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Guías de Viajes de Chiclana - Sancti Petri

Chiclana - Sancti Petri
Chiclana - Sancti Petri

Un conjunto turístico privilegiado

Dos joyas turísticas en plena Costa de la Luz gaditana

Dos joyas turísticas en plena Costa de la Luz gaditana

Un enclave paisajístico privilegiado, un antiguo poblado de pescadores, un núcleo urbano lleno de historia y patrimonio… Si cogemos estos tres ingredientes y les sumamos dos bellísimas playas, una urbanización de lujo y uno de los mejores campos de golf de Europa, el resultado será el conjunto turístico formado por Chiclana y Sancti Petri. El municipio de Chiclana de la Frontera tiene 203 kilómetros cuadrados de extensión y mas de setenta mil habitantes; el núcleo urbano está atravesado por el río Iro, que divide a la ciudad en "el lugar" (orilla izquierda) y "la banda" (derecha). Sancti Petri, por otra parte, no es una localidad propiamente dicha; antiguamente era un poblado almadrabero de pescadores situado en una pequeña isla o islote, en la desembocadura del llamado Caño de Sancti Petri y al sur de San Fernando. Hoy día, sus alrededores constituyen una zona turística que cuenta con un puerto deportivo y otro pesquero.

Chiclana de la Frontera limita con San Fernando, Puerto Real, Conil, Vejer y Medina, estando sus costas bañadas por el magnifico Océano Atlántico. Todas estas localidades, plenas de encanto, alegría, belleza y buena mesa, le aportan a la zona un entorno inigualable a la hora de planificar rutas y excursiones. Pero no hace falta salir de Chiclana para pasar unas estupendas vacaciones (aunque desde luego recomendamos encarecidamente disfrutar de los alrededores). A un tiro de piedra del centro urbano encontraremos magnificas playas, como la de Sancti Petri o La Barrosa, y el espectacular campo de golf Novo Sancti Petri, diseñado por el campeón español Severiano Ballesteros. Este campo de golf dio origen a la urbanización de lujo Novo Sancti Petri, que a finales del siglo XX supuso un importante empujón turístico para una localidad que hasta entonces tenia como principales actividades la construcción naval y la pesca.

El patrimonio cultural de la zona, en forma de una interesante arquitectura religiosa y civil, va parejo al interés paisajístico y al entorno natural. A todos estos atractivos les podemos sumar una de las gastronomías más interesantes y sabrosas del sur de nuestro país, plagada de productos del mar y de la tierra de primerísimo orden, y de unos vinos muy especiales; y también, unas fiestas religiosas y populares que llevan la alegría de las ferias andaluzas a extremos insospechados. Hoteles, restaurantes, locales de diversión nocturna y uno de los mejores climas de Europa se alían con el encanto natural de Chiclana y Sancti Petri, para convertir a esta región en uno de los destinos turísticos de mas alto nivel de nuestro país.
 

Ocho kilómetros de playa, golf de primera y edificios históricos

Ocho kilómetros de playa, golf de primera y edificios históricos

La playa más popular y concurrida de Chiclana es la playa de La Barrosa. Nada menos que ocho kilómetros de extensión ocupa este magnífico arenal, donde las aguas profundas y transparentes del Atlántico bañan una arena excepcionalmente fina y dorada. La Barrosa va desde el islote de Sancti Petri hasta la llamada Torre del Puerco; en el primer tramo encontraremos una zona urbanizada con paseo marítimo incluido y todo tipo de establecimientos de hostelería. A continuación, la playa se transforma ya en una extensión de arena salvaje, solamente interrumpida por urbanizaciones como la llamada Complejo Atlántico, que da nombre también a su tramo de costa. Dentro de este bello paraje se encuentra también la urbanización Novo Sancti Petri con sus excelentes campos de golf, centro comercial, club hípico y demás equipamientos de lujo. Los campos de golf con que cuenta este complejo turístico son tres en total, entre los que destaca el Golf Novo Sancti Petri, el primero en establecerse y de calidad excepcional con sus cincuenta y cuatro hoyos. La playa de La Barrosa está galardonada con al Bandera Azul, que certifica la calidad de sus aguas, entorno y servicios.

La playa de Sancti Petri es la continuación de La Barrosa, y está separada de esta por unos acantilados. Son dos kilómetros de arena en total, que terminan en el caño de Sancti Petri, la desembocadura donde se encuentra el islote del mismo nombre. Al otro lado se encuentra la playa de San Fernando, cuyo paisaje de dunas es de una belleza excepcional.

