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Guías de Viajes de Vigo

Vigo
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Una ciudad al abrigo de las Rías Baixas

Una ciudad cerca del atlántico

Una ciudad cerca del atlántico
El emplazamiento de la ciudad de Vigo es tan increíble, que desde luego sus habitantes se pueden considerar unos auténticos privilegiados en lo que respecta a entorno natural. Vigo es una ciudad ubicada en la provincia de Pontevedra, en la Comunidad Autónoma de Galicia, que se encuentra situada en la ría que lleva su mismo nombre. El espectacular paraje natural de las Rías Baixas gallegas (entre las cuales, la ría de Vigo es la mayor y más meridional) es sólo uno de los muchos atractivos de esta ciudad, junto con bellezas como el archipiélago de las Islas Cíes, el puerto, las calles y plazas y los parques que la adornan. Vigo es además la ciudad más poblada de Galicia, lo que la convierte en todo un centro de cultura, animación y turismo digno de conocerse.

Porque estamos hablando de una ciudad eminentemente marinera y cultural, en la que se gestó un célebre movimiento cultural durante la década de los ochenta del siglo XX que se manifestó sobre todo en el ámbito musical. Grupos como Siniestro Total, Golpes Bajos y Os Resentidos, entre muchos otros, llevaron (y en algunos casos, siguen llevando) el nombre de su ciudad por los escenarios nacionales e internacionales, en unos años en los cuales la ciudad bullía de agitación, juventud y cultura. Mucho de este movimiento se ha conservado y Vigo sigue siendo un lugar pleno de locales y conciertos, epicentro de la famosa movida gallega y con una vida nocturna sorprendente.

Pero la cultura no es sólo nocturna en Vigo. La ciudad disfruta de magníficos museos, un bello casco antiguo para caminar relajadamente, emplazamientos arqueológicos con restos de castros celtas en los alrededores, calles perfectas para las compras y un campus universitario de referencia. Todo esto, unido a las bellezas de su entorno natural, convierte a la Vigo en un destino perfecto para unas vacaciones en las que será imposible aburrirse. La ciudad cuenta con zonas de costa que hay que recorre, para contemplar el magnífico Océano Atlántico; además de una gran playas de arenales de arena fina y gran extensión. Y si hablamos de playas, desde luego no podemos olvidarnos del Parque Nacional de las Islas Atlánticas: las Islas Cíes, tan espectaculares que reciben anualmente la visita de gran número de turistas llegados de todas partes del mundo.

En Galicia, el apartado gastronómico es punto y aparte. Las tierras gallegas disfrutan de una gastronomía increíble, con materias primas llegadas de la tierra y del mar cuya calidad está fuera de toda duda. En Vigo es posible comer muy bien, y muy barato, en cualquier restaurante de la ciudad, donde se despliegan las exquisiteces más renombradas de la gastronomía gallega. Otro de los mil y un motivos para pasar unos inolvidables días en esta ciudad, cuyos hospitalarios habitantes contribuirán a conseguir que nuestras vacaciones sean un éxito completo.

Playas paradisíacas, museos y un casco antiguo para caminar

Playas paradisíacas, museos y un casco antiguo para caminar

La costa de Vigo es sin duda uno de sus valores más destacables. Como ya hemos comentado, el emplazamiento de la ciudad en plenas Rías Baixas la convierte en un destino playero de excepción. Vigo tiene en sus proximidades gran cantidad de playas: Foz, As Puntas, O Xunqueiro..., aunque las más populares y conocidas son la playa Samil y la playa de O Vao. La playa Samil se encuentra a unos 10 minutos en coche o autobús y merece la pena visitarla, aunque sólo sea para darse un buen paseo por su zona peatonal. Es una playa grande, de 1,2 kilómetros de longitud y unos veinte metros de ancho, y cuenta con zonas verdes y arboladas donde es posible disfrutar de picnics al aire libre, disfrutando del microclima veraniego característico de las Rías Baixas. Por su parte, O Vao es un arenal que destaca por su calidad ambiental; además, en su extremo se ubican los restos de una villa romana, Toralla, que es posible visitar.

