El Palacio Eggenberg es uno de los lugares más visitados de la región gracias a su flamante arquitectura barroca, a su espectacular ubicación en el hermoso Parque Natural y a sus valiosos tesoros que esconde en su interior.

Ubicado a escasa distancia del centro histórico de la ciudad, fue construido a petición del príncipe Hans Ulrich, con el objetivo de representar el cosmos. De hecho, el palacio cuenta con 365 ventanas que constituyen los días del año, 24 habitaciones en alusión a las horas del día, 52 puertas que simbolizan las semanas del año y 4 torres referentes a las 4 estaciones del año.

Durante tu visita, además de disfrutar de los hermosos espacios verdes, podrás descubrir los tesoros que encierra tanto la Galería de Arte Antiguo como el Museo de Caza. ¡No te lo pierdas!

Convertido en una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, este grandioso monumento, que fue construido durante el emperador Federico III en el siglo XV, es el monumento más representativo de la época imperial de Graz.

Accediendo a su interior podrás contemplar cómo se combina de forma armoniosa la arquitectura gótica y la decoración barroca, así como los elementos eclesiásticos conservados durante años a la perfección. Por otro lado, sobre el muro exterior, podrás admirar el cuadro de las plagas que recuerdan las tres calamidades de Graz al final de la Edad Media: la incursión turca, la peste y las langostas.

Recorrer el centro histórico de Graz, además de ser una auténtica delicia, te permitirá realizar un interesante recorrido por los últimos mil años de la arquitectura. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está repleto de callejuelas empedradas, elegantes edificios de colores de la época de los Habsburgo, exclusivas tiendas y deliciosos restaurantes.

Entre los lugares que merece la pena visitar destacan el Uhrtum o torre del reloj, símbolo de la ciudad; la Neue Gallery; el Landhaus, el edificio que alberga el Parlamento de Austria; la Catedral de Graz; el mausoleo del emperador Fernando III y la Iglesia de Santa Catalina de Alejandría.

Pocos lugares de Viena resultan tan atractivos como el Palacio de Schönbrunn, una maravilla barroca de 1.441 habitaciones y salas que acogieron al mismísimo Napoleón y a la dinastía de los Habsburgo. Entre ellos, se cuentan el longevo Francisco José I y su esposa, Sissi, los últimos que se ciñeron la corona del Imperio austrohúngaro.

Sus dependencias, todo un derroche de ostentación y un sobresaliente ejemplo del rococó centroeuropeo, también fueron escenario de algunos recitales de Mozart y otros virtuosos de la música. Además, el interior del palacio, perteneciente al Estado austríaco desde 1918, también da cabida a una interesante colección de carruajes imperiales.

No menos hermosos y suntuosos son los jardines que se extienden junto a este precioso edificio. Diseñados en 1750, cuentan con un laberinto inspirado en los signos del zodíaco, una glorieta con vistas a la enorme fuente de Neptuno y un parque zoológico de un millón de m2. Fundado en 1752 por Francisco I, consorte de la emperatriz María Teresa, es el más antiguo del mundo.  

Tanto el palacio de Schönbrunn como sus jardines fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.

Podrás visitar la Ópera de Viena a través de una de las visitas guiadas que se organizan en grupos de diferentes idiomas. El recorrido incluye la visita algunas de las principales estancias como el hall de la entrada, el auditorio con capacidad para acoger hasta 2.800 personas, el escenario, el salón de té y la Sala de Mármol.

El Teatro de la Ópera de Viena (Straatsoper) fue el primer edificio del proyecto de la Ringstrasse en verse concluido. Abierto al público en 1869 con la demostración de una obra de Mozart, el edificio de diseño renacentista fue una desilusión para los vieneses que esperaban algo más de él. El arquitecto del edificio se suicidió, desamparado ante la idea de que su obra no hubiera triunfado. El segundo arquitecto tampoco puedo soportar la presión y murió de un infarto. En 1945, una bomba dañó gravemente el edificio de la ópera y, tras diez años, la ópera volvió a abrir sus puertas con los daños reparados y dotada de las tecnologías más avanzadas.

La Ringstrasse, que es la famosa avenida circular que envuelve el centro de Viena, acoge algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad como el Palacio Real Hofburg, el Ayuntamiento, la Bolsa, el Parlamento, el Burgtheater, la Iglesia Votiva, la Universidad, el Museo de Historia del Arte o el Museo de Historia Natural.  

