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Guías de Viajes de Marsella

Marsella
Marsella

El emporio comercial del Mediterráneo

Introducción

Introducción

Atendiendo a su gran relevancia económica, comercial y cultural, no es de extrañar que la ciudad de Marsella haya cedido su nombre al himno nacional francés. Sin ir más lejos, esta localidad costera del sur de Francia, perteneciente al departamento de Bocas del Ródano y capital de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, es la segunda urbe más poblada de Francia, con 839.043 habitantes en el 2006. Esta cifra, no obstante, prácticamente se duplica si se tienen en cuenta los 1,6 millones de personas que residen en el área metropolitana de Marseille-Aix-en-Provence, la mayor de la Francia meridional. Asimismo, Marsella da cabida al puerto comercial más importante del Mediterráneo y al tercero de Europa, tan sólo superado por los de Rótterdam (Países Bajos) y Amberes (Bélgica).

Pese a que los primeros indicios de presencia humana en la zona se remontan unos 30.000 años atrás —así lo testifican las pinturas parietales halladas en la cueva submarina de Cosquer—, la ciudad fue fundada hacia el año 600 a.C. por los jonios de Focea, quienes la bautizaron como Massalia. Tras una larga etapa de prosperidad, motivada por su intensa actividad portuaria, fue anexionada a Roma en el año 49 a.C.  Durante el período imperial, su pujanza se frenó en beneficio de las ciudades de Arles y Narbona. Ya en el siglo IX, Marsella fue transformada en un vizcondado dependiente del condado de Provenza. Después de la muerte del último conde, acaecida en 1196, las cruzadas hicieron de ella un puerto de tránsito a Tierra Santa, lo que motivó su reactivación como centro comercial. En el año 1409, a su vez, la ciudad asistió a la creación de su Universidad. A pesar de su incorporación en 1481 a la corona francesa —y de sufrir los sitios del condestable de Borbón (1524) y de Carlos V (1536)—, la ciudad se benefició de la política italiana de Francia. En 1669, su conversión en puerto franco contribuyó a incrementar sus contactos internacionales. Casi dos siglos después, en la década de 1840, Marsella experimentó un espectacular crecimiento, y en tiempos de la III República, pasó a ser un centro de negocios de primer orden. En este sentido, la inauguración del Canal de Suez y la conquista de las colonias de ultramar fueron dos factores decisivos para la eclosión de la urbe. Entre 1943 y 1944, fue prácticamente destruida por los alemanes en el marco de la Segunda Guerra Mundial, circunstancia que obligó a su reconstrucción en 1952. Desde 1966, su área metropolitana ocupa las dos terceras partes del departamento de Bocas del Ródano.

Debido a su ubicación junto al litoral, el clima marsellés es típicamente mediterráneo, con temperaturas moderadas en invierno (el termómetro no suele bajar de los 3 ºC) y suaves en verano, con valores máximos que no superan los 30 ºC. Durante el otoño, en ocasiones soplan vientos fríos de Mistral procedentes de los Alpes, así como el Siroco (aunque de manera más esporádica), que se gesta en el desierto del Sáhara. En cualquier caso, la climatología no constituye un impedimento para visitar la ciudad durante todo el año.

Para llegar hasta allí, se puede optar contratar vuelos a Marsella desde las principales ciudades españolas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que existen abultadas diferencias de precio dependiendo de la localidad de origen. Por ejemplo, mientras que desde Madrid se pueden conseguir billetes por unos 60 euros por trayecto, reservar una plaza desde Barcelona en las mismas fechas es 10 veces más caro. Una vez en el aeropuerto de Marseille Provence (sito a 27 km de la urbe), entre el Hall 1 y el Hall 4 se puede tomar un autobús que enlaza con las ciudades de Aix-en-Provence y Marsella. Además, entre los meses de diciembre a abril (coincidiendo con la temporada de esquí), también circulan los llamados autobuses blancos, con destino a los Alpes del Sur.

Otras formas de acceder a Marsella es hacerlo por carretera en transporte público (desde Madrid y Barcelona salen autocares de línea regular). Si el viajero se decanta por utilizar el vehículo privado, puede tomar las autopistas AP-7 y la AP-9 en la localidad fronteriza de La Jonquera (Girona). Desde allí, la distancia con Marsella es de 352 km, que se cubren en poco más de 3 horas. El precio orientativo del carburante y del peaje es inferior a 60 euros por trayecto. Además, no hay que perder de vista que algunos cruceros hacen escala en el puerto de Marsella.