Dentro de los parajes naturales que rodean a la ciudad de Vigo, las Islas Cíes merecen plena atención por ser una de las reservas marinas y parques naturales más hermosos de las costas españolas. Para disfrutar del archipiélago con tranquilidad y conocer todo lo que tiene para ofrecer lo mejor es contar con un día entero, acercándose a las Islas en una de las embarcaciones que realizan rutas para visitarlas. Dentro de las Cíes se encuentra la Playa de Rodas, que de acuerdo con el periódico inglés The Guardian es la mejor del mundo, por delante de los paradisíacos arenales del Caribe o el Pacífico. El parque natural de las Islas Cíes, que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, sólo puede visitarse durante el verano. Es posible alojarse en el Camping Islas Cíes para pasar un fin de semana inolvidable en plena naturaleza.

Ya dentro de la misma ciudad, el viajero no tendrá ni un minuto para el aburrimiento. Un paseo por Vigo puede comenzar por el Casco Vello, la zona antigua donde se ubican la Concatedral de Santa María y el popular Mercado de A Pedra. Esta zona es perfecta para disfrutar de los pinchos y tapas acompañados de vinos de la zona, y podemos concluir la caminata dirigiéndonos hacia el puerto. En Vigo también tendremos la oportunidad de visitar museos como el MARCO (Museo de Arte Contemporáneo), que ocupa la antigua cárcel rehabilitada para exponer arte de vanguardia; el Museo Verbum, dedicado al lenguaje y emplazado en Samil, y el Museo-Pazo Quiñones de León, en Castrelos. Además, también podremos contemplar en nuestro recorrido plazas como la Plaza de España y la Plaza de América, así como disfrutar del único zoológico de toda Galicia, el Vigozoo.

Dentro de Vigo es posible visitar lugares tan especiales como el Monte do Castro, un parque situado en pleno centro de la ciudad y en el que se conservan testimonios arqueológicos de la cultura celta y romana, así como restos de edificaciones defensivas del siglo XVII. Por su parte, el Monte da Guía, en el barrio de Teis, fue también emplazamiento de un antiguo castro y ofrece una magnífica panorámica de la ría y la ciudad. Para terminar, en los alrededores de la ciudad y ya hacia el interior los amantes de las rutas por la naturaleza disponen de parques forestales como el Monte de Alba y el Monte Cepudo, entre otros.

Lo mejor del mar y de la tierra, acompañado de excelentes vinos

Lo mejor del mar y de la tierra, acompañado de excelentes vinos
La ciudad de Vigo, al igual que el resto de Galicia, tiene merecida fama en lo que respecta a mesa y mantel. Los magníficos productos del mar, entre los que destacan delicias como el pulpo, las ostras o el marisco, se complementan a la perfección con carnes excelentes con Denominación de Origen, vinos con fama internacional y estupendos potajes y guisos. En la ciudad es recomendable ir de tapas por el Casco Vello y degustar las pequeñas joyas de la cocina gallega en forma de pinchos y raciones, pero también merece la pena acercarse a O Berbés, el barrio marinero por excelencia en el que se encuentra la lonja del pescado y sentarse a la mesa de cualquiera de sus restaurantes. Y qué decir de las famosas calles "de las ostras" y "del pulpo", donde encontramos por doquier raciones de estas dos exquisitas especialidades...

El pescado en Vigo procede directamente de las Rías Baixas. El puerto de la ciudad es uno de los más importantes del mundo en lo que respecta a la pesca, y por esta razón en Vigo se disfruta de los mejores pescados y mariscos, tan frescos como recién sacados del mar. La merluza, el rape, el rodaballo y muchas otras especies deleitan a propios y extraños, simplemente asados a la parrilla o al horno, o en preparaciones como las caldeiradas de pescado. En cuanto al marisco, baste decir que el de Galicia goza de justa fama en todo el mundo. Tanto los centollos, bogavantes, bueyes de mar o langostas, como los famosísimos percebes de las rías gallegas, las vieiras, las almejas o los más humildes pero igualmente deliciosos mejillones, constituyen auténticas delicias que no hay que dejar de probar. En cuanto a las carnes, se obtienen de ganado criado en libertad de forma tradicional, lo que ha logrado que se les otorgue la Denominación de Origen cualificada por su ternura y sabor. En cuanto a los productos de la huerta, desde las patatas o cachelos hasta los grelos, son productos habituales en guisos tan tradicionales como el lacón con grelos o el caldo gallego.