El puerto deportivo de Sancti Petri cuenta con embarcadero, puerto pesquero, club náutico y diferentes escuelas para practicar deportes náuticos. Como curiosidad, cabe destacar la presencia del poblado de Sancti Petri, un pueblo dedicado a la pesca del atún en almadraba, que se levantó en los años cuarenta del siglo XX y en los años setenta fue definitivamente abandonado. Hoy día pueden verse sus antiguas calles y edificaciones, en una especie de “ciudad fantasma” plagada de reminiscencias y romanticismo olvidado.

El patrimonio cultural y monumental se centra sobre todo en el casco histórico de Chiclana y la zona del Castillo de Sancti Petri. En Chiclana podemos encontrar varias edificaciones de interés cultural, tanto de tipo religioso como civil o miliar. La iglesia mas antigua es la Capilla del Santo Cristo, de finales del siglo XV, seguida por la de San Sebastián, del siglo XVI. Otros edificios religiosos hermosos e interesantes son la de San Juan Bautista, del siglo XVIII y representativa del neoclasicismo gaditano, cuya talla genovesa de San Juan Bautista de la misma época es digna de admirar; la Ermita de Santa Ana, todo un incono representativo de la villa al estar localizada en el punto mas alto de la zona; el Convento de Jesús Nazareno, del siglo XVII y estilo barroco, y la iglesia de San Telmo, del siglo XVII y con un destacable altar mayor, también barroco. La arquitectura civil y militar de Chiclana están bien representadas por el Hospital de San Martín, del siglo XVI y cuya capilla del Sagrado Corazón cuenta con preciosos retablos; la Torre del Reloj (siglo XVIII), edificada sobre una antigua puerta de la Villa; la Torre Bermeja, en la playa de La Barrosa, y la Torre del Puerco, del siglo XVI.

La zona de Sancti Petri cuenta en su haber con dos bellas construcciones: el famoso Castillo de Sancti Petri y el Faro. El Castillo, situado en el islote, data de los siglos XVI-XVII y se erigió para defender el enclave de los ataques piratas; en su enclave original existía un templo en honor a Hércules, seguramente derivado del  Melkart de los fenicios. Declarado Bien de interés Cultural, tras una fuerte controversia entre los Ayuntamientos de Chiclana y San Fernando, los tribunales andaluces lo declararon como perteneciente al territorio de este segundo municipio. Por su parte, el Faro de Sancti Petri es en realidad la torre del homenaje del Castillo, que se electrifico a principios del siglo XX y en la actualidad señala la isla y sirve como recalada al canal.

Una interesante ruta de vistas, paisajes y tesoros patrimoniales se creo en el VII Centenario de la zona; se llama la ruta de los Siete Puntos Mágicos, y en ella el visitante podrá contemplar lugares tan bellos como interesantes, desde el punto de vista histórico. Cada lugar va señalado por hermosos paneles informativos de granito. La Colina de Santa Ana, la Loma del Puerco, el Templo de Hércules, las Salinas, Miralmar, el Carrascal y la Espartosa son los siete enclaves donde las vistas quitan realmente la respiración. Además de esta ruta, otro de los lugares que no se debe dejar de visitar es el Balneario de Fuente Amarga, con siglos de antigüedad gracias a las bondades de sus aguas sulfurosas.
 

Mar, campo y excelentes guisos en un pueblo con raigambre gastronómica

Mar, campo y excelentes guisos en un pueblo con raigambre gastronómica

Una zona volcada al mar no puede sino demostrar esta tradición en sus mesas, y por esta razón en Chiclana y Sancti Petri encontraremos los bocados mas deliciosos del Océano Atlántico, directamente servidos tanto en restaurantes y chiringuitos, como en las casas familiares. Las gambas de la vecina provincia de Huelva, los langostinos de Sanlúcar de Barrameda, las coquinas y chirlas del Atlántico, se dan la mano con el justamente celebre atún rojo de almadraba, todo un tesoro de las aguas gaditanas. Mariscos como langostas y bogavantes son también frecuentes en las mesas, así como todo tipo de pescados: corvinas, sargos, salmonetes, lubinas, marrajos… Y por supuesto, sin olvidarnos de las salazones como la mojama, las exquisitas huevas o platos tan típicos como el cazón en adobo, el bienmesabe o el pescaito frito.

