Ir a la home de Logitravel.com

Guías de Viajes de Costa Napolitana

Costa Napolitana
Costa Napolitana

Un tesoro a los pies del Vesubio

Introducción

Introducción
Muy pocos rincones del mundo son capaces de conjugar con tanto acierto pueblos y paisajes de insultante belleza, antiquísimas ciudades arrancadas de un letargo milenario o tranquilas playas acariciadas por aguas mansas y azules. Por fortuna, ese lugar existe. Y no es otro que la Costa Napolitana, sin duda el principal activo de la región italiana de Campania.

La historia de su capital, la efervescente Nápoles, se remonta al siglo V a.C., período al que corresponde un antiguo asentamiento griego: Parténope. En los siglos sucesivos, el casco urbano se ampliaría para dar paso a Neápolis (es decir, la nueva ciudad). Desde entonces, numerosas culturas del Mediterráneo se han disputado esta tierra privilegiada, desde la Corona Aragonesa hasta los Borbones españoles, pasando por pueblos como los normandos. Esta diversidad ha hecho de Nápoles un crisol de culturas que, de un modo u otro, aún se refleja en sus calles y avenidas.

En cualquier caso, no se puede hacer alusión a este rincón privilegiado sin mencionar un accidente geográfico que durante 2.000 años ha transformado y condicionado la vida y la historia de sus moradores: el Vesubio. Su amenazadora silueta, anclada como un vigía de piedra ante el golfo de Nápoles, ha demostrado su crueldad en numerosas ocasiones durante siglos. Una ira incontrolada que, paradójicamente, hizo eternas a las poblaciones que un día destruyó: Pompeya, Herculano y Torre Annunziata. Tres enclaves en los que la ceniza y la lava detuvieron el tiempo un trágico día del año 79 d.C., y que durante siglos permanecieron ocultos tal y como los sorprendió la erupción del volcán. Gracias a la arqueología y a las veleidades del Vesubio, el viajero tiene hoy la oportunidad de sumergirse en la cotidianeidad de la Roma imperial. Y es que lo que borró del mapa a estas ciudades fue también lo que las conservó para siempre.

No obstante, esta montaña rusa de sensaciones no se acaba en el golfo de Nápoles. Para comprobarlo, sólo hay que acercarse hasta la preciosa Costa Amalfitana. Poseedora de un espectacular perfil escarpado, con profundos barrancos y peñascos que se hunden en el mar Tirreno, este lugar está considerado como una de las estampas más bellas de Italia. Situado en la franja costera comprendida entre Positano y Vietre sul Mare, también da cabida a las coquetas aldeas montañesas de Scala, Tramonti y Ravello, al tiempo que brinda unas maravillosas vistas sobre el golfo de Salerno. Por su arrebatadora belleza y su patrimonio arquitectónico, la Costa Amalfitana fue elevada a la categoría de Patrimonio de la Humanidad en 1997.

Sin duda, la forma más cómoda de empezar a disfrutar de todas estas maravillas es reservando vuelos a Nápoles (en España, éstos pueden tomarse desde Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca e Ibiza, fundamentalmente). Todos ellos conducen hasta el pequeño aeropuerto de Copodichino, el único existente en la región. Desde allí, resulta muy fácil llegar al centro de Nápoles, ya sea en autobús urbano (es más económico y cubre el trayecto en 40 minutos) o en un autobús directo. Éste resulta algo más caro (sin llegar a ser prohibitivo), pero efectúa el recorrido en tan sólo 25 minutos.

Otra forma efectiva de viajar hasta allí consistiría en contratar un crucero que haga escala en aguas napolitanas. Desde Nápoles, el ferrocarril Circunvesubiano conecta la capital de Campania con el resto de poblaciones del golfo de Nápoles. Desde la localidad que se halla en el otro extremo, la cautivadora Sorrento, se puede alcanzar la Costa Amalfitana en transporte público, o bien tomar un barco para conocer la indescriptible isla de Capri.

