Ven a disfrutar de un combinado fantástico que te llevará a conocer dos de las ciudades más atractivas de Argentina. Desde Buenos Aires, la fantástica y vibrante capital, hasta la histórica ciudad de Córdoba, este viaje nos permiitirá profundizar en la historia, la gastronomía y la arquitectura del país.
Una oportunidad única para visitar la arquitectura moderna y colonial de Buenos Aires y para descubrir el valioso legado que los jesuítas dejaron en Córdoba, además de poder disfrutar del carácter afable de su gente y del auténtico mate argentino.
¡Un viaje estupendo por tierras argentinas!
Salida del vuelo con destino a Buenos Aires. Noche a bordo.
Llegada, traslado al hotel y resto del día libre. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
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A la hora convenida, traslado al aeropuerto para poner rumbo a Córdoba. Llegada y traslado al hotel. Alojamiento.
Día libre. Alojamiento.
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A la hora convenida, salida del vuelo de regreso a España.
Llegada. Fin del viaje y de nuestros servicios.
Una buena manera de comenzar a conocer Argentina es a través de su magnífica capital, Buenos Aires, una urbe que, además de albergar un rico legado arquitectónico colonial, nos ofrece también infinidad de barrios y lugares donde disfrutar de su exquisita gastronomía, la belleza de su arquitectura y una animada vida nocturna.
Es por ello que recomendamos la visita del barrio de Puerto Madero, en la zona centro de la ciudad, uno de los cuarenta y ocho barrios en que se divide Buenos Aires. Su historia se remonta solamente a finales del siglo XIX, lo que lo convierte en uno de los barrios más jóvenes de Buenos Aires. Del proyecto original se conservan todavía los característicos ladrillos rojos, así como la emblemática Avenida Costanera, que hoy sigue siendo uno de los paseos predilectos de los porteños.
Se trata de un amplio y espléndido lugar por el que dar un paseo, pues alberga además una de las principales zonas de ocio de la capital. Sus animadas calles –cuyos nombres rinden homenaje a destacadas mujeres argentinas– están repletas de buenos restaurantes, museos, residencias exclusivas y centros de negocios, y nos ofrecen unas vistas privilegiadas sobre el Río de la Plata.
Frente a Puerto Madero, por otra parte, se encuentra la fantástica Reserva Ecológica Costanera Sur, un enorme espacio natural que sirve de contacto entre la ciudad y el mar. Años atrás, esta zona servía como balneario a los habitantes de la ciudad, si bien hoy destaca por albergar una gran diversidad de especies vegetales y animales, a la vez que permite realizar agradables paseos a pie o en bicicleta.
…el nombre de este conocido barrio procede del comerciante local Eduardo Madero? A él se le encargó, en el año 1882, el diseño de un nuevo puerto que consiguiera solucionar los problemas de acceso que tenían las embarcaciones por aquel entonces.
Después de presentar varias propuestas, finalmente la construcción comenzó en 1887 y, si bien el puerto fue usándose a medida que se iban terminando las distintas fases del proyecto, las obras no se dieron por concluidas hasta el 1898.
En la zona sur de la ciudad de Buenos Aires, junto a los barrios de San Telmo y Puerto Madero, encontramos el popular barrio de La Boca. De raíces obreras, este barrio debe su nombre al hecho de situarse justo en la desembocadura del Riachuelo, en el Río de la Plata. Aquí llegaron, durante la primera mitad del siglo XIX, numerosos migrantes a bordo de grandes buques mercantes, terminando por instalarse de manera definitiva en la zona.
Prácticamente deshabitado hasta entonces, serían precisamente ellos –en su mayoría italianos genoveses y españoles– quienes le darían al barrio las características que le conocemos actualmente. Según se dice, los vivos colores con los que se decoraron las humildes casas de los recién llegados, levantadas en madera y chapa metálica, procedía de los sobrantes de pintura destinada para las embarcaciones.
Además de albergar diversos museos de arte, La Boca es conocido principalmente por El Caminito –la calle más famosa de todo el barrio– y por la mítica Bombonera, el estadio de fútbol donde juega el Club Boca Juniors. Justo debajo del estadio se encuentra el Museo de la Pasión Boquense, un excelente museo para los amantes de este deporte.…el fútbol es uno de los deportes preferidos por los argentinos? Forma parte de la vida diaria de los lugareños y los partidos se viven con pasión. No es casualidad que este país haya dado al mundo algunos de los mejores futbolistas de este deporte, ni que su selección nacional haya competido en diversas finales del Mundial.