Por último, en lo que respecta a la búsqueda de hoteles en Marsella, hay que tener en cuenta que a partir de unos 75 euros puede conseguirse una habitación doble en un establecimiento de tres estrellas.
 

Los tesoros de una antiquísima ciudad portuaria

Los tesoros de una antiquísima ciudad portuaria

A continuación, se detallan algunos de los lugares de visita obligada de Marsella. Como se ha apuntado anteriormente, se debe tener en cuenta que la ciudad atesora pocos monumentos históricos, a causa de los ataques del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Pese a todo, los que aún restan en pie presentan un gran valor monumental, y se alzan en su mayoría en las inmediaciones del Port-Vieux (Viejo Puerto).

  • Abadía de Saint-Victor: Pese a que el edificio actual se alzó entre los siglos XII y XIII, en él también se conservan restos de una capilla paleocristiana del siglo V. Ésta fue erigida por orden de Saint Jean-Cassien (ca. 360-ca. 435) sobre la tumba de San Víctor, mártir que murió en tiempos del emperador Maximiano (a finales del siglo III). Tras ser arrasada en diversas ocasiones, el papa Urbano V optó por fortificar la abadía en el siglo XIV. En la actualidad, es uno de los lugares más importantes del catolicismo francés, así como uno de los más antiguos de Marsella. De su interior, en los que periódicamente se organizan conciertos de música sacra, destaca su preciosa cripta. La dirección se encuentra en la calle de l'Abbaye, 7. Para más información, se recomienda visitar la siguiente web: http://www.saintvictor.net/.
  • Basílica de Notre-Dame de la Garde: Este edificio románico-bizantino, fue iniciado por el arquitecto Henri-Jacques Espérandieu en 1853, coincidiendo con la época del Segundo Imperio. Para ello, se utilizaron materiales que fueron traídos ex profeso de Italia. Situada en el punto más elevado de Marsella, en la calle del Fort du Sanctuaire, el templo también es conocido popularmente con el sobrenombre de la Bonne Mère ('Buena Madre'). Esto es debido a la solemne imagen que preside su interior: una estatua de la Virgen María de 9 m de altura, a la que se considera protectora de los navegantes en alta mar. A su vez, desde esta basílica se puede disfrutar de una inmejorable perspectiva de la ciudad y de la bahía, llegándose a divisar incluso las islas de Frioul en la lejanía.
  • Calas de Cassis: Situadas muy cerca del puerto, este bellísimo parque natural puede recorrerse en barco (zarpando desde el puerto de Cassis) o pie. A lo largo de 20 km, el visitante también podrá disfrutar de una variada vegetación y de impresionantes acantilados.
  • Castillo de Borély: Se encuentra situado en la avenida de Clot-Bey, 134, y en el parque del mismo nombre. En la actualidad, sus instalaciones dan cabida a exposiciones de pintura, abiertas al público todos los días de la semana.
  • Castillo de la isla de If: Esta fortificación del siglo XVI (situada en la isla de If, en el archipiélago de Frioul) debe su fama al escritor francés Alejandro Dumas, quien se inspiró en ella para escribir su célebre novela El conde de Montecristo.
  • Catedral de la Nouvelle Major: La seo marsellesa, construida en la segunda mitad del siglo XIX por Léon Vaudoyer, es también de estilo románico-bizantino. El 24 de enero de 1896, el papa León XIII le otorgó el rango de basílica menor.
  • Fuerte de Saint-Jean: Esta torre de vigilancia fue iniciada en el siglo XII y reconstruida en el siglo XVIII. Sin duda, su elemento arquitectónico más significativo es la torre de Renato I de Nápoles, que data del siglo XV.
  • Hotel de Ville (Ayuntamiento): Pese a que el edificio actual corresponde al siglo XVII, el enclave en el que se hoy eleva la casa consistorial de Marsella estuvo ocupado desde el siglo XIII por comerciantes. En el siglo XV, se alzó allí el Palacio Comunal, que albergaba una logia en su planta baja y unas dependencias consulares en el primer piso. Aunque existen diversas hipótesis sobre la autoría del inmueble actual, la teoría más plausible es que éste es obra de Pierre Puget el único arquitecto marsellés que podía conocer el estilo barroco parisino en la década de 1660. Posiblemente, éste habría sido ayudado por su hermano Gaspard.