¿Qué otros argumentos se necesitan para hacer las maletas y regalarse una cita con la naturaleza y la historia? En cualquier caso, lo cierto es que estas líneas se quedan cortas para condensar las bondades de un destino sin igual, mágico y único a la par.

Qué ver en la Costa Napolitana

Qué ver en la Costa Napolitana
A continuación, se resumen los rincones imprescindibles del golfo de Nápoles y sus inmediaciones.

  • Amalfi

En el siglo IX, la capital de la Costa Amalfitana llegó a ser una de las repúblicas marítimas más poderosas del Mediterráneo, así como un punto estratégico para el comercio con Oriente. Además, según cuenta la tradición, Amalfi fue la cuna de Flavio Gioia, el inventor de la brújula. Una vez allí, no hay que perderse las Tavole Amalfitane; custodiadas en el Ayuntamiento de la localidad, contienen el primer código de derecho marítimo plasmado por escrito. También es más que aconsejable visitar la catedral de San Andrés, de factura románica y depositaria de la tumba del apóstol San Andrés, patrón de Amalfi. Su bellísimo claustro, conocido como claustro del Paraíso, se erigió entre 1266 y 1268.

  • Atrani

Se trata de otro de los núcleos imprescindibles de la Costa Amalfitana. Pese a contar con una población de apenas un millar de habitantes y una extensión de 0,2 km2, el incomparable paisaje de Atrani bien merece la atención del viajero. Partiendo de la plaza de Umberto I, hay que tomar un acceso que conduce a la iglesia de San Salvador de Bireto, que da cabida a interesantes muestras artísticas procedentes de Constantinopla. Además, éste era el marco en el que se elegía al dux de la república de Amalfi en la Edad Media.

  • Capri

Pocos rincones del Mediterráneo pueden igualar en fotogenia a esta pequeña isla del golfo de Nápoles. Sus paisajes de ensueño, su naturaleza y sus olores hacen de ella un capricho para los sentidos. Sus primeros habitantes ilustres fueron los emperadores romanos Augusto y Tiberio, cuya presencia en Capri es todavía visible en forma de ruinas romanas. A partir del siglo XIX, por su geografía desfilarían figuras tan ilustres como los escritores Alejandro Dumas y Oscar Wilde, que no pudieron resistirse a sus encantos. Entre sus principales reclamos, cabe referirse a la Grotta Azzurra (realmente hermosa, aunque siempre atestada de embarcaciones que guardan largas colas para adentrarse en ella), I Faraglioni (dos imponentes farallones que emergen del agua a 109 m de la costa), la Marina Piccola, Villa Jorvis, Anacapri y, en el corazón de la isla, la Piazza Umberto I, más conocida como Piazzetta de Capri. Para llegar hasta allí, la forma más rápida es hacerlo en barco desde Sorrento.

  • Cumas

Esta población, fundada posiblemente por los griegos en el siglo VIII a.C., es una de las colonias más antiguas de la Magna Grecia. Sus zonas más importantes son la acrópolis (en el noroeste) y la necrópolis, que se extiende sobre un llano. A los pies de la acrópolis se halla la entrada de la conocida Gruta de la Sibila.

  • Herculano

Sin duda, esta visita no puede faltar en la agenda de los amantes de la historia y la arqueología. Aunque la zona excavada en mucho más reducida que la de Pompeya, la ciudad romana de Herculano presenta la particularidad de que, en vez de quedar sepultada bajo las cenizas surgidas del Vesubio, pereció abrasada por la lengua de lava que escupió el volcán en el año 79 d.C., tal y como aún puede apreciarse en algunos de sus edificios. Además de sus impresionantes termas e instalaciones de baño, Herculano exhibe algunas construcciones tan impactantes como la Casa de las Rejas, la Casa de los Ciervos, la Casa del Bicentenario o la Casa de Neptuno, así como algunas tabernas y establecimientos comerciales. Pese a este abanico de maravillas, el número de visitantes es reducido, por lo que el viajero podrá empaparse de sus ruinas sin agobios. Desde 1997, Herculano forma parte del Patrimonio de la Humanidad.