Buenos Aires es una de las ciudades donde más equipos profesionales compiten, y es precisamente en el barrio de La Boca donde nacieron dos de los conjuntos más destacados del país. Se trata del C.A. River Plate –que se mudó en 1923 al norte de la ciudad– y el Club Boca Juniors, eternos rivales pero ambos con unos orígenes muy ligados a los migrantes italianos establecidos en la ciudad.
El tango es un baile y un estilo musical conocidos en buena parte del mundo y son, sin ninguna duda, uno de los grandes alicientes culturales del país. Propio de la región del Río de la Plata y emblema de la capital argentina, este arte nació a finales del siglo XIX fruto de la mezcla intercultural que se concentró en la zona.
Actualmente esta práctica sigue muy activa y Buenos Aires cuenta con numerosos lugares donde disfrutar del espectáculo en vivo –llamados “tanguerías”–, así como de centros en los que se imparten clase y lugares donde los lugareños acuden a bailar el tango –o “milongas”. En el año 2009 fue incluido en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.
Para aquellos que quieran disfrutar del espectáculo, lo más seguro es reservar en alguno de numerosos locales en el que se realiza el espectáculo. De entre los más famosos y conocidos, destacan el “Niño bien”, “La Catedral”, el “Café Tortoni”, “La Viruta”, el “Salón Canning”, “El Beso”, la “Confitería ideal”, el “Club Gricel” o la “Maldita Milonga”. Aquellos que lo prefieran pueden acercarse también algún fin de semana a la plaza Dorrego o en El Caminito –en el barrio de La Boca.…el más célebre intérprete de tango fue Carlos Gardel? Considerado como un mito y un símbolo cultural de este género, no hay unanimidad sobre la fecha exacta y el lugar de nacimiento. Mientras que algunos apuestan por Uruguay, otros mantienen que nació en la ciudad francesa de Toulouse, aunque sí está claro que pasó su infancia en Buenos Aires y que finalmente, en 1923, adquiriría la nacionalidad argentina.
La cálida y vital capital de Argentina cuenta con numerosos rincones esenciales que merecen la pena ser descubiertos. Uno de ellos, es la conocida Plaza de Mayo. Ubicada en el Microcentro porteño, concretamente en el barrio de Monserrat, es la plaza pública más importante y la más antigua de la ciudad. Pasea por el centro donde verás muchos detalles que te confirmarán que estás en Buenos Aires. Por ejemplo, los carteles reivindicativos que aún decoran la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, donde se reúnen todavía (los jueves a las tres de la tarde) esas madres (algunas ya abuelas) de desaparecidos que siguen reclamando justicia.
Rodeada por majestuosos edificios históricos y gubernamentales, te recomendamos visitar:
La Casa Rosada. Situada en el lugar en el que estuvo el antiguo fuerte de la ciudad, la Sede del Poder Ejecutivo de Argentina cuenta con un particular color rosado en su fachada. Hoy es la residencia del Presidente del país
La Catedral Metropolitana. Bendecida en 1836, la Catedral Metropolitana cuenta con un interesante exterior de estilo neoclásico y el interior de una iglesia colonial española.
El Cabildo de Buenos Aires. Levantado en 1725, la antigua sede del virreinato acoge el Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo.
El Banco de la Nación Argentina. Construido entre 1940 y 1955, la sede central del Banco de la Nación es un majestuoso edificio cubierto por una impresionante bóveda de 50 metros de diámetro.
Además, la Plaza acoge dos importantes monumentos:
La Pirámide de Mayo, que con 18 metros de altura se alza en el centro de la plaza, recuerda a los revolucionarios artífices de la Independencia de Argentina.
La estatua del General Manuel Belgrano que rinde homenaje al que fuera creador de la bandera argentina.
El nombre de la plaza recuerda la Revolución del 25 de mayo de 1810, fecha en la que los ciudadanos se congregaron allí para desterrar al Virrey y constituir un gobierno criollo. Desde entonces la plaza ha sido un testigo de los acontecimientos políticos y sociales más significativos del país.
