Una ciudad vibrante y cosmopolita, y con una riquísima historia comercial, es Guangzhou. El contraste entre mercados tradicionales y rascacielos repletos de luces se une a lo característico de la gastronomía cantonesa, legendaria y conocida en todo el mundo. La Torre de Cantón, la torre de comunicaciones de mayor altura del mundo entre 2010 y 2012, es una visita imprescindible para llegar a lo más alto de la ciudad.
En Hangzhou te podrás adentrar en la tranquilidad de sus paisajes, con el Lago del Oeste siendo el centro de la vida de la zona. El lago está rodeado de jardines, pagodas y senderos evocadores. Nuestra recomendación: déjate atrapar por su cadencia y sal a buscar el mejor té Longjing, que se cultiva en las colindas cercanas.
Situada en el fértil valle del río Wei, Xian era el extremo oriental de la famosa Ruta de Seda. La ciudad saltó a la fama internacional en el año 1974, cuando se encontraron en sus proximidades los inmortales guerreros de terracota del emperador Qin Shi Huang, uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia.
Durante la visita a Pekín podréis adentraros en la Ciudad Prohibida, la fortaleza desde la que gobernaron los emperadores durante más de 500 años, y en otros lugares históricos como el Palacio de Verano y el Templo del Cielo. Pekín es además el punto de partida ideal para conocer una de las Siete Maravillas del Mundo, la Gran Muralla China.
Shanghái posee un aspecto cambiante que se renueva día a día con la construcción de imponentes rascacielos que emergen en el área de Pudong, entre los que destacan la peculiar Torre de la Televisión, el Shanghai World Financial Center y la Torre Jin Mao.








