El secreto mejor guardado de las Antillas
La Península de Samaná es lo que podríamos llamar la “joya oculta” dominicana, y el secreto más celosamente custodiado por los viajeros que la conocen. Sus tierras casi vírgenes permanecen por ahora alejadas del turismo masificado, aunque el establecimiento de algunas grandes empresas hoteleras indica un pronto auge de la actividad para dentro de pocos años. Por ese motivo ahora es el mejor momento para visitar Samaná , mientras aún conserva su encanto indomable y sus maravillosos paisajes tropicales.
Ballenas jorobadas junto a una península verde
Las playas son uno de los grandes atractivos de Samaná , sin lugar a dudas. A pesar del escaso aprovechamiento turístico de la región (actividad que probablemente experimente un desarrollo importante dentro de pocos años), aún así muchos viajeros se encaminan a las costas de esta gran península en busca de arenales aún vírgenes, donde sentirse un poco como los “Robinson Crusoe” del siglo veintiuno. Y lo cierto es que los hay en cantidad: las Terrenas, las Galeras, Portillo, Cosón, Playa Rincón… Cantidad de enclaves costeros dotados de magníficas playas plenas de tranquilidad, aguas cálidas y paisajes espectaculares. Playa Rincón es probablemente la más conocida y admirada, y ha sido calificada por la UNESCO como una de las diez playas más hermosas del planeta.
El paraíso del coco, el pescado y el cacao
Los pescados son magníficos en esta zona del país, pero también lo son las carnes. Por supuesto, en Samaná es habitual el famoso sancocho, que se considera el plato tradicional dominicano por excelencia. Este “cocido” de cerdo, pollo, vaca, tubérculos, plátano y muchos otros ingredientes varía dependiendo de dónde y cómo se cocine. Otro plato muy habitual en las mesas de la región es el mondongo , sin olvidarnos de delicias locales comunes a todo el país, como son los chicharrones de pollo o de cerdo, los deliciosos mariscos, la catibia , los quipes… Y por supuesto, las espectaculares frutas tropicales que pueblan los puestos de mercados y tiendas, e inundan el aire con su intenso aroma y color.
Tradiciones ancestrales, folklore y Carnaval
En cuanto a la vida nocturna, en Samaná no es particularmente intensa… Pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de la República Dominicana, y esto significa que la música y el baile están en el alma de cualquier rincón del país. La noche suele comenzar sobre las ocho de la tarde, cuando la gente se reúne con un ron en las terrazas y bares, para luego extenderse a bares de noche y discotecas, que no tienen horario de cierre. Son típicos los llamados colmadones, centros cerveceros donde se reúnen los hombres al salir del trabajo. Un lugar que también puede ser un buen destino nocturno es el Café de París, en la capital, Samaná.