Córdoba es la segunda ciudad más importante de Argentina, así como el enclave de referencia en la región central del país. Se trata de un histórico asentamiento que fue fundado por los colonos españoles durante la segunda mitad del siglo XVI, con el objetivo de unir la región del Alto Perú con el Río de la Plata. La vía que terminó uniendo estos dos lugares se conoció como el Camino Real, que llegó a convertirse en la principal vía de comunicación, transporte y comercio entre ambos territorios.
Su clima bondadoso durante todo el año, la apasionante historia que nos aguarda entre sus edificios y la belleza de su entramado urbano, a caballo entre la era colonial y los edificios modernos, la convierten en uno de los destinos más atractivos de Argentina. Para descubrirlo, solamente es necesario dejarse llevar a través de un paseo por sus calles y avenidas arboladas, y explorar sin prisa la diversidad de sus barrios.
Una buena manera de comenzar es dirigiéndonos al centro de la ciudad, donde encontramos la Plaza de San Martín, punto neurálgico en la fundación de la ciudad, pues fue a partir de ésta desde la que se organizaron las setenta manzanas iniciales que darían vida a Córdoba. Entre los edificios originales de la época que todavía se conservan, podemos mencionar el Cabildo –que fue ampliado durante el siglo XVIII– y la Catedral, situados ambos frente a esta misma plaza.
Algunas cuadras en dirección sur, en pleno barrio de Güemes, se ubica el Paseo de las Artes, una de las paradas imprescindibles en cualquier visita de la ciudad. Se trata de un lugar que reúne durante los fines de semana a numerosos artistas, anticuarios y artesanos, que nos invitan a pasear tranquilamente mientras descubrimos sus fantásticas creaciones. Allí se encuentran también el Centro Cultural Paseo de las Artes y el Museo Iberoamericano de Artesanías, la visita de los cuales supone un interesante complemento.
Aquellos que quieran disfrutar de la naturaleza sin alejarse de la ciudad, encontrarán en Córdoba diversas opciones, comenzando por el popular Parque Sarmiento, que presenta un hermoso diseño estilo belle epoque y que permite además realizar algunas actividades deportivas. Otra opción es pasear por el parque de La Cañada –situado muy cerca del centro y uno de los mejores espacios verdes dentro de la ciudad–, tomar el sol en las orillas del río Suquía o relajarse en el majestuoso Jardín Botánico.
...que, aquellos interesados en practicar actividades relacionadas con los deportes de aventura o el turismo alternativo, encontrarán en Córdoba un lugar ideal para ello. Desde excursiones convencionales o en bicicleta de montaña, hasta el parapente o la pesca, puedes disfrutar de una manera diferente de uno de los enclaves más hermosos del país.
Una de las zonas más emblemáticas de la ciudad argentina de Córdoba es la llamada Manzana Jesuítica, un conjunto monumental compuesta por diversos edificios que pertenecieron a la Compañía de Jesús, quienes configuraron aquí un importante centro religiosos y educativo. Su presencia, que tuvo lugar antes y durante el periodo del virreinato, marcó un antes y un después en la configuración urbana de esta ciudad.
Ubicada en un área peatonal y declarada en el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este conjunto histórico se encuentra en un excelente estado de conservación y, además de los edificios que lo conforman, se encuentra rodeado de algunos museos y edificios de interés que pueden complementar la visita, como por ejemplo la Academia Nacional de Ciencias.
El primero de los edificios que configuran la Manzana Jesuítica es la iglesia, que se caracteriza por el enorme contraste entre su rico interior –mezcla de barroco y neoclásico– y un sobrio exterior, con una fachada que no llegó a terminarse. Detrás del templo se encuentra la Capilla Doméstica, un santuario de mediados del siglo XVII que sirvió inicialmente para los novicios, y que presenta igualmente una hermosa y delicada ornamentación.
Otro de los edificios del conjunto jesuítico es el de la Universidad, que además de su interés arquitectónico destaca por el valor incalculable de su biblioteca, repleta de ejemplares únicos en varios idiomas, que pertenecieron a la colección privada de los sacerdotes. Cerca de este edificio, por último, encontramos el Colegio Nacional de Montserrat, que junto a la universidad están consideradas como las instituciones educativas más antiguas del país. Su fundación, a finales del siglo XVII, dio cabida a los numerosos estudiantes que acudían a la ciudad de Córdoba y se convirtió en un prestigioso centro de estudios.