La Ringstrasse está constituida por distintos tramos que contienen la palabra ring (anillo) en sus nombres: Stubenring, Parkring, Schubertring, Kärntner Ring, Opernring, Burgring, Dr. Karl-Renner-Ring, Dr. Karl-Lueger-Ring y Schottenring.  Puedes recorrer esta avenida a pie o en tranvía.

Los Mundos de Cristal Swarovski son un mundo mágico situado en Wattens (unos 15 km al este de Innsbruck). Brillantes cámaras de tesoros ideados por artistas internacionales atrapan con sus mágicas puestas en escena antes de dar paso a la nube de cristal en el jardín exterior. A los niños les encanta la torre de juego, el parque infantil y el laberinto. En el flagshipstore de Swarovski en el casco antiguo de Innsbruck se abre otro mundo mágico hecho de cristales.

Las huellas de los Habsburgo son omnipresentes en Innsbruck. En la Iglesia de la Corte, también conocida como la iglesia de los hombres negros (Schwarz-Mander-Kirche). 28 figuras de bronce de tamaño sobrenatural rodean el cenotafio del emperador Maximiliano I, una de las tumbas imperiales más espléndidas de toda Europa. Muy cerca del Palacio Imperial, uno de los tres monumentos culturales más importantes de Austria, junto con el Palacio Imperial de Viena y el Palacio de Schönbrunn. El Palacio Imperial de Innsbruck fue adaptado al estilo barroco con salas de recepción (sala de los gigantes) y las estancias imperiales por orden de la emperatriz María Teresa.

Oso y mochuelo alpino, águila real y tortuga acuática, íbice y nutria. En ningún otro zoo del mundo los visitantes pueden observar una variedad tan grande de animales alpinos autóctonos como en el Zoo Alpino de Innsbruck. Apasionantes observaciones de animales en un entorno natural bien conservado.

Durante tu estancia en Salzburgo, te animamos a disfrutar de la zona de lagos de Salzkammergut es un distrito montañoso de Austria, de 650 km² de extensión y situado en la zona de la Alta Austria, Salzburgo y Estiria, atravesado por los Alpes calcáreos de Salzburgo. Sin embargo, este ciudad ha sido rebautizado popularmente como la Suiza Austríaca, debido a la innegable belleza y el tipismo de sus valles.

Al igual que ocurre con la ciudad de Salzburgo, su nombre proviene de los depósitos salinos de la región, explotados desde la Edad del Bronce. En este sentido, cabe referirse a un rincón muy especial: Hallstatt, un enclave totalmente aislado en pleno macizo de Salkammergut, al que únicamente se puede acceder en barca.

Este enclave estuvo muy concurrido entre los siglos XII y V a.C., seguramente debido a la presencia de minas de sal. Aquí se dieron todas las condiciones para el desarrollo de una nueva civilización, tal y como atestiguan las más de 2.000 tumbas que se han excavado hasta la fecha, pertenecientes a una extraordinaria necrópolis celta.

Y un último apunte: en 1997, el paisaje cultural de Hallstatt-Dachstein-Salzkammergut fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Famosa por ser la fortificación mejor conservada de Centro Europa, la Fortaleza Hohensalzburg cuenta con numerosas habitaciones, salas medievales, un museo con destacadas obras de arte y un mercadillo que merecen la pena visitar. Para acceder a ella, tendrás que realizar un corto paseo en funicular desde el casco antiguo de Salzburgo.  

Construido en 1077 por el arzobispo Gebhard y, posteriormente, ampliado durante el arzobispado de Leonhard von Keutschach (1459-1519), este impresionante castillo ha tenido funciones muy diversas como la de fortaleza, residencia privada y prisión.  

En la actualidad, las habitaciones de la regencia con sus impresionantes vistas a la ciudad convierten a este lugar en una de las atracciones más populares de Salzburgo.

Situada a orillas del Salzach, Salzburgo fue un antiguo centro romano en sus orígenes. Sin embargo, su historia va mucho más allá de este período: de hecho, su parte antigua, presidida por su soberbio castillo, presenta algunos elementos italianizantes. Más adelante, la ciudad adquiriría una notable importancia económica a raíz de la construcción del ferrocarril de los Tauern. Sin embargo, si por algo es conocida Salzburgo es por haber sido el lugar de nacimiento de uno de los músicos más legendarios de todos los tiempos: el genial Wolfgang Amadeus Mozart, donde residió por espacio de tres años. Por otro lado, cabe destacar que los barrios nuevos, situados en la orilla derecha de la ciudad, se extienden hacia el norte con amplias avenidas.