Aspria Royal La Rasante

“Regular”

El lugar es bueno, en un barrio simpático y bien conectado. Al mismo tiempo, no hay mucho que ver en los alrededores, pues es un barrio residencial de Bruselas. Además, los servicios suplementarios son demasiado caros.

“Bien, pero mejorable”

Nos alojamos en el hotel mi mujer, mi hijo y yo del 3 al 6 de mayo. Viajamos a Bruselas por un acontecimiento familiar y el hotel resultaba cercano. Acudimos al Royal La Rasante por recomendación. En realidad se trata de un club deportivo, que cuenta también con algunas habitaciones desde hace po... Más

Nos alojamos en el hotel mi mujer, mi hijo y yo del 3 al 6 de mayo. Viajamos a Bruselas por un acontecimiento familiar y el hotel resultaba cercano. Acudimos al Royal La Rasante por recomendación. En realidad se trata de un club deportivo, que cuenta también con algunas habitaciones desde hace poco tiempo. Como club es muy interesante. Cuenta con muchas instalaciones, incluidas dos piscinas cubiertas. Estando alojado el acceso es gratuito a todo el complejo. La relación calidad-precio no es mala porque nos alojamos los tres en una suite, por 100 euros la noche. El desayuno era aparte y costaba 15 euros por adulto (niño gratis). La zona de hotel se encuentra en un edificio anexo al principal, aunque se accede por este último. Está muy bien decorada, con mucha madera y aire rústico muy bonito. La habitación era excelente, en el mismo estilo rústico, con mucha madera y todo tipo de facilidades. Incluía una pequeña cocina con microondas, vajilla y cubertería, junto a una sala con gran tv de HD y un amplio y cómodo sofa. Comunicaba con la zona de dormir, que también tenía su propia tv, una enorme bañera (fuera del propio baño) y una cama inmensa y alta, a la que se accedía por una pequeña escalerita de dos escalones. No faltaban los habituales amenities, albornoces y resto de servicios de cualquier hotel. El baño era correcto, y moderno, con una amplia ducha de puertas de cristal. En la parte negativa, decir que no existían vistas, y las únicas ventanas estaban en el techo. Por ellas asomaban los tejados del pabellón deportivo contiguo. Era un tanto claustrofóbico. Dejando a un lado la excelente decoración del hotel, y los servicios deportivos que ofrece, diría que el hotel está muy alejado del centro de Bruselas. Además no hay un personal que atienda específicamente el hotel, sino que son propios recepcionistas del club deportivo quienes lo hacen y no son especialmente atentos con los huéspedes del hotel. En dos ocasiones llamé por teléfono y no respondieron hasta llegar a cortar la comunicación. Son poco detallistas porque la puerta de la ducha cerraba mal (de hecho, no cerraba) y las inundaciones que provocabamos eran de asustar, pero no fueron capaces de poner remedio a algo aparentemente tan sencillo. Tampoco fueron capaces de prestarme un simple pegamento para una pequeña reparación de la maleta. En general les vi muy proclives a la begación de cualquier solicitud, casi sin pensarlo dos veces. Esta actitud se acentúa mucho más alguna camarera del restaurante. Resulta bastante lamentable. El desayuno no es especialmente bueno para el precio abonado, ni en calidad ni en cantidad. Las comidas y cenas en cambio son excelentes. También tienen wifi gratuito.

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