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Guías de Viajes de Vitoria

Vitoria
Vitoria

La ciudad medieval que inspiró a Ken Follet

Gasteiz, ciudad milenaria

Gasteiz, ciudad milenaria
La ciudad de Vitoria, capital de la provincia de Álava y cuyo nombre en euskera es Gasteiz, ha logrado hacerse con un renombre dentro del turismo internacional gracias a sus acertadas políticas de rehabilitación, que han conseguido recuperar el casco viejo medieval y magníficos edificios históricos de forma espectacular. Vitoria tiene numerosos galardones por la recuperación de su patrimonio; el casco antiguo, conocido como la "Almendra Medieval", ha recibido varios premios Europa Nostra. Además, cabe destacar que el mundialmente famoso escritor Ken Follet se inspiró recientemente en la Catedral de Santa María y sus obras de restauración para escribir la segunda parte de su best seller "Los Pilares de la Tierra". Desde luego, eso quiere decir mucho... La ciudad medieval de Vitoria es tan hermosa como espectacular; tan acogedora como bella. Su trazado peatonal invita al paseo y la contemplación de sus muchos edificios, museos y monumentos.

Además del ingente patrimonio histórico de Vitoria (cuyo casco antiguo ha sido declarado Conjunto Monumental), la ciudad está rodeada también por varios parques, parajes y humedales de gran belleza. Estos ecosistemas conforman el llamado Anillo Verde de Vitoria, un recorrido convenientemente señalizado y con áreas de contemplación de aves y de descanso, que los viajeros pueden recorrer a pie o en bicicleta. Los seis grandes parques están situados junto a la ciudad o a pocos kilómetros de distancia, y en ellos es posible disfrutar de la contemplación de la fauna y la flora, pero también de las lagunas, humedales y edificaciones. Además, el resto de la provincia de Álava tiene mucho que mostrar y que ofrecer; tomando como centro neurálgico la capital es posible hacer rutas de un día de duración para conocer distintas localidades.

El apartado gastronómico es un punto y aparte dentro de la oferta de ocio de la capital alavesa. Al igual que en otros destinos del País Vasco, los pinchos o pintxos son en Álava toda una tradición. Por el casco antiguo podemos encontrar numerosos bares y restaurantes que ofrecen estos tesoros de la alta gastronomía en miniatura; las barras de los establecimientos son todo un placer para el sentido del gusto, del olfato... Y de la vista. La gastronomía alavesa no se reduce, por supuesto, a los pinchos; no hay que olvidar que en la ciudad se encuentran algunos de los mejores restaurantes del País Vasco, España e incluso Europa. Nombres como el Arkupe o el Zaldiarán tienen un lugar de honor en todas las guías gastronómicas, así como excelentes platos con la mejor de las materias primas y los magníficos vinos que se elaboran en la Rioja Alavesa.

Vitoria
es un lugar mágico, pleno de encanto, cultura y animación. Las fiestas y los festivales de esta ciudad son una excelente excusa para hacerle una visita y disfrutar de todo lo que tiene para ofrecer. Adentrémonos en sus secretos, y ya no querremos abandonar sus hermosos rincones...

Un casco antiguo excepcional rodeado de humedales y parques

Un casco antiguo excepcional rodeado de humedales y parques
Que Vitoria, o Gasteiz como la conocen los alaveses, es un tesoro histórico-artístico es algo que nadie pone en duda. Una visita por la ciudad puede comenzar perfectamente por un recorrido por el casco viejo o Almendra Medieval, que nos proporcionará el placer de contemplar y recorrer edificios magníficos, tanto de tipo religioso como civil. La construcción más emblemática es sin duda la Catedral de Santa María, una edificación de estilo gótico del siglo XIV que actualmente se encuentra en pleno proceso de rehabilitación. Este hecho no impide que la Catedral pueda visitarse por dentro (además de admirar su belleza exterior), sino que gracias a un programa pionero y único en su estilo, los visitantes pueden recorrerla para contemplar los trabajos de restauración que actualmente se llevan a cabo. Para acceder a estas visitas guiadas hay que reservar plaza, bien por teléfono o a través de la página web de la Catedral.