  • Nápoles

La capital de la región Campania no sólo es la ciudad más poblada del sur de Italia (posee cerca de un millón de habitantes): también alberga una notable oferta monumental. No en balde, su caótico pero imprescindible centro histórico (conocido como Spaccanapoli) fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Una buena manera de empezar a conocer Nápoles es admirando su catedral: el Duomo, originaria del siglo VI y famosa porque en mayo y septiembre acoge la licuación de la sangre de San Gennaro, patrón de la ciudad. Otros lugares de interés son el Pio Monte della Misericordia (de cuyos muros cuelgan las Siete obras de misericordia de Caravaggio). Continuando por el centro histórico se accede hasta la iglesia de San Domenico Maggiore (con bellos frescos de Pietro Cavallini). Dentro del apartado de construcciones religiosas, también se recomienda visitar la iglesia del Gesù Nuevo o la iglesia de Santa Chiara. Esta última, concluida en 1340, sirvió como sepulcro de los Anjou. Asimismo, tampoco hay que perderse el Castel Nuovo (también conocido como castillo de Maschio Angioino), erigido en el siglo XIII y utilizado como residencia de los reyes y virreyes de Nápoles. Otros lugares de interés son el emblemático Castel dell’Ovo (siglo XV), situado junto al mar; el Palacio Real (1600-1602, ubicado en Piazza Plebiscito y junto a la iglesia de San Francesco di Paola), la Galería Umberto (1887-1891), los barrios Españoles (Quartiere Spagnoli, los cuales deben visitarse durante el día por seguridad), las catacumbas de San Gennaro y San Gaudioso y el Museo Arqueológico Nacional. En él puede contemplarse una impresionante colección escultórica y un fondo igualmente fascinante de frescos procedentes de Pompeya. Entre éstos, destacan las pinturas eróticas del llamado Gabinete Secreto.

  • Paestum

La antigua Poseidonia, erigida a orillas del río Sele por los griegos hacia el 600 a.C., dio paso a la colonia romana de Paestum en el 273 a.C. Ya en el siglo I a.C., un brote de malaria se convertiría en el principio del fin de este enclave. En la actualidad, el lugar despliega ejemplos de arquitectura clásica magníficamente conservados. Éste es el caso de los tres edificios religiosos del complejo arqueológico: el templo de Hera (ca. 530 a.C.), el templo de Ceres (500 a.C.), y el templo de Neptuno (450 a.C.). Desde algunas agencias turísticas de Sorrento, se organizan excursiones a Paestum una vez por semana.

  • Pompeya

Esta hipnótica ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997, ha sido excavada desde 1748, a pesar de que por el momento sólo han podido recuperarse dos terceras partes de esta suntuosa villa romana arrasada en el año 79 d.C. por el Vesubio. Aunque resulta casi imposible resumir todos sus reclamos en tan poco espacio, el recinto arqueológico da cabida a templos, termas, un teatro, un anfiteatro, tabernas, comercios, un lupanar, una necrópolis y numerosas viviendas. En su conjunto, todos estos lugares brindan un retrato fidedigno de la vida cotidiana en la Roma imperial del siglo I d.C. Las pinturas al fresco y los esgrafiados que aún lucen algunas de las residencias son realmente impactantes. Entre los edificios más conocidos, se halla la denominada Casa del Fauno, con una representación de la batalla de Issos, que enfrentó a las tropas de Alejandro Magno y Darío III, o la Casa de los Vettii. Por otro lado, la capa de ceniza que sepultó Pompeya durante siglos dejó para la posteridad perfectos vaciados en molde de las personas que perdieron la vida durante la erupción del Vesubio.