La orden religiosa de la Compañía de Jesús –más conocida como los jesuitas– se estableció en la ciudad de Córdoba en el año 1599, con la intención de evangelizar a su población. Entonces la región formaba parte del Virreinato del Perú, aunque posteriormente pasaría a formar parte del escindido Virreinato del Río de la Plata.
Cuando los jesuitas llegaron a la ciudad, establecieron su punto neurálgico en lo que hoy conocemos como la Manzana Jesuítica, donde anteriormente existía ya una pequeña ermita. Su primera obra fue la Iglesia de San Ignacio, que tardaría más de tres décadas en construirse.
Además de su extraordinario y rico legado patrimonial, evidenciado por la multitud de iglesias, monumentos y edificios históricos, la ciudad de Córdoba ha sabido complementarlo con una amplia oferta museística, que nos permite profundizar en su vertiente más cultural. Del mismo modo que la arquitectura urbana oscila entre la tradición y la modernidad, sus museos nos brindan la ocasión de ahondar en la historia, el arte, la religión, la ciencia y la etnografía, ofreciéndonos un retrato amplio del pasado y del presente de esta ciudad.
Los amantes del arte, además de poder disfrutar de los numerosos artistas callejeros que se encuentran por doquier –convirtiendo algunos rincones en bellos museos al aire libre– encontrarán en Córdoba diversas opciones. Es el caso por ejemplo del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa, ubicado frente a la Plaza de España, que, a través de la fotografía, la escultura y las pinturas nos asombra con sus diversos espacios artísticos. Del mismo estilo es el Museo Municipal de Bellas Artes Genaro Pérez, que alberga una importante colección de artistas argentinos y que su ubica en un bello edificio.
El Museo de Antropología, por su parte, está instalado en una antigua casa de comienzos del siglo XX, y nos invita a conocer las características y el legado cultural de aquellos pueblos que han habitado la ciudad de Córdoba y el territorio argentino a lo largo de la historia. Las distintas salas con las que cuenta el museo nos acercan, por ejemplo, a la arqueología andina y de los pueblos serranos, así como también a las elaboraciones textiles de sus habitantes. Otros museos interesantes instalados en hermosas casas de principios de siglo XX son el Museo Superior de Bellas Artes “Evita” –situado en el Palacio Ferreyra– y la casa-museo del Palacio Dionisi, que ha conservado la gran mayoría de sus elementos originales.
Finalmente, cabe destacar la importancia que la dimensión religiosa tiene en Córdoba, dejándose sentir en todos sus rincones. Aparte del patrimonio monumental correspondiente a los jesuitas –concentrado en buena medida en la conocida Manzana Jesuítica– y del trabajo decorativo y arquitectónico de los templos que pueblan la ciudad, encontramos también en ésta numerosos museos relacionados con este ámbito. Es el caso del Museo de Arte Religioso Juan Tejeda, el Museo “Catalina de María” y el Museo de Arte Religioso Obispo Fray José Antonio de San Alberto.
...que otra manera de acercarse a la vida cotidiana y a la esencia de Córdoba es a través de su gastronomía. Y es que la ciudad también destaca por ello, pues sus chefs han sabido ofrecer a sus visitantes productos y creaciones que nos llevan desde la más tradicional cocina regional hasta las elaboraciones más internacionales.
Si hay una bebida que pueda identificar a todo el país, ésta es sin duda el mate. Se conoce con este nombre a la infusión que se prepara con las hojas de la yerba mate –ilex paraguayensis, por su nombre científico–, una planta que crece principalmente en zonas tropicales, donde abunda la humedad y las fuertes lluvias. Se toma también en otros países, cada uno de los cuales lo prepara a su propia manera.
Argentina es el mayor consumidor y productor mundial de la planta, que se seca y se corta para facilitar su preparación. Ésta mantiene toda una serie reglas que hay que seguir y, generalmente, tomarlo suele convertirse en todo un evento social. Habitualmente se considera que el consumo de mate es una de las prácticas que más trascienden toda distinción de clase, profesión y procedencia.