  • Iglesia de Saint-Ferréol: Este templo, construido en el siglo XV, ha sido objeto de numerosas reformas a la lo largo de su historia: no en balde, de la primera etapa tan sólo restan en pie las paredes maestras de la nave y las capillas laterales. Una de las remodelaciones más importantes fue acometida por Louis Bérengier (1848-1905), quien le confirió su actual aspecto neogótico.
  • MAC Galerías Contemporáneas de los Museos de Marsella: Ubicada en un inmueble de los años setenta (avenida de Haifa, 69), este museo abrió sus puertas en 1994. Su fondo lo componen pinturas realizadas a partir de 1960.
  • Museo de Arqueología Mediterránea: Este museo, fundado en 1863, es uno de los más antiguos de Marsella. No obstante, en 1989 pasó de estar radicado en Château Borély a tener su sede en el edificio de la Vieille-Charité (ver detalles en la entrada correspondiente). Su principal aliciente se basa en una basta colecciones de objetos correspondientes al Egipto faraónico y al período grecorromano.
  • Museo Cantini de Marsella: Jules Cantini adquirió este edificio (originario de 1694 y situado en el número 19 de la calle de Grignan) en 1888, y en 1916 lo donó a la ciudad para albergar un museo de arte contemporáneo. En la actualidad, su colección se compone de obras pictóricas ejecutadas entre 1900 y 1960, que son representativas de estilos como el neorralismo, el fauvismo, el surrealismo o el cubismo.
  • Museo de Bellas Artes de Marsella: Hoy por hoy, se trata del museo más antiguo de la ciudad, ya que fue fundado en 1801 por decreto imperial junto a otras 14 instituciones similares. Su interior acoge una extensa colección de pinturas, dibujos y esculturas realizados entre los siglos XVI y XIX. Pese a en su mayoría son de procedencia francesa e italiana, la institución también exhibe obras rubricadas por artistas del norte de Europa. Desde 1896, el Palais Longchamp da cabida a este importante museo.
  • Museo de la Moda: Sito en el número 11 de la calle de La Canebière (quizás la más famosa de Marsella), este museo cuenta con un fondo de 6.000 piezas de indumentaria occidental confeccionada entre los años treinta y hasta el momento actual. Entre las piezas exhibidas, se cuentan las creaciones de algunos de los diseñadores franceses de mayor renombre, como Gabrielle Chanel, Christian Dior, Paco Rabanne, Balenciaga, Pierre Cardin o Inès de la Fressange.
  • Plaza de Thiars: Emplazada en las inmediaciones del Vieux-Port, es uno de los lugares más animados de la ciudad. Por encima de todo, destaca su nutrida oferta de bares y restaurantes, muchos de ellos con terraza a pie de calle.
  • Teatro Nacional de Marsella (La Criée): Este edificio, construido en 1909 en las inmediaciones del Vieux-Port, da cabida al teatro más importante de la ciudad, que fue inaugurado en mayo de 1981. Sus dependencias cuentan con dos salas, con capacidad para 800 y 250 espectadores.
  • Vielle-Charité: Desde el dédalo de callejuelas que encierra el barrio del Panier, se puede acceder a la Vielle-Charité (calle de Charité, 2), un conjunto de interesantes edificios construidos en el siglo XVII, y que en sus inicios funcionaron como hospicio para huérfanos e indigentes. En la actualidad, es un complejo cultural que alberga dos museos: el Museo Arqueológico Mediterráneo y el Museo de Arte Africano, Oceánico y Amerindio, así como una capilla barroca (proyectada por Pierre Puget), diversas galerías de arte, una librería, un restaurante y una cafetería, sin olvidar Le Miroir, una sala en la que se proyectan películas de cine independiente.
  • Vieux-Port: Este enclave, custodiado por los fuertes de Saint-Nicolas y Saint-Jean, constituye el puerto más importante de la ciudad y el punto más concurrido por los turistas que la visitan. Esta circunstancia no se debe tan sólo a la proximidad de los monumentos más notables de Marsella, sino también a la multitud de establecimientos comerciales y cafés que salpican la zona. A su vez, el hecho de que las tropas germanas tomaran el puerto en 1943 le confiere una significación espacial A la entrada de la misma, se alza el faro de Sainte-Marie, erigido en 1855. El Vieux-Port se puede cruzar a bordo de un antiguo ferry de madera, que efectúa una travesía de unos dos minutos de duración.