  • Positano

Es otro punto de visita obligada de la Costa Amalfitana. Considerado como uno de los asentamientos más antiguos de Italia, Positano fascina al recién llegado por sus pequeñas viviendas enjalbegadas y sus palacios, que se arraciman sobre rocas escarpadas. En 1932, en mitad del recorrido hacia Amalfi, se descubrió por casualidad la gruta de la Esmeralda (Grotta dello Smeraldo), en la que se despliegan caprichosas formaciones de estalactitas.

  • Pozzuoli

Situado a unos 17 km de Nápoles y con una población de 83.000 habitantes, este importante núcleo arqueológico tiene su origen en el siglo VII a.C., momento en el que acogió la colonia griega de Dicearchia. A comienzos del siglo II a.C., ésta había dado paso a un próspero centro comercial romano moteado de ostentosas villas. Entre sus mayores atractivos, se cuentan el anfiteatro Grande (con capacidad para 40.000 espectadores), el templo de Serapis (siglo II d.C.), el cráter de la Sofatara y una interesante reserva natural.

  • Ravello

Ubicada en el incomparable marco de la Costa Amalfitana y algo oculta entre montañas, Ravello cautivará al recién llegado por sus espectaculares edificios. Uno de los más hermosos es la catedral de San Pantaleón. Fundada en 1086, da cabida a un maravilloso revestimiento y a un completo catálogo de obras de arte de los siglos XII y XIII. Según se dice, el jardín oriental de Villa Rufolo inspiró al compositor alemán Richard Wagner para componer una de sus óperas más aclamadas: Parsifal. A su vez, la actriz sueca Greta Gargo también sucumbió al innegable encanto de Ravello.

  • Sorrento

Esta hermosa población del litoral se despliega sobre los acantilados situados al sur de la bahía de Nápoles. Convertida en un destino turístico de referencia desde el siglo XVIII —por Sorrento han desfilado personalidades como Goethe o Casanova—, el paisaje sorrentino se ha consolidado como una de las opciones preferidas para el turismo familiar. Entre sus mayores reclamos monumentales, hay que destacar la catedral (siglo XIV), la Villa Comunale, los claustros del convento de San Francesco (siglo XIV), el huerto de limones Cataldo, el Museo Correale di Terranova (en el que pueden admirarse obras de arte de los siglos XVII, XVIII y XIX), la Marina Grande o sus apacibles playas, la mayoría de las cuales son privadas. Desde Sorrento, se pueden realizar numerosas excursiones organizadas a otros puntos de la Campania, o bien trasladarse a la Costa Amalfitana en bus.

  • Torre Annunziata

En 1967, en la actual Torre Annunziata se descubrió la villa romana de Oplontis, del siglo I d.C. Según la hipótesis más extendida, esta lujosa residencia pudo pertenecer a Popea, segunda esposa del emperador Nerón. Pese a haber sido arrasada por la furia del Vesubio, se han podido recuperar frescos, mosaicos, mármoles, dependencias y jardines que atestiguan el alto nivel de vida de los ocupantes de la villa. Como Pompeya y Herculano, Torre Annunziata ingresó en la lista del Patrimonio de la Humanidad en1997.

  • Vesubio

Esta amenazadora mole de piedra de 1.281 m ha marcado a sangre y fuego —nunca mejor dicho— el destino del golfo de Nápoles. Aunque en la Antigüedad era una montaña salpicada de viñas, Estrabón ya advirtió en el año 19 d.C. que sus rocas habían sido quemadas por el fuego. Desgraciadamente, la constatación definitiva de su verdadera naturaleza llegaría poco después, en el año 79 d.C., cuando una erupción destruyó las ciudades de Pompeya, Herculano y Oplontis (la actual Torre Annunziata). El desastre fue descrito por Plinio el Joven, quien vio morir a su tío, Plinio el Viejo, asfixiado por los gases que desprendía el volcán. Sin embargo, ésta no sería la única demostración de fuerza del Vesubio: hasta 1944, fecha de la última erupción, protagonizaría otros episodios luctuosos (como el de 1631, que se cobró 600 vidas humanas). Actualmente, se organizan diversas excursiones a diario desde la estación de tren de Herculano hasta el volcán. El primer tramo se cubre en microbús y, a continuación, el visitante debe continuar la ascensión a pie hasta el cráter, de 200 m de profundidad y 600 m de diámetro.