 Pero esta maravillosa construcción no es la única que merece la pena una visita. Existe también una Catedral Nueva, de estilo neogótico y que ofrece la oportunidad de descubrir curiosas imágenes en sus ménsulas y gárgolas exteriores. Además, encontraremos otras magníficas iglesias como la Iglesia de San Vicente, del siglo XV y buen ejemplo del estilo gótico vasco; la Iglesia de San Antonio, muestra barroca del siglo XVII; la Basílica medieval de San Prudencia (S. XIII), y muy especialmente el Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, magnífico ejemplo del estilo románico. Los edificios civiles que podemos admirar en el casco antiguo vitoriano son también muchos y muy hermosos, además de estar totalmente rehabilitados. Hay estupendos ejemplos de arquitectura medieval, renacentista y barroca, como los distintos palacios señoriales de los siglos XV y XVI y la Casa del Cordón (s. XV, con su torre medieval y su sala de estilo gótico). El Castillo de Mendoza, por su parte, merece una mención especial por su torre rodeada de murallas, con torretas en las distintas esquinas.

Para quienes después del recorrido histórico y medieval quieran airearse en plena naturaleza, Vitoria ofrece seis espléndidos parques que rodean a la ciudad en forma de Anillo Verde. No hay que desplazarse mucho para respirar el aire fresco y entrar en contacto con la flora y la fauna; algunos de estos parques están a unos pasos del centro, y otros a tan sólo unos kilómetros. Podemos empezar nuestro recorrido por Salburua, un humedal perfectamente acondicionado y catalogado en listados internacionales; cuenta con centros de interpretación, dos lagunas y puntos de observación. Por otra parte, en las campas de Olarizu podemos visitar el Centro de Interpretación del Anillo Verde, así como las huertas; y en el bosque de Armentia, a tres kilómetros de Vitoria, los amantes del deporte encontrarán gran cantidad de rutas para paseos en bicicleta o a caballo. En esta zona es posible visitar la Basílica de Armentia, del siglo VIII y considerada un tesoro de la época medieval. Además, junto a la ciudad se encuentra el Parque de Zabalgana, con su robledal y sus lagunas, así como los parques del Río Alegría y del Río Zadorra.

Dentro de la provincia de Álava existen muchos recorridos que llevarán al viajero a conocer hermosos lugares. Desde la Rioja Alavesa y sus bodegas, por las que se pueden hacer recorridos que combinan el turismo y la cata de vinos; hasta una visita al magnífico Parque Natural de Aralar o a las antiguas Salinas de Añana, por poner sólo unos ejemplos, la oferta turística y de ocio de la provincia está pensada para satisfacer al viajero más exigente.

Cocina tradicional a base de productos de la tierra

Cocina tradicional a base de productos de la tierra
Vitoria es una ciudad donde la cocina tradicional manda. Eso sí, la nueva cocina se ha abierto paso de manera sobresaliente actualizando las recetas de toda la vida, para crear nuevos platos de excelencia internacional. La cercanía de la provincia de Álava con el mar aporta excelentes pescados y mariscos a las mesas vitorianas, pero las materias primas de la tierra son los ingredientes más habituales en los platos de la zona. Desde los deliciosos caracoles a la alavesa, toda una delicatesen que se consume con una salsa contundente y muy especial, hasta las setas de temporada (en especial los muy preciados perretxikos, unas setas a las que se les ha llegado a llamar las "angulas del monte" y que en otoño alcanzan precios desorbitados), el monte y todo su sabor se despliegan a partir de estas emblemáticas recetas.

Los potajes son por derecho propio una parte importante del recetario vitoriano. Las huertas cercanas aportan magníficas legumbres y hortalizas, en especial alubias rojas, pintas y blancas. Las habitas a la vitoriana y las menestras de verduras constituyen todo un despliegue de sabores y texturas para satisfacer el paladar de cualquier gourmet que se precie. Además, las carnes también muestran una singular excelencia: desde los chuletones y las parrilladas hasta los platos de caza (la codorniz estofada es uno de los más tradicionales), pasando por embutidos como las magníficas morcillas que se elaboran en distintos pueblos de la provincia, hay una especialidad para cada gusto y preferencia. Y desde luego, si queremos probar todo tipo de delicias sin vaciar nuestros bolsillos y aprovechando para conocer todos los rincones de la ciudad, la costumbre de "ir de pinchos" es la mejor opción. Desde el clásico pincho de tortilla de patata, que en Vitoria borda la excelencia gracias a las magníficas patatas alavesas, hasta nuevos diseños culinarios que combinan distintos ingredientes de la huerta, la tierra y el mar, la variedad ofrecida en las barras de los bares es tan exquisita como espectacular.