 

Rendirse a la exquisita bullabesa

Rendirse a la exquisita bullabesa

Como no podía ser de otro modo, la ubicación de Marsella junto a la costa mediterránea ha propiciado una tradición culinaria en la que los productos del mar y la cocina campesina (con el aceite de oliva y las especias provenzales como enseña) se dan la mano. A continuación, se detallan algunos restaurantes en los que degustar las creaciones surgidas de los fogones marselleses.

  • Les Arcenaulx: Las hermanas Simone y Jeanne Laffitte están al frente de este establecimiento dedicado a la gastronomía provenzal (cours d'Estienne d'Orves, 25). Sito en un edificio construido por marineros al servicio de Luis XIV, las propuestas culinarias de Les Arcenaulx se centran en la tradición culinaria de Marsella. Como sugerencias, destacan la ternera al estilo Rossini, las petites légumes farcies (verduras a la provenzal con carne y hierbas aromáticas) o las alcachofas barigoule (aderezadas con especias y aceite de oliva). El precio del menú fluctúa entre los 24 y los 55 euros.
  • Brocéliande: Este local, creado en el 2008 y sito en rue Euthymènes, 9, cerca del Vieux-Port y de la plaza de Thiars, da cabida a una tradicional crepería bretona, en la que se puede comer por menos de 15 euros. Su interior está decorado con mucho encanto, aunque su terraza también es muy recomendable. El restaurante cierra los lunes, y el sábado permanece abierto de 12:00 h a 22:30 h interrumpidamente.
  • Chez Fonfon: Este restaurante de cocina francesa (rue Vallon des Auffes, 140) está considerado como uno de los templos gastronómicos por antonomasia de Marsella. O al menos, como uno de los más afamados: sin ir más lejos, por sus mesas han desfilados comensales de la talla de los actores Wayne o Yves Montand. Desde 1998 —año de la muerte del fundador, quien también dio su nombre al establecimiento—, el local ha estado regentado por Alexandre Pinna, sobrino nieto de su impulsor. Entre los buques insignia de su carta, cabe reseñar algunos platos de pescado y, por supuesto, la receta estrella de la ciudad: la bullabesa (o bouillabaisse), una caldereta de pescado que también puede degustarse como entrante, en forma de sopa. El precio del menú oscila entre los 40 y los 55 euros, aproximadamente.
  • Chez Michel: Este excelente exponente de la cocina marsellesa (rue des Catalans, 6) viene ofreciendo lo mejor de la gastronomía local desde 1946. Como especialidad, conviene referirse a la indefectible bullabesa, aunque con una particularidad: antes de servirla, el personal del restaurante muestra a sus clientes el pescado y el marisco que se emplearán en su elaboración.
  • L'Entrecôte du Port: En una ciudad cuya oferta de restauración gira en torno al pescado y los frutos del mar, la carta de L'Entrecôte du Port (quai de Rive Neuve, 6) constituye una apuesta segura para los amantes de la carne. Sito en el Vieux-Port, este establecimiento familiar presta una especial atención a la cocina de temporada. Como guarnición, no faltan las obligadas pommes frites, que son preparadas con esmero.
  • L'Epuissete: Situado en Vallon des Auffes, en pleno corazón de la ciudad, la carta de este restaurante gira en torno a la gastronomía marsellesa. Dirigido por el chef Guillaume Sourieu, L'Epuissete no sólo permite disfrutar de una fascinante panorámica sobre el Mediterráneo, sino también de interesantes platos de carne, pescado y marisco en los que también tienen cabida algunas especialidades foráneas, como el gazpacho. El establecimiento permanece cerrado durante el mes de agosto y todos los lunes y domingos. Los precios son elevados.
  • La Marine des Goudes: El chef Patrick Martin dirige este restaurante provenzal, emplazado junto al puerto des Goudes (rue Désiré Pelaprat, 16) y fundado en 1938. Sus propuestas tienen como protagonistas el pescado local, que puede degustarse a un precio razonable (el menú cuesta unos 25 euros). El restaurante abre todos los días al mediodía (de 12:00 h a 16:00 h), y de jueves a sábado por la noche (de 20:00 h a 01:00 h). Durante la primera semana de febrero permanece cerrado.
  • Le Miramar: El nombre de este local (quai du Port, 12) no induce a engaño, ya que sus ventanales ofrecen magníficas vistas sobre el Vieux-Port. Por unos 55 euros por persona, se puede saborear una tradicional bullabesa. Ésta puede servirse acompañada de la no menos típica rouille, una salsa elaborada con yema de huevo, aceite de oliva, ajo, guindilla y canela.  
  • Une Table au Sud: Si se quiere disfrutar de la cocina marsellesa con un toque de creatividad, nada mejor que acercarse hasta este restaurante, emplazado en un edificio centenario de imponente fachada y orientado al Vieux-Port (quai du Port, 2). Bajo la batuta de Lionel Levy y de su mujer, Florence, este establecimiento propone especialidades como la sopa cremosa de castañas y erizos de mar, el pinchón asado al aroma del café arábica o bien una variedad local de pescado conocida como denti. El almuerzo cuesta alrededor de 35 euros, mientras que el precio de la cena varía entre los 48 y los 98 euros.
  • La Trilogie des Cépages: Ubicado en las inmediaciones del Vieux-Port (rue de la Paix, 35), este pequeño y acogedor restaurante apuesta por la cocina creativa, basada en la carne y el pescado. Asimismo, el local —que también cuenta con una terraza— dispone de una cuidada carta de vinos. La Trilogie des Cépages ofrece almuerzos de miércoles a viernes, de las 12:00 h a las 13:30 h, y cenas de lunes a sábado, de las 20:00 h a las 22:00 h (excepto de jueves a sábado, días en los que el establecimiento cierra a las 23:00 h). El precio del menú se sitúa entre los 27 y los 70 euros.

