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Guías de Viajes de Mykonos

Mykonos
Mykonos

La más pequeña y encantadora de las Cícladas

Isla de Dioses

Isla de Dioses

Según cuenta la mitología griega, la isla de Mykonos se creó tras la lucha que mantuvo Zeus con los Gigantes. Después de destruirlos, los pedazos de los cuerpos de los gigantes cayeron al mar y se transformaron en rocas, una de las cuales dio origen a Mykonos. La isla heredó el nombre de un famoso héroe hijo del dios Apolo. Con este pasado, a Mykonos no le quedaba más remedio que estar a la altura de su historia y ser un lugar muy especial. Conquistada por los venecianos, refugio del célebre pirata Barbarroja y sede de mil leyendas y aventuras, la isla de Mykonos es a día de hoy la más famosa y concurrida de las Cícladas, un archipiélago de cincuenta y cuatro islas ubicado en el mar Egeo y perteneciente a Grecia. A pesar de ser también la Cíclada de menor tamaño, su belleza, su animación y su proximidad con Delos (donde se halla el célebre Santuario) la han convertido en un destino turístico excepcional.

A pesar de su reducida extensión, en Mykonos podemos encontrar todo tipo de atractivos que harán imposible que el viajero caiga en el aburrimiento. La isla cuenta con famosas y concurridas playas de arena dorada en la costa sur, donde la diversión dura las veinticuatro horas del día. Si lo que queremos es tranquilidad, entonces el norte de la isla nos ofrece rincones vírgenes y retirados para disfrutar del mar y de la naturaleza a nuestro aire. Los pueblos de Mykonos son blancos, ubicados a la orilla del mar y con intrincadas callejuelas en las que las flores adornan las sombreadas ventanas. La belleza de estos lugares se combina con su encanto pintoresco para ofrecer al viajero un lugar inolvidable para el descanso y el relax. Pero Mykonos también es famosa como destino de fiesta y animación, tanto diurna como nocturna; de hecho, se ha comparado muchas veces a esta isla con Ibiza por sus posibilidades de ocio nocturno. Al igual que la Pitiusa, Mykonos también es un lugar muy frecuentado por la comunidad gay, tanto en lo que respecta a playas como a restaurantes, pubs, clubs y discotecas.

Las cortas distancias de la isla hacen posible recorrerla pausadamente y a gusto a lo largo de los días, sin que se nos quede nada sin visitar. Hay transporte público para llegar a distintos lugares, pero si queremos conocer los rincones más escondidos y especiales de Mykonos lo mejor es alquilar un coche o una motocicleta, y sumergirnos en la isla sin pensar en nada más. Y por supuesto, siempre está la opción de realizar excursiones al resto de las Cícladas para visitar los enclaves arqueológicos y paisajísticos que han dado fama a este maravilloso archipiélago. Sin ir más lejos, a un tiro de piedra se encuentra Delos, la isla que según la mitología vio nacer a Apolo y Artemisa. La isla de Tinos también está próxima, así como Rhenia y sus costas salvajes... La oferta de mini-cruceros y excursiones de un día es muy variada, para todos los gustos y presupuestos.

Playas por doquier, pueblos con encanto y el pelícano Petros

Playas por doquier, pueblos con encanto y el pelícano Petros

Lo mejor que tiene Mykonos es que es una isla abierta a todo tipo de visitantes: a los que buscan bullicio, fiesta y ambiente cosmopolita, y a quienes viajan en pos de la tranquilidad, la naturaleza y el encanto de los pueblos mediterráneos. Las playas son una de las atracciones turísticas principales de la isla, y muchos viajeros acuden a Mykonos en busca de su fina arena dorada y sus azules y transparentes aguas. En la isla sopla a menudo el viento, lo que en verano se agradece porque contribuye a refrescar las cálidas temperaturas. Las playas de la costa sur se encuentran a resguardo del viento; por este motivo y por su belleza, son muy populares. La más conocida de la isla se llama Ornos y suele estar muy concurrida; se puede llegar a ella en autobús, y los amantes de los deportes marinos encontrarán allí distintas instalaciones, como un club de buceo y una escuela de esquí y windsurf. Es una playa muy familiar, a la que suelen acudir muchos turistas.