Mención aparte merecen los vinos. Actualmente existe una prestigiosa Denominación de Origen bajo el nombre de Rías Baixas, pero en el resto de Galicia hay también otras cuatro: Ribeiro, Valedoras, Riberia Sacra y Monterrei. Todos ellos tienen orígenes ancestrales y una calidad más que comprobada; los blancos, sin ir más lejos, son perfectos para acompañar a los magníficos pescados y mariscos de las costas. Y para finalizar una comida, nada mejor que degustar excelentes postres como el famoso queso de tetilla, o dulces como la Tarta de Santiago o el roscón de yema de A Guarda. Además también se puede disfrutar de estupendos licores como el aguardiente, el orujo, el licor de café y la ya mítica queimada, acompañada de su particular conjuro.

Todo un año de celebraciones religiosas y gastronómicas

Todo un año de celebraciones religiosas y gastronómicas

Después de las habituales celebraciones navideñas, la ciudad de Vigo despierta de nuevo a la diversión en pleno mes de febrero gracias a las Festas do Entroido, o lo que es lo mismo, Carnaval en gallego. Los desfiles y cabalgatas, acompañados de los disfraces y las comparsas, pueblan las calles de los distintos barrios de la ciudad en unos días plenos de desahogo y animación. Transcurridos los Carnavales, en marzo llegan días históricos en pleno Casco Vello de Vigo, concretamente en la Plaza de la Constitución, donde se recrea la resistencia de los habitantes de la ciudad frente a los invasores franceses en el año 1809. La Semana Santa es la siguiente celebración del calendario, y dentro de estas fiestas religiosas y espirituales destacan eventos como la triple procesión de Jueves Santo, o el Via Crucis al Monte de A Guía durante la noche del Viernes Santo.

En mayo es tiempo de flores y primavera; de hecho, es cuando se celebra la llegada de esta estación mediante la representación de su llegada en la Plaza de la Constitución. Además, en Castrelos se celebra la Fiesta de las Flores en la última semana del mes. El mes de junio supone la llegada del buen tiempo; el aire ya huele a verano, y por este motivo las fiestas en la calle se empiezan a repetir de forma ininterrumpida. La Fiesta de la Cereza (fundamentalmente de tipo gastronómico), la procesión del Corpus Christi, San Isidro y San Jorge son algunas de las celebraciones que tienen lugar en distintas zonas del municipio. Y la noche de San Juan, el día 23, es el momento en el que todas estas zonas se unen para celebrar el solsticio de verano con las tradicionales hogueras; se trata de una festividad muy arraigada en toda Galicia, que la gente celebra con intensidad.

En el mes de julio, las Fiestas del Carmen de O Berbés, el barrio marinero, alegran el ambiente con la tradicional procesión naval, donde miles de participantes acompañan a la patrona en distintas embarcaciones para conseguir la bendición de las aguas. Otras fiestas a destacar este mes son la Fiesta del Mejillón, las Fiestas de Santiago Apóstol y las del Cristo de la Victoria. Ya durante el mes de agosto llega el momento álgido, porque las fiestas son las más importantes del año. La fiesta de la Sardina, San Roque y la Fiesta del Pulpo son los eventos más destacables en la ciudad. En los meses de septiembre y octubre hay varios eventos gastronómicos, como la Fiesta de la Tortilla y la de los Callos, y en noviembre es el momento de los tradicionales magostos, cuando se consumen las castañas asadas en hogueras acompañadas de vino, y se celebra la tradicional matanza del cerdo el día 11.

Fiestas de todo tipo para una ciudad donde la diversión y la animación van de la mano con la belleza de un entorno natural inigualable. Visitar Vigo en cualquier época del año nos deparará gran cantidad de agradables sorpresas, y hará que regresemos a nuestras casas con un imborrable recuerdo de la ciudad bañada por la ría.