Los postres tienen un gran arraigo en Vitoria, y la ciudad está salpicada de excelentes pastelerías y obradores que realizan los dulces más finos, tanto innovadores como tradicionales. Las trufas de chocolate son ya una institución en la ciudad, pero sin duda los postres más conocidos son el goxua (dulce vasco elaborado con bizcocho, crema y nata), el pastel vasco, los canutillos y el arroz con leche. En cuanto a los vinos, la presencia de una de las regiones más célebres en cuanto a enología se refiere como es la Rioja Alavesa, garantiza el suministro a la capital de los mejores caldos para acompañar los manjares de hogares y restaurantes.

Fiestas patronales, Semana Grande y festivales a tope

Fiestas patronales, Semana Grande y festivales a tope

La ciudad de Vitoria comienza su calendario festivo con los fríos de febrero y marzo, gracias a la celebración del Carnaval. La Almendra Medieval es el escenario preferido por Don Carnal para dar rienda suelta a las pasiones, la alegría y la diversión enmascarada. Los personajes de la mitología vasca, entre los que destacan el Basajaun o señor del bosque y Mari, la divinidad femenina por excelencia. Las representaciones de teatro callejero, los desfiles y las cabalgatas despliegan a multitud de curiosos personajes mitológicos y ancestrales. Pasada la Semana Santa y sus celebraciones religiosas, llega la primavera y es el día 28 de diciembre cuando se celebra la primera fiesta grande de la ciudad, con motivo de San Prudencio (patrón de los alaveses). La "retreta" o llamada a la fiesta desde la Diputación es seguida por una popular tamborrada, el desfile de las sociedades gastronómicas, la romería hasta la Ermita del Santo (en Armentia) y las manifestaciones y exhibiciones de deporte vasco.

Un mes después da comienzo uno de los festivales de música rock más importantes a nivel internacional. El Azkena Rock Festival tiene lugar durante la última semana de junio, y se caracteriza por organizar conciertos de grandes figuras del rock and roll a nivel mundial, pero también por traer a bandas y músicos alejados de la escena más popular. Y hablando de festivales de música, no podemos dejar de mencionar el Festival de Jazz de Vitoria, que se celebra a mediados de julio y es uno de los decanos en nuestro país. Además de los magníficos conciertos que se organizan, durante los días de festival hay bandas que recorren las calles tocando y animando todos los rincones. También en el mes de julio, concretamente el día 25, se celebra el popular Día del Blusa. Blusa es el nombre que reciben los jóvenes vitorianos que durante las fiestas visten el blusón tradicional de los hombres del campo; esta jornada se ameniza con mercados y ferias de ganado.

Las fiestas grandes de Vitoria se celebran a partir del 4 de agosto, con motivo de la Virgen Blanca. Es la primera de las Semanas Grandes del País Vasco, y va seguida de inmediato por la de San Sebastián, finalizando en la Aste Nagusia de Bilbao. La Plaza de la Virgen Blanca es el escenario de la bajada del Celedón, un muñeco ataviado como un blusa que desciende colgado de su paraguas por una cuerda, dando comienzo a las fiestas entre la alegría de la gente congregada en la plaza. El día 5 es el día de la Virgen Blanca, jornada principal de las fiestas; los cuadrillas de "blusas" alegran el ambiente festivo de las calles, que se ve potenciado por las agradables temperaturas veraniegas.

En definitiva, Vitoria es una ciudad plagada de eventos culturales, festivos y sobre todo, muchísima diversión. Hacen falta pocas excusas para animarse en esta ciudad, que ofrece oportunidades a todos los viajeros para disfrutar de sus vacaciones al cien por cien.

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