Otra opción es visitar Playa Paradise (Paraíso), un arenal de buen tamaño y gran popularidad. Por la mañana esta playa suele estar prácticamente desierta; el ambiente juvenil que la caracteriza empieza a concentrarse ya por la tarde, a partir de las seis, que es cuando empiezan a funcionar los dos clubs de música y baile que la han hecho famosa. El nudismo es bastante habitual en las playas de Mykonos: en las dos mencionadas puede practicarse, así como en la Playa Súper Paraíso, otra de las más atractivas de Mykonos. Además, si queremos conocer todo lo que las costas de la isla tienen para ofrecer, lo mejor es hacerse con un medio de transporte e ir a visitar lugares como Aggies Loannis (en el sudoeste de Mykonos, con maravillosas vistas a Delos), Playa Paranga o Panormos, ubicada en el norte y mucho más tranquila.

Cuando hayamos llenado nuestros ojos y nuestro espíritu con el inigualable sol del Mediterráneo, será el momento de empezar a recorrer las localidades y puntos de interés de la isla. La capital, Mykonos pueblo, ofrece al visitante toda la magia intemporal de sus callejuelas intrincadas, sus casas blanquísimas recortadas contra el azul del cielo, y esos molinos de viento tan característicos que han aportado a la isla su particular personalidad. La isla cuenta con más de cuatrocientas iglesias y ermitas, entre las cuales la más relevante es la de la Santísima Virgen Paraportiani, del siglo XV y que en realidad es un conjunto de cuatro pequeños templos. Se trata de una curiosa construcción blanca, asimétrica y casi surrealista, que merece la pena conocer. La ocupación veneciana de la isla dejó hace siglos un castillo construido en la parte alta de la población, del que actualmente apenas sobreviven unas ruinas; pero si algo tiene Mykonos de veneciano, ese algo está en el barrio llamado "la pequeña Venecia". Se trata de la parte más pintoresca de la ciudad, donde una serie de casitas de colores con balconadas de madera se asoma al mar, y en el que se han ubicado los bares de copas más in de la isla.

Los molinos de viento de Mykonos se encuentran en una plaza cercana a la pequeña Venecia; son el símbolo de la isla, junto con el célebre pelícano Petros, que deambula por el pueblo y el puerto con toda tranquilidad, para deleite de oriundos y visitantes. Una vez recorrida la isla con todo lo que tiene para ofrecer (las ruinas de Portes en Lino, al sur; el puerto de Platis Yalos, desde el que parten embarcaciones que llevan a todas las playas de Mykonos; el Convento de la Panagia y el de Panagia-Turliani; los distintos museos, como el Arqueológico o el del Folklore...), será el momento de hacer alguna excursión a las islas vecinas partiendo desde el mismo puerto de Mykonos. Delos espera a los amantes de la historia, la mitología y la arqueología con su famosísimo Santuario, erigido en honor de Apolo y Artemisa. La isla de Tinos también es un buen lugar para visitar; es la cuarta más grande de las Cícladas y en ella se encuentra la Panagia o Iglesia de la Virgen María, el templo más grande de Grecia, así como encantadores pueblos como Volax o Pirgox. También es posible realizar cruceros de un día para visitar las cosas de islas como Rhenia, cuyas desérticas playas y escarpados acantilados son el enclave perfecto para disfrutar de los hermosos fondos marinos del Egeo, en un paraíso de aguas cálidas, transparentes e inolvidables.

Aperitivos con ouzo, cazuelas de verduras y postres

Aperitivos con ouzo, cazuelas de verduras y postres

La vida en las Cícladas sigue un ritmo distinto al que estamos acostumbrados. La tranquilidad del Mediterráneo se contagia a todas las costumbres, y la comida no iba a ser menos... En Mykonos (al igual que en muchos otros puntos de Grecia) la mañana comienza con un desayuno ligero, que es pronto complementado con el tradicional aperitivo consumido a media mañana. Es el momento de detenerse a descansar, conversar y degustar de los tradicionales meze, diferentes delicias que incluyen quesos, embutidos, olivas y otras especialidades, y que se degustan acompañadas por el sempiterno ouzo (licor tradicional griego, de sabor anisado y fuerte gradación). Ya a la hora de comer son distintas las opciones que tenemos para degustar. La cocina griega (y la de Mykonos no iba a ser menos) es fundamentalmente mediterránea, lo que hace que el aceite de oliva y las verduras formen parte básica del recetario, así como ciertas especias (orégano, albahaca...) y en muchas ocasiones, pescados y mariscos.