 

Festivales tradicionales y eventos en Marsella

Festivales tradicionales y eventos en Marsella

Seguidamente, se resumen algunos de los acontecimientos más significativos que tienen lugar anualmente en Marsella. Éstos aparecen ordenados de enero a diciembre.

  • Jour de l'An (Año Nuevo): El primer día de enero es festivo en todo el país.
  • Open 13: A mediados de febrero, Marsella acoge esta competición tenística, correspondiente al calendario de la ATP. Iniciado en 1993, las tres primeras ediciones del trofeo se disputaron sobre una pista sintética. No obstante, desde 1996, los partidos se juegan sobre una superficie dura.
  • Salón del Chocolate: En el ecuador del mes de febrero, y durante tres días, el Parc Chanot da cabida a una feria dedicada a este delicioso alimento.
  • Festival Ruso: Cada año, entre los meses de febrero y marzo, el Teatro Toursky (passage Léo Ferré, 16) pone en marcha un completo programa cultural en el que se dan cita películas, representaciones y musicales que tienen un denominador común: la Rusia actual (sin olvidar la desaparecida Unión Soviética).
  • Carnaval de Marsella: Entre febrero y marzo (la fecha exacta viene determinada por el calendario lunar), las calles de la ciudad dan cabida a un colorido desfile de carrozas que finaliza en el Vieux-Port, y que está amenizado por diferentes de música. A su vez, la cita también incluye algunas representaciones teatrales.
  • Lunes de Pascua: La jornada es festiva en toda Francia.
  • Semana Náutica Internacional del Mediterráneo (SNIM): Esta prueba es la única regata internacional que tiene como escenario la costa mediterránea. La edición del 2011 de esta prueba —que surgió en 1956— se desarrolla en el mes de abril, en el marco del Vieux-Port.
  • Día Internacional del Trabajo: El 1 de mayo no sólo es un día festivo de ámbito nacional: en el caso de Marsella, ésta es la fecha en la que se disputa la carrera popular 10 km du Conseil General. En 2011, esta cita atlética llega a su decimoctava edición.
  • Fiesta de la Victoria: El 8 de mayo, el país celebra el aniversario de la victoria de Francia en la Segunda Guerra Mundial, anunciada por el general Charles de Gaulle el 8 de mayo de 1945. Ésta se produjo un día después de la capitulación alemana, que tuvo lugar en Reims. La jornada es festiva en todo el país.
  • Festival de Marsella: Desde la segunda quincena de junio y hasta principios de julio, la ciudad alberga diferentes espectáculos de danza y música, así como pases cinematográficos. Para más información, se recomienda consultar la web del festival: http://www.festivaldemarseille.com/.
  • Día Nacional de Francia: Cada 14 de julio, la República vive su fiesta nacional recordando el estallido de la Revolución Francesa, que dio comienzo en el año 1789 con la toma de la prisión de La Bastilla. En el caso de Marsella, los actos conmemorativos comienzan un día antes, e incluye festivales de folklore y conciertos. Algunos de los puntos en los que se organizan estas propuestas son el Vieux-Port y en la plaza de Cour d'Estienne d'Orves.
