por encima de los 1.500 m de altitud.

Finalmente, si viajes a Yunnan, Hainan, Guangxi y Guizhou se aconseja la vacuna contra la encefalitis japonesa si tienes previsto visitar zonas rurales.

En cuanto a las condiciones sanitarias de China, éstas son las propias de un país en vías de desarrollo. En las grandes ciudades hay centros hospitalarios, con departamentos para extranjeros, donde se presta todo tipo de asistencia sanitaria, incluso operaciones quirúrgicas de cierta importancia. No obstante, en los municipios más reducidos y en las zonas rurales la asistencia médica es bastante precaria. Del mismo modo, te recomendamos consumir agua embotellada y evitar alimentos poco cocinados.

Para cualquier información adicional, puedes dirigirte a tu centro de salud más cercano.

Ropa y material recomendados

A pesar de que la extensión del China es prácticamente idéntica a la del continente europeo —lo que explica su diversidad climática—, el país se extiende principalmente en las zonas templadas y subtropicales. En general, el este, el sur y el suroeste son áreas cálidas, húmedas y lluviosas. En cambio, el norte es seco y ventoso.

Si viajas en primavera y en otoño, te recomendamos que lleves una chaqueta o un jersey sobre ropa ligera. En verano, lo mejor es apostar por prendas de algodón que sean frescas. Por último, en invierno deberás optar por prendas de abrigo, especialmente en el norte del país, donde deberás tener siempre a mano un abrigo de lana o una parka. Sin ir más lejos, los inviernos suelen ser duros en la capital, Beijing, al igual que ocurre con la nieve.

En cuanto a las precipitaciones, los últimos días de la primavera y el verano acostumbran a ser bastante lluviosos, sobre todo en las provincias del sur, por lo que te aconsejamos meter en tu maleta un paraguas o un buen chubasquero.

Por último, no te olvides de elegir un calzado cómodo. Si vas a visitar la Gran Muralla, apuesta ese día por unas zapatillas deportivas (nunca chanclas o zapatos abiertos) y, si la visita se produce en verano, pon en tu bolsa una gorra, gafas de sol y protección solar.

Diferencia horaria

La hora oficial en China a lo largo de todo el año es GMT+8. Por lo tanto, son seis horas más que en la España peninsular y Baleares durante el horario de verano (de finales de marzo a finales de octubre) y siete horas más durante los meses restantes.

En el destino
Moneda

La moneda

oficial de China es el renminbi  (en mandarín simplificado, 人民币, que significa ‘moneda del pueblo’,) o yuan. Un euro equivale a 8,5 yuanes, aproximadamente. Tanto los euros como los dólares estadounidenses se pueden cambiar sin problemas en los bancos y oficinas de cambio oficiales (para ellos, deberás mostrar tu pasaporte en el momento de hacer la operación). Asimismo, los principales hoteles también ofrecen este servicio, aunque el tipo de cambio aplicado suele ser menos ventajoso.

Asimismo, algunos hoteles exigen a sus huéspedes un depósito durante su estancia que, por lo general, debe abonarse en yuanes, aunque a veces también aceptan los euros si la cantidad ofrecida es superior a la que nos piden.

En cuanto al uso de las tarjetas de crédito, éstas suelen admitirse en las grandes ciudades y en los hoteles para extranjeros.

Idioma

El idioma oficial de China es el mandarín, hablado en el norte, el centro y suroeste de la China continental y en Taiwán. En total, lo conocen unos 1.197 millones de hablantes, lo que equivale a 1 de cada 7 habitantes de la Tierra. Para escribirlo, se puede utilizar el sistema de escritura tradicional (vigente en Taiwán) o bien simplificado (que es el más habitual en la República Popular China).

No obstante, el territorio chino también cuenta con otras lenguas de gran importancia, como el wu, hablado por 77 millones de personas; el min, utilizado por 70 millones —sobre todo en el sur de Fujian y en Taiwán— y el cantonés, propio de otros 71 millones de chinos. La variante estándar de este último idioma es una de las lenguas oficiales de las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong (junto con el inglés) y Macao (junto con el portugués).

El dominio del inglés por parte de la población es bastante bajo o inexistente, aunque mejora en las grandes ciudades (como Shanghái, Beijing o Xi’an) y entre los más jóvenes, así como en los hoteles, mercados y otros servicios dirigidos al turismo internacional. En las área rurales y entre la gente de edad avanzada, el nivel de conocimiento de esta lengua es prácticamente nulo.

Electricidad

La corriente eléctrica en China funciona a 220V/50HZ. No obstante, los enchufes son diferentes de los de España, por lo que te aconsejamos que pongas en tu maleta un adaptador de enchufe universal con distintos tipos de patillas. En cualquier caso, si te olvidas de traerlo de casa, podrás encontrarlo fácilmente en numerosas tiendas de todo el país y en la mayoría de los hoteles.

Tasas del país

No hay que abonar ninguna tasa para salir del país.

Compras

Si visitas China, recuerda que su capital, Beijing, sigue destacando por su artesanía tradicional, centrada en la producción de alfombras, porcelana, cloissoné, esculturas y joyas de jade, marfil y realizadas con perlas de río. Por su parte, la ciudad de Hangzhou es muy conocida por la seda y el cultivo de té. Asimismo, otro de los objetos que no faltan en las tiendas de recuerdos de todo el país es el famoso Libro Rojo de Mao Zedong (disponible en mandarín e inglés), así como las antigüedades, los trabajos de caligrafía y las reproducciones exactas de primeras marcas de moda y complementos.

Aduanas

No se permite introducir en China o sacar del país animales, vegetales y comida, tales como embutidos, carne cruda, frutas, insectos, huevos, leche y sus derivados y otros productos efímeros. Asimismo, se prevén durísimas penas en caso de tenencia de armas y munición, material pornográfico, drogas ilegales y narcóticos tóxicos.

Al entrar, no podrás entrar en China con más de 20.000 yuanes en efectivo (y en cualquier caso, deberás notificar que traes moneda nacional). Asimismo, si llevas contigo objetos de un valor superior a 2.000 yuanes, 500 g de tabaco (o más), o de 1,5 litros de alcohol en adelante, tendrás que declarar estos bienes.

No hay restricciones específicas a la importación de moneda extranjera. No obstante, si sacas del país 20.000 yuanes o más, o bien el equivalente a 5.000 dólares de EE.UU., deberás declararlo, cumplimentando el correspondiente formulario de aduanas, por duplicado. De este modo, al salir del país, podrás acreditar la antigua posesión de cualquier cantidad sobrante, en previsión de un posible control aduanero. Lo mismo ocurre con el oro, la plata y otros metales preciosos.

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