La presencia de una arraigada tradición hortícola en la zona también logra exquisitos guisos de cuchara, al combinar verduras y hortalizas con productos del mar y de la tierra. Esta zona muestra al visitante casi tantos nombres pintorescos de platos, como de ingredientes; los viajeros curiosos se preguntaran por el significado de palabras como chícharos, arcahuciles, parpujas o periñacas, entre muchos otros. Los arroces y los pucheros ofrecen momentos gloriosos en las mesas de Chiclana y Sancti Petri, y para rematar estos placeres nada como una repostería deliciosa con herencia árabe y cristiana, que las monjas agustinas recoletas elaboran como nadie: tortas de almendra, tortas de polvo, tocinos de cielo, dulce de membrillo y pestiños.

El vino de Chiclana es tan típico como habitual en los bares y tabernas; lo recomendamos encarecidamente, acompañado de una tapa de exquisita "chacina" (embutido), mojama, pescado… Además, no hay que olvidar los estupendos amontillados y olorosos de la mejor que se elaboran las bodegas de la localidad.
 

Carnaval y Semana Santa, Feria y tradición marinera

Carnaval y Semana Santa, Feria y tradición marinera

Transcurridas las tradicionales Navidades, el año festivo de Chiclana y Sancti Petri comienza, como en muchos puntos de nuestro país y muy especialmente en la provincia de Cádiz, con el Carnaval. Esta celebración pagana empieza con la Cuaresma, y durante el tiempo que dura las calles de la localidad se pueblan de disfraces, desfiles, la tradicional cabalgata y el entierro de la Sardina. Y por supuesto, las actuaciones de las populares chirigotas y comparsas, que con sus composiciones satirizan la situación actual con inigualable acierto y gracia. Tras la diversión y el desenfreno carnavalero es momento de recogimiento con la Semana Santa, que siguiendo la tradición andaluza se celebra con toda la pasión y espiritualidad habitual. Por las calles de Chiclana transcurren las distintas procesiones a lo largo de los cuatro días de celebración, en las cuales cada Hermandad porta sus pasos e imágenes a hombros de los costaleros.

La alegría regresa a Chiclana con motivo de la Feria de San Antonio, que tiene lugar el día 13 de junio y dura un total de cinco días. Las casetas, los vestidos de sevillana para las mujeres, los trajes cortos para los hombres y la celebración de la belleza de los caballos andaluces que pasean por el Real, son una estampa llena de colorido y alegría que ningún visitante debería perderse. El vino de Chiclana corre por el recinto ferial de Las Albinas y las calles del pueblo, que se ve animado constantemente por bailes y sevillanas. La gastronomía también tiene especial relevancia en una feria cuyo origen era de tipo ganadero; en la actualidad, las atracciones infantiles, los meradillos, las tómbolas y demás diversiones propias de las fiestas populares la han convertido en un evento tradicional y turístico de primer orden. Para terminar los días de animación, un espectacular conjunto de fuegos de artificio sirve como colofón a la Feria de San Antonio.

El 24 de junio tiene lugar la Fiesta de San Juan Bautista, auténtico patrón de la ciudad y que coincide con las habituales hogueras en la playa para celebrar el solsticio de verano. En dichas hogueras se queman los "juanillos", maniquíes de cartón y otros materiales, y es tradición degustar los caracoles, el plato típico de la época. Siguiendo con las fiestas de verano, no podía faltar la celebración de la Virgen del Carmen el día 16 de julio, como es lógico en una zona de intensa tradición marinera y pescadora. La imagen de la Virgen procesiona en barco por las aguas de la playa de la Barrosa, siendo su punto de partida la isla de Sancti Petri. El sobrenombre de “Atunera” que se le da a la Virgen es debido a que durante muchos años, los pescadores de atún eran los encargados de llevar a la imagen en procesión. Para terminar, podemos mencionar también la fiesta de Santa Ana el 26 de julio, con una verbena y romería en la ermita del mismo nombre y la degustación de los dulces llamados “Campanas de Santa Ana”, y la procesión de la Virgen de los Remedios, Patrona de la Ciudad, el 8 de septiembre.

Fiestas, feria, espiritualidad, tradición… Que conviven con armonía con las alegres noches de Chiclana y Sancti Petri, plagadas de chiringuitos en la playa, buenos restaurantes, pubs, discotecas, conciertos y diversión hasta el amanecer. Una de las zonas mas turísticas, y al tiempo hermosas, de la Costa de la Luz no seria lo mismo sin su animada vida nocturna. Todo un broche de oro, para un auténtico paraíso de vacaciones y relax.


 

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