Su compleja elaboración hace que no sea habitual que se ofrezca en bares o restaurantes, pero uno puede hacerse con facilidad con una calabaza –nombre que recibe el recipiente donde se prepara–, una bolsa de yerba mate, una bombilla –pajita metálica– y algo de agua caliente –siendo muy importante que no esté hirviendo–.Se llama cebador a la persona encargada de preparar la bebida y éste será el primero en hacer los honores. Seguidamente irá pasando el recipiente a la persona que tenga a su derecha, quien le devolverá la calabaza una vez el agua se haya terminado, para que ésta sea repuesta. Si se da las gracias al cebador, éste entenderá que no se quiere más y será el turno del siguiente. Una vez que la yerba haya perdido todo su sabor –lo que se llama “lavado”–, el cebador cambiará la yerba mate y proseguirá con el ritual.El primer paso es llenar con yerba mate dos terceras partes de la calabaza –también llamada “mate”–, que debe ser previamente curada en caso de ser nueva. A continuación acostumbra a taparse el recipiente con la mano y sacudirlo boca abajo, con la intención de eliminar el polvo y evitar que se obstruya la bombilla.
Seguidamente viene lo que se conoce como cebar el mate. Para ello se vierte un poco de agua caliente –aproximadamente entre 70º y 80ºC– dentro de la calabaza, mojando únicamente la yerba por uno de los lados. Entonces se deja reposar la mezcla durante un minuto y, a continuación, se introduce la bombilla –pajitas metálica– por la parte humedecida, debiendo quedar inclinada. Finalmente se termina de llenar el recipiente con más agua, tratando de no mojar toda la yerba mate.Aquellos que lo deseen pueden añadirle azúcar, para que no sea tan amargo, así como aromatizarlo también con la piel de algún cítrico o con granos de café. A partir de aquí, sólo queda sorber y disfrutar del auténtico sabor argentino.El nombre oficial del país es República Argentina y dispone de una superficie total de 2.780.400 km², siendo el octavo país más grande del mundo y el segundo en Sudamérica. Ubicado entre los paralelos 22 y 56 sur, es fronterizo en el norte y el este con Bolivia, Paraguay y Uruguay, mientras que en el sur y el oeste lo es con Chile. Se encuentra además bañado por las aguas del Océano Atlántico.
Sus dimensiones y su situación geográfica, así como su orografía, le propician una gran diversidad de paisajes, que van desde los áridos desiertos a las nevadas montañas, pasando por estepas, humedales, playas y glaciares. Sin embargo, su relieve es en su mayoría llano, a excepción de la espectacular cordillera de los Andes. Políticamente, Argentina es una república federal, organizada administrativamente en veintitrés provincias, además de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Generalmente, con algunas excepciones como la capital, cada una de estas provincias se divide a su vez en departamentos –que no suelen contar con funciones administrativas–, cada uno de los cuales se divide también en municipios. Dicha extensión hacen complicado la descripción de su clima, pues con un abanico tan amplio de latitudes y paisajes su variedad es extraordinaria. Suele apuntarse, sin embargo, que el clima predominante es el templado, derivando en subpolar a medida que nos acercamos al sur y en tropical a medida que nos acercamos al norte. Ello permite, sin embargo, que pueda visitarse el país en cualquier momento del año, eligiendo en cada caso la región preferida para cada estación climática.El castellano es el idioma oficial de este país sudamericano, hablado por prácticamente toda la población. Existen también otras lenguas usadas en el territorio, procedentes bien del sustrato amerindio –habladas por los pueblos nativos americanos que perduran– o de las migraciones europeas de finales del siglo XIX, como es el caso del italiano; todo ello ha dado lugar a una rica variedad dialectal.
En relación a su población, Argentina supera los cuarenta millones de habitantes, tres de los cuales viven en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital del país. Otras de las ciudades más importantes son la de Córdoba, Rosario, La Plata y San Miguel de Tucumán. Por su parte, el catolicismo es con diferencia la religión mayoritaria, con más del 70% de los fieles, pero se practican igualmente otros cultos religiosos como el islam o el judaísmo, así como también el protestantismo o el cristianismo ortodoxo griego, entre otros. Tras estos datos y descripciones, sólo queda dejarse llevar por la inmensidad de este país y por la belleza de sus paisajes y de su gente, preocupándote únicamente de disfrutar de cada momento del viaje. ¡No te pierdas esta apasionante aventura!
Desde varios milenios antes de nuestra era el actual territorio argentino estuvo poblado por diferentes gentes que se dedicaron principalmente a la caza y la recolección, así como a la pesca y la agricultura, y que se asentaron en su mayoría en la montaña y en las llanuras.
