Madeira, la Perla del Atlántico
La isla de Madeira, como hemos comentado, es la mayor del archipielago. Consta de 741 km2 y 130.000 habitantes aproximadamente, por lo que su envergadura es mayor que la de su vecina Porto Santo, con solo 42,17 km2 y 4.800 habitantes. Ambas islas son muy diferentes, pero maravillosas cada una con su personalidad. La orografia de Madeira es escarpada y plena de acantilados rocosos; en Porto Santo, por el contrario, las playas de arenas finas y doradas son una realidad habitual.
Flores, reservas naturales y un patrimonio a conservar
A Madeira tambien se la conoce como la Isla de las Flores. El viajero se sorprendera al ver las grandes extensiones floridas del interior de la isla y de sus acantilados, que pueblan de color a una isla que semeja una selva en medio del oceano. No en vano, el Parque Natural de Madeira ocupa dos tercios de la superficie total de la isla, llenando toda su extension de reservas naturales, tanto terrestres como marinas. Dentro de la vegetacion autoctona, hay que destacar los restos de los bosques de Laurisilva de Madeira. Antiguamente la isla estaba cubierta por esta especie casi en su totalidad, pero los colonos portugueses prendieron fuego a las extensiones para establecer granjas y cultivos. Los bosques que sobrevivieron a la quema reciben el nombre de bosques relictos, y han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El reino del pescado y del vino
La pesca es una actividad tradicional en Madeira. Antes de que la gran mayoria de la poblacion de la isla se dedicara al turismo (alrededor del 75%), las actividades tradicionales se basaban en la pesca y la agricultura. Por esta razon, la gastronomia de Madeira es muy rica y amplia, y sus guisos de pescado merecen estar entre las preparaciones mas deliciosas de las mesas internacionales.
Una isla de festivales y música para disfrutar
No podemos terminar este recorrido por Madeira sin mencionar sus noches, arrulladas por el murmullo del Oceano Atlantico. Degustar un vino de Madeira o un coctel de frutas en alguna de las terrazas o bares de las distintas localidades es un autentico placer, y mas aun si lo podemos combinar con el espectaculo de una magnifica puesta de sol. Ademas, no faltan en las islas las discotecas con musica en vivo o los pubs mas modernos.