Comer en la Costa Napolitana

Comer en la Costa Napolitana
La convulsa historia de Nápoles y sus inmediaciones, condicionada por las acusadas diferencias de clase entre sus habitantes, también se refleja en una tradición gastronómica llena de contrastes. De ahí que en el recetario napolitano convivan recetas sencillas y sin pretensiones, elaboradas a partir de ingredientes de la tierra, con sofisticadas especialidades de importación.

En cualquier caso, a la hora de referirse al cibo (comida) local, hay que aludir en primer lugar a las dos mayores aportaciones de los fogones napolitanos a la gastronomía universal: los espaguetis (maccheroni en dialecto napolitano) y la pizza. Sobre esta socorrida fórmula, se dice que fue creada en 1889 en la pizzería Brandi (situada en el barrio de Chiaia) por Raffaele Esposito para la reina Margarita (de ahí el nombre de la pizza que sólo lleva tomate y mozzarella). Ahora bien, lejos de los clásicos, este rincón de la Campania también ofrece otras muchas propuestas interesantes, como la minestra maritata (una sopa de achicoria, pollo y cerdo), el soffritto (estofado a base de restos de carne), la pizzaiola (buey con salsa de tomate, ajo y orégano), los ñoquis a la sorrentina, la braciola (un tipo de pulpeta rellena de perejil y ajo), el llamado cocido genovés (buey con cebolla picada) y, por supuesto, el ragú napolitano. Este plato, que suele consumirse en domingo, consiste en una salsa de tomate con carne de cerdo y buey.

A la hora del postre, no hay que dejar de probar los exquisitos rococò (galletas de almendra), los struffoli (delicias de miel típicas de la Navidad) y los mustaccioli (riquísimos pastelitos recubiertos de chocolate). En Sorrento, también son muy apreciadas algunas sugerencias como la tarta caprese (con almendra y cacao) o las delicias al limón (una especie de buñuelos rellenos con crema de limón).

Y a propósito de Sorrento y de este cítrico, no hay que olvidarse de la bebida alcohólica por excelencia de esta hermosa localidad costera (y por extensión, del sur de italia): el limoncello. Aunque no hay ningún producto capaz de hacerle sombra, lo cierto es que también se comercializa un licor casi idéntico preparado con naranjas. Otras bebidas espirituosas de gran solera son los vinos. Entre los más conocidos, se cuentan el solopaca, el gragnano, el asprino y el taurasi.

Antes de acabar, un consejo: quienes visiten la ciudad de Nápoles no deben dejar de disfrutar de una cena en L’Antica Pizzeria da Michele (Via Cesare Sersale, 1/3), la más antigua de esta localidad (1870). A pesar de que su carta es limitadísima —sólo sirven dos pizzas: la margarita y la marinara, que es como la anterior pero sin queso y con albahaca—, la relación calidad-precio es excelente. Eso sí: se recomienda no llegar más tarde de las 19:00 h, ya que de lo contrario se hace muy difícil encontrar una mesa libre (no se admiten reservas).

Fiestas y eventos en la Costa Napolitana

Fiestas y eventos en la Costa Napolitana

Un buen número de las tradiciones de este rincón de Italia, ya sean laicas o religiosas, tienen un origen muy antiguo, hasta el punto de que algunas beben de lejanos ritos paganos. En cualquier caso, el viajero no tardará en contagiarse de la alegría del pueblo napolitano. Los acontecimientos que se detallan a continuación serán una ocasión inmejorable para dejarse llevar y compartir con estas gentes amables y hospitalarias sus costumbres y festejos.