  • Festival de Jazz de los Cinco Continentes: En la segunda quincena de julio y durante cuatro jornadas, músicos de todo el planeta se dan cita en el Palais Longchamp. Se pueden conseguir entradas para este evento a partir de unos 25 euros. La edición del 2011 del festival es la duodécima de su historia. Para obtener más detalles, se puede acceder a esta web: http://www.festival-jazz-cinq-continents.com/.
  • Fiesta de la Virgen de Panier: El 15 de agosto (festivo en toda Francia), las calles de Marsella acogen una procesión en la que una imagen de la Virgen es llevada desde el distrito de Panier hasta la iglesia de Saint-Laurent.
  • Boom Festival: Este festival de música se desarrolla durante la segunda quincena de agosto y por espacio de unos ocho días. Los conciertos tienen lugar en estación de Routière (boulevard de Paris, 164-190).
  • Festimer: El penúltimo fin de semana de agosto, el Vieux-Port alberga diversos concursos y exhibiciones artísticas al aire libre.
  • Festival del Viento: Cada mes de septiembre, Prado Beach (en la avenida de Georges Pompidou) es el escenario elegido para un concurso de cometas. Los participantes proceden del sur de Francia, España, Italia y Suiza.
  • Juris' Cup: A mediados de septiembre, el Vieux-Port da cabida durante tres jornadas a esta competición de vela. En el 2010 (año en que la prueba cumple sus primeras dos décadas), la regata tiene lugar entre el 16 y el 19 de septiembre. Para más detalles, se puede acceder al siguiente sitio web: http://www.juriscup.com/.
  • Marsatac: Este festival de música, que en el 2010 llega a su duodécima edición, se celebra a mediados de septiembre durante tres días. En su programa de actos se dan cita diferentes estilos, tales como hip hop, el rock o la música electrónica. La edición del 2010 se desarrolla del 23 al 25 de septiembre. Para más información, se recomienda consultar esta web: http://www.marsatac.com/.
  • Feria Internacional de Marsella: Esta muestra multisectorial tiene lugar entre finales de septiembre y principios de octubre en el Parc Chanot. La edición del 2010 (la 86.ª de su historia) se lleva a cabo del 24 de septiembre al 4 de octubre. Para obtener más datos acerca de la misma, se aconseja acceder a este enlace:http://www.gralon.net/evenements/13/evenements-marseille-4483.htm
  • La Semaine du Goût: A mediados de octubre, diversos puntos de la ciudad acogen degustaciones y muestras gastronómicas. La edición del 2010 va del 11 al 17 de octubre.
  • La Toussaint: El día de Todos los Santos (1 de noviembre) es un festivo de ámbito estatal.  
  • Día del Armisticio: El 11 de noviembre, Francia rememora el aniversario la firma del Armisticio entre los ejércitos aliados y Alemania. Este episodio, que tuvo lugar en el bosque de Compiègne (Picardía) sirvió para poner fin a las hostilidades de la Primera Guerra Mundial (1918). La jornada es festiva en todo el país.
  • Foire aux Santons et aux Crèches de Marseille (Feria de Navidad): Entre finales de noviembre y hasta el 31 de diciembre, la plaza del Général-de-Gaulle da cabida a unos 40 creadores de estatuillas religiosas (santonniers), que dan a conocer su trabajo entre los transeúntes. Además, la cita se completa con muestras de folklore tradicional y representaciones de teatro. En el año 2010 (ésta es su 208.ª edición), la feria arranca el 20 de noviembre.
  • Navidad: El 25 de diciembre es festivo en toda Francia.