Cabo Verde: Sal y São Vicente

Isla de Sal se ha convertido en poco tiempo en uno de los destinos más atractivos del continente africano, siendo uno de los puntos más emblemáticos del archipiélago de Cabo Verde. Se trata de una de las islas habitadas más pequeñas del país, pero su sencilla orografía, sus magníficas playas y su clima bondadoso la convierten en un enclave irresistible, especialmente para los amantes del sol, el mar y los deportes acuáticos.

Situadas en mitad del cráter de un antiguo volcán, a pocos kilómetros de la capital de Isla de Sal, encontramos las minas de sal de Pedra de Lume. Se trata de una de las visitas imprescindibles en la isla, pues en ellas encontramos una belleza paisajística única, formada por sus parajes enigmáticos y las instalaciones abandonadas, dedicadas antaño a la extracción de la sal.

Entre los numerosos tesoros naturales que encontramos en Isla de Sal, destaca el llamado olho azul –"ojo azul"–, que se forma en el momento en que la luz del sol penetra a través de una gruta natural, creando así una forma circular en el agua que se encuentra dentro de esta cavidad.

Como muchos de los elementos que caracterizan a Cabo Verde, la gastronomía local es una mezcla entre la herencia africana y la influencia portuguesa. Siendo, además, un territorio tan vinculado al mar no debe sorprendernos que algunos de sus productos estrella sean el pescado y el marisco, si bien es también frecuente en los platos tradicionales el uso de carnes, frutas y hortalizas.

Si la ciudad de Praia, la capital de Cabo Verde ubicada en Isla de Santiago, es el corazón de este archipiélago-nación, entonces la ciudad de Mindelo, la capital de la isla de São Vicente, es sin duda el alma de este pintoresco país africano situado en el Océano Atlántico. Porque esta vibrante y animada ciudad, que alberga 9 de cada 10 habitantes de São Vicente, guarda la verdadera esencia de la auténtica Cabo Verde. De hecho, es el principal centro cultural, artístico e intelectual del país, tierra natal de importantes figuras como la cantante Cesária Évora, la reina de la morna (un género musical similar al fado portugués) y conocida como la diva de los pies descalzos, y hogar de símbolos como el Liceu Nacional Infante D. Henrique, actual Escuela Jorge Barbosa, que fue clave en el desarrollo de la conciencia nacional caboverdiana.

La ciudad de Mindelo vivió una breve época dorada desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX, cuando los ingleses instalaron depósitos de carbón para el repostaje de sus navíos, un tiempo de bonanza de la que conserva un bonito centro histórico de arquitectura colonial que se articula en torno a la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz. Allí se pueden descubrir diversas viviendas de estilo portugués; el bullicioso Mercado del Pescado, que a primera hora es un verdadero espectáculo; el Fortín del Rey, una fortaleza heredada de la dominación lusa; el sencillo pero elegante Palacio del Gobernador; las casas de colores de la Avenida Marginal; y el incesante ajetreo de la Plaza Almícar Cabral, entre otros muchos atractivos.

La localidad y la bahía natural de Baia das Gatas están situadas en la parte norte de la isla de São Vicente, a apenas 10 kilómetros al este de la ciudad de Mindelo. Se trata de un paraíso para los amantes de los paisajes indómitos y las playas diferentes. Y es que el entorno de esta región parece más propio del planeta Marte, con sus parajes absolutamente secos y áridos, sus vetustos y desolados volcanes y sus praderas deforestadas y terrenos rocosos... al fin y al cabo tan propios de São Vicente y otras islas de Cabo Verde. Al este se encuentra la curiosa playa de Praia Grande, que forma enormes charcos de aguas tranquilas que a determinadas horas alcanzan el perímetro del pintoresco y colorido pueblo de Baia das Gatas, una pequeña villa de pescadores compuesta por un puñado de casas y alojamientos turísticos.

Hasta hace unos años, Baia das Gatas estaba conectada con la capital por una carretera de montaña, salpicada por plantaciones de acacias, pero ahora existe otra carretera que bordea la costa hasta la localidad de Calhau, una pequeña aldea de pescadores situada junto a un volcán extinto. Recorrer ambas carreteras es una de las mejores maneras que explorar la desolada a la par que atractiva naturaleza de Baia das Gatas.

Al igual que su "hermana menor" de São Vicente, la isla de Santo Antão se ha mantenido al resguardo del turismo de masas. Situadas en el extremo septentrional de Cabo Verde, ambas forman parte del archipiélago de Barlovento y tan solo el estrecho canal de São Vicente las separa. Eso sí, mientras la primera es relativamente plana y de escasa vegetación, la segunda es una imponente cadena montañosa que emerge de las aguas como un vergel; mientras São Vicente ofrece unas paradisíacas playas doradas de aguas cristalinas, Santo Antão no tiene muchas y son de arena negra volcánica. Por eso son la combinación ideal para cualquier viaje a Cabo Verde y, de hecho, algunas agencias ofrecen excursiones de un día a Santo Antão desde São Vicente. ¡No te la pierdas!

Y es que el encanto de Santo Antão reside en los hermosos, variados y virginales paisajes que albergan sus 779 kilómetros cuadrados de superficie (es la segunda isla más grande de Cabo Verde), desde los espectaculares barrancos y acantilados, verdes valles (como el de Ribeira de Paúl), modestos bosques y terrazas de cultivo situados en la región del noreste; a las piedras desnudas, la aridez del terreno y los viejos volcanes extintos de la parte suroeste de la isla. ¡Todo un contraste!

Una manera magnífica para conocer la esencia de Cabo Verde y de su gente es acercarse a su música. Se trata de una actividad muy arraigada entre la gente local, y es fácil encontrarse algún concierto o espectáculo callejero durante la visita al país. Además, el país cuenta con músicos excelentes, algunos de los cuales son muy reputados internacionalmente, por lo que los melómanos no deben perder la ocasión de disfrutar de alguna experiencia musical durante el viaje.