Podríamos decir que la moussaka es el plato tradicional de Grecia; puede encontrarse en casi cualquier restaurante. Se trata de una cazuela preparada con berenjenas (también se hace con calabacín) y otros ingredientes, que se disponen por capas a modo de lasaña vegetal. En Mykonos también es posible consumir deliciosos pescados, sobre todo en los restaurantes ubicados en los puertos y en los chiringuitos de muchas playas. Los salmonetes fritos y los pescados a la brasa y a la parrilla son frescos y exquisitos, aderezados con limón y especias. Sin embargo, los griegos son un pueblo amante de la carne, que forma parte diferentes preparaciones típicas (muchas de las cuales tienen una fuerte influencia musulmana llegada de Turquía): kleftiko o cordero asado al limón, los giroscopios (carne asada en espetón, acompañada de salsa tatziki), souvlaki (brochetas de cordero a la parrilla)... El pan de pita suele acompañar a todos los platos, así como las frescas ensaladas con queso feta (queso fresco, agrio y refrescante típico de Grecia), aceitunas kalamata, tomate y orégano. Y hablando de queso, en Mykonos no podemos dejar de probar el llamado kopanisti, intensamente especiado y con un fuerte aroma. Aunque esta variedad de queso se elabora en todas las Cícladas, el propio de Mykonos tiene fama de ser el mejor.

Los postres griegos abarcan una amplia gama de dulces, desde el baklava (dulce de miel importado de la repostería rusa), hasta el pastel de crema que se conoce por el nombre de ghalatoboureko. En Mykonos también es posible degustar loukoumia, un postre conocido en Europa como "delicias turcas", y los loukoumades, una especie de buñuelos dulces fritos bañados en jarabe de miel, perfectos para satisfacer las exigencias de los golosos más inveterados. En cuanto a bebidas, además del ouzo en Mykonos es posible también encontrar otros licores que se degustan como remate de las comidas, como por ejemplo el raki o el tsipouro. La cerveza es ampliamente consumida para combatir las altas temperaturas, y entre los vinos los más populares son la retsina (vino blanco o rosado, de tradición milenaria que debe su nombre a la costumbre de sellar las barricas de madera con resina de pino, lo que le confiere un intenso aroma muy especial) y los vinos del Peloponeso.

Diversión durante las veinticuatro horas del día

Diversión durante las veinticuatro horas del día

Si estamos buscando un lugar que combine sol, playa, encanto pintoresco y fiesta a tope, entonces podemos dirigirnos a Ibiza... Pero también a Mykonos. Si algo ha convertido a esta isla en uno de los referentes turísticos del Mediterráneo, es su fama de vivir la animación durante el día y la noche, en una fiesta de veinticuatro horas diarias que se alarga meses y meses. A pesar de su pequeña extensión, Mykonos recibe (sobre todo durante el verano) a miles de turistas que acuden en busca de sus afamadas noches mediterráneas, con música y baile sin parar, siempre bajo las estrellas. La fiesta en Mykonos empieza desde muy temprano; alrededor de las cuatro de la tarde los bares y chiringuitos playeros empiezan a llenarse, y sobre las siete de la tarde muchas personas están ya bailando en las playas. Muy especialmente, la playa Paradise acoge a la juventud que llega con ganas de no terminar nunca la noche... Y empezarla ya desde la tarde. Después los bares acogen a todos los que siguen con ganas de fiesta, y la jornada continua hasta bien entrada la mañana, gracias a la gran cantidad de discotecas y clubs abiertos hasta el amanecer.

Además de su afamada vida nocturna, en Mykonos también hay distintas festividades que salpican el calendario a lo largo de todo el año. Las diferentes localidades honran a sus santos patronos en los cientos de iglesias y ermitas de la isla, en celebraciones durante las cuales es posible disfrutar del folklore popular y la gastronomía griega. Además, el consistorio local organiza también conciertos al aire libre, exposiciones y representaciones escénicas: la Fiesta de la Vendimia, a mediados de septiembre, es un buen ejemplo. Las festividades populares más relevantes del calendario festivo de Mykonos son Agion Apostolon (30 de junio), Agia Paraskevi (26 de julio), Panagia Tourliani (15 de agosto), Agios Ioannis (29 de agosto) y Agios Nikolaos (6 de diciembre). Durante el mes de agosto también es posible acudir al Festival XLSIOR, el evento por excelencia de la comunidad gay, que se reúne en la isla para vivir el verano de las Cícladas durante nueve días de fiesta, veinticuatro horas al día.

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