Hasta la fecha pertenecen a la Patagonia los asentamientos más antiguos que se han documentado. Guaraníes, querandíes, puelches, mapuches y pehuenches son algunos de los pueblos que habitaron la región, así como también la pampa. Otros grupos como los haush o los selknam habitaron la Tierra del Fuego, mientras que otros como los diaguitas se establecieron en la región del noroeste.
A pesar de las conquistas, la colonización y las continuas migraciones que han tenido lugar a lo largo de los siglos, y que han causado grandes estragos en la población indígena, muchos de estos pueblos subsisten aún a día de hoy.Si bien es cierto que no se requiere visado para aquellos viajeros que permanezcan menos de noventa días en el país, hay que asegurarse que el pasaporte cuenta con al menos tres meses de validez, pues de lo contrario las autoridades argentinas podrían denegar el ingreso al país.
Por otra parte, una vez en el país es importante llevar a mano alguna identificación con fotografía o una fotocopia del pasaporte, pues la policía argentina puede pedir alguna identificación por cualquier motivo y en cualquier momento.
No se necesita ninguna vacuna especial para entrar en Argentina y prácticamente la única precaución que deberá tomarse en este sentido tiene que ver con los mosquitos, especialmente en las zonas selváticas como Iguazú.
Si bien es cierto que las condiciones sanitarias en el país son desiguales, hay que decir que cuenta en general con buenos servicios médicos –especialmente en los núcleos urbanos y los enclaves más turísticos– y que las medidas sanitarias en los restaurantes son elevadas. Como en cualquier viaje, lo más recomendable es tomar siempre agua embotellada, pero no suele haber problema para beber agua del grifo.
Además de vestir con ropa y calzado cómodos –especialmente durante las excursiones que vayan a realizarse– hay que tener en cuenta que se trata de un país muy extenso y con una climatología muy variable a lo largo del año y de su geografía, por lo que será necesario informarse bien de las temperaturas previstas según la zona a visitar y la estación climática.
Hay que recordar, además, que por hallarse en el hemisferio sur las estaciones del año se suceden justo al contrario que las del hemisferio norte; es decir que, por ejemplo, mientras en España sea invierno, en Argentina va a ser verano.
Argentina se sitúa en la franja GMT-3h y, generalmente, no adapta sus relojes al horario de verano. Así, mientras que en invierno la diferencia con España es de 4h, ésta se amplía hasta 5h durante nuestro horario de verano.
La moneda oficial en Argentina es el peso (ARS), que a su vez se divide en 100 centavos. Existen billetes de 2, 5, 10, 20, 50 y 100 pesos, así como monedas de 5, 10, 25 y 50 centavos y de 1 y 2 pesos. Como en algunos comercios puede resultar complicado encontrar cambio de billetes grandes, se recomienda llevar siempre monedas y billetes pequeños.
Los cajeros automáticos vinculados a redes internacionales son corrientes en la mayoría de localidades turísticas de toda Argentina, por lo que puede retirarse dinero en efectivo si se dispone de una tarjeta de crédito. Las tarjetas de crédito se aceptan habitualmente, especialmente en las grandes ciudades.
Para cambiar divisas no suele haber problemas si se traen dólares estadounidenses o euros, ya que en efectivo pueden cambiarse en casi todos los bancos y en las oficinas de cambio existentes en las grandes ciudades. Para ello es necesario enseñar el pasaporte.
El sistema eléctrico en Argentina es de 220v./50Hz, por lo que habrá que llevar algún tipo adaptador. Pueden conseguirse fácilmente en cualquier ferretería.
Cualquier cantidad de divisas superior a los 10.000 dólares norteamericanos –o su equivalente– debe ser declarada tanto en la entrada como en la salida del país.
Para llamar a Argentina desde España hay que marcar el
00 (prefijo internacional) + 54 (prefijo nacional del país) + prefijo provincial (sin el 0 que se usa dentro del país) + número al que se desea llamar. Contrariamente, si queremos llamar a España desde Argentina hay que marcar 00 (prefijo internacional) + el 34 (prefijo español) + número provincial (sin el 9) + número al que se desea llamar.
Además de locutorios, en la mayor parte de ciudades importantes existen también teléfonos públicos, la mayoría de los cuales funcionan con monedas o con tarjetas prepago, que pueden adquirirse en la calle, en los quioscos o en las oficinas telefónicas. La tarifa reducida es entre las 10pm y las 8am.
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