 

  • Año Nuevo

 

El 1 de enero es fiesta en toda Italia.

 

  • Epifanía (la Befana)

 

Cada 6 de enero, los más pequeños reciben regalos de la Befana, una bruja buena que desempeña una función muy parecida a la de los tres Reyes Magos.

 

  • Fiesta de la Madonna dell’Arco

 

El lunes de Semana Santa, el pueblo de Sant’Anastasia, situado a los pies del Vesubio, evoca un supuesto milagro que tuvo lugar en el siglo XVI. Según se dice, un fresco con una imagen de la Virgen sangró cuando un jugador de mallo lo golpeó accidentalmente con una bola. Desde entonces, coincidiendo con el inicio de la Semana Santa, un grupo de hombres descalzos (los fujenti) recorren las calles pidiendo limosna. A continuación, sacan en procesión la imagen de la Virgen y, una vez acabado el recorrido, los vecinos y vecinas del pueblo participan en una animada fiesta campestre amenizada con música.

 

  • Viernes Santo

 

Tiene lugar entre la segunda quincena de marzo y las primeras cuatro semanas de abril. En Prócida, se lleva a cabo una procesión secundada por hombres disfrazados de romanos y niños maquillados como ángeles de la muerte. A su vez, un grupo de penitentes encapuchados se suma al cortejo siguiendo un rito funerario cuyos orígenes se remontan al siglo XVI. La comitiva desfila por el puerto ante una representación del Santo Sepulcro, donde se depositan flores y trigo, con el propósito de simbolizar la resurrección de Cristo. Por otra parte, en esta fecha también merece la pena disfrutar de las procesiones que tienen lugar en Sorrento. El Viernes Santo es un festivo de ámbito nacional.

 

  • Domingo de Pascua

 

Esta jornada es festiva en toda Italia.

 

  • Lunes de Pascua

 

Este día también es un festivo nacional.

 

  • Fiesta de la Liberación (Festa della Liberazione)

 

Cada 25 de abril, todo el país conmemora el aniversario de la liberación de Italia del nazismo, acaecida en 1944 a manos de los aliados.

 

  • Día del Trabajo (Festa del Lavoro)

 

El 1 de mayo es otro festivo estatal.

 

  • Mayo de los Monumentos (Maggio dei Monumenti)

 

Durante todo el mes de mayo, esta iniciativa propone diversas actividades culturales (como por ejemplo, recorridos guiados), por las calles de Nápoles.

 

  • Rolex Capri Sailing Week

 

Esta prestigiosa regata, organizada por el Yacht Club de Capri, se pone en marcha anualmente a finales de mayo.

 

  • Aniversario de la República

 

Cada 2 de junio, este festivo estatal recuerda la reunificación de Italia (1861).

 

  • Maratón Capri-Nápoles

 

Desde 1954, el mes de junio es testigo de esta durísima prueba de natación. Los participantes inician su recorrido en la Marina Grande de la isla de Capri y, tras 7 horas de esfuerzo, alcanzan la Via Caracciolo, en el paseo marítimo de Nápoles.

 

  • Regata de las Antiguas Repúblicas Marítimas

 

A mediados de junio y cada cuatro años, la localidad de Amalfi (junto con Génova, Pisa y Venecia) participa en una regata en la que compiten embarcaciones de época: las denominadas gozzi. Durante la prueba, es habitual ver a los asistentes luciendo trajes medievales. La próxima cita tendrá lugar en el 2015.

 

  • Fiesta de Sant Andrea

 

Cada 27 de junio, la localidad de Amalfi celebra el milagro que evitó que el pirata Barbarroja tomara Sorrento en el siglo XVI. Según la tradición, el protector de los sorrentinos no fue otro que el patrón de Amalfi: San Andrés (Sant Andrea).

 

  • Neapolis Festival

 

Desde mediados de julio y durante 11 días, aproximadamente, Nápoles se llena de solistas y bandas de rock nacionales e internacionales. Para más información, se recomienda consultar esta web: http://www.neapolis.it.

 

  • Madonna del Carmine

 

Tras la de San Gennaro, el 16 de julio es la fiesta más importante de la ciudad de Nápoles. Su plato fuerte es una procesión en honor a la Virgen del Carmen y un espectáculo pirotécnicos.

 

  • Sant’Anna

 

El 26 de julio es la fiesta patronal de Sorrento (si no cae en lunes, se celebra el lunes posterior). Este acontecimiento constituye una excelente oportunidad para disfrutar del famoso baile de la tarantella, así como de un magnífico espectáculo de fuegos artificiales.

 

  • Sagra del Mare

 

Este festival marinero tiene lugar en la localidad de Monti di Procida a comienzos del mes de agosto. La duración de los festejos es de cuatro días.

 

  • Asunción de Nuestra Señora (Ferragosto)

 

El 15 de agosto es festivo en toda Italia.

 

  • Fiesta de Piedigrotta

 

Se celebra el 8 de septiembre en el barrio costero de Mergellina, en Nápoles. Instituida en el siglo XVIII por Carlos III de España para celebrar la natividad de María, esta tradición ha ido evolucionando hasta convertirse en el carnaval napolitano por excelencia. A su vez, esta fiesta también da cabida al Festival de la Canción Napolitana, recuperado en el año 2008.

 

  • San Gennaro

 

El 19 de septiembre, Nápoles se vuelca en sus fiestas patronales, dedicadas a San Gennaro. Durante varios días, se puede disfrutar de conciertos, espectáculos al aire libre y entradas gratuitas a algunos de los monumentos más significativos de la región.

 

  • Napoli Film Festival

 

A finales de noviembre y durante seis jornadas, la capital de Campania tiene una cita con lo mejor del cine italiano y europeo. Para más información, se aconseja visitar este enlace: http://www.napolifilmfestival.com.

 

  • Todos los Santos (Tutti i Santi)

 

El 1 de noviembre es un festivo de ámbito nacional.

 

  • Aniversario de la Victoria de la Primera Guerra Mundial

 

Se conmemora el 7 de noviembre.

 

  • Sant Andrea

 

El 30 de noviembre, día de San Andrés, la población de Amalfi acoge una procesión en honor a su patrón.

 

  • Jornadas Profesionales de Cine de Sorrento

 

Se celebran a comienzos de diciembre y constituyen un evento muy importante para la distribución cinematográfica. Para más detalles, se recomienda consultar esta web: http://www.giornatedicinema.it.

 

  • Inmaculada Concepción (Immacolata Concezione)

 

El 8 de diciembre es festivo en todo el país. Además, esta fecha suele marcar el encendido de las luces navideñas en las principales ciudades de la Costa Napolitana. Durante estos días, las calles se inundan de paradas en las que se puede comprar pasteles de miel, pescado y anguilas (capitoni). Por supuesto, tampoco faltan a la cita los vendedores ambulantes de petardos o tronari, un clásico del paisaje urbano en los días previos a la Navidad. En el caso de la ciudad de Nápoles, la Piazza Plebiscito es quizás el mejor lugar para disfrutar de la atmósfera navideña.

 

  • Navidad (Natale)

 

El 25 de diciembre es un festivo estatal.

 

  • San Esteban (San Stefano)

 

El 26 de diciembre es una jornada festiva en tota Italia.

 

  • Nochevieja (San Silvestro)

 

Para comenzar el nuevo año con buen pie, se dice que hay que tomar una cucharada de lentejas y, si se tiene pareja, felicitarle el año con un beso bajo una rama de